Tras 16 días de huelga se firma un preacuerdo
Después de más de un mes de movilizaciones de los trabajadores del metal de Granada demandando un convenio justo, ha quedado clara la disposición a la lucha de los trabajadores -muchos de ellos jóvenes que por primera vez participaban en una huelga-. Han sido 16 días de paros prácticamente totales, ambiente combativo, manifestaciones masivas y continuadas durante semanas...
Tras 16 días de huelga se firma un preacuerdo
Después de más de un mes de movilizaciones de los trabajadores del metal de Granada demandando un convenio justo, ha quedado clara la disposición a la lucha de los trabajadores -muchos de ellos jóvenes que por primera vez participaban en una huelga-. Han sido 16 días de paros prácticamente totales, ambiente combativo, manifestaciones masivas y continuadas durante semanas...
Finalmente, el pasado 27 de junio concluyó la huelga indefinida tras la aprobación en asamblea de trabajadores del preacuerdo al que habían llegado patronal y sindicatos. Las abstenciones y votos en contra no alcanzaron los diez votos, lo que también refleja la gran autoridad del comité ante los trabajadores y que el convenio alcanzado supone un paso adelante en toda una serie de aspectos claves.
Los puntos del convenio
El convenio tendrá validez desde el 1 de abril de 2008 hasta el 31 de diciembre de 2010. No existen cambios en el número total de horas anuales trabajadas, 1.760. Aunque se regula el calendario de festivos para 2008, una de las principales aspiraciones sociales iniciales de la huelga, queda pendiente para el 2009 y 2010.
Los puntos más importantes conseguidos tienen que ver con el apartado salarial y sus diferentes complementos. De partida, el salario base hasta el final de año será el vigente más un aumento del 4,5%; durante 2009 crecerá un 4% y en 2010 un 3,5%. Los dos últimos años habrá cláusula de revisión salarial.
Se crea un nuevo Plus de asistencia, que se cobrará por día de trabajo efectivo (incluyéndose aquí los días de vacaciones y de permisos). Será de un euro al día hasta finales de este año, de 1,5 euros en 2009 y de 2 euros en 2010.
La bolsa de vacaciones pasa de los 210 euros actuales a 300 para el presente año, 325 para el próximo y 350 para el 2010.
Se deroga la regulación del plus de toxicidad y penosidad existente desde la época franquista, regulándose ahora que todos los trabajadores (independientemente del trabajo que hagan) cobren por este motivo un 1,5% de su salario base.
Sumando el conjunto de estos apartados, CCOO calcula en un 8% la subida salarial alcanzada tan sólo para el 2008, lo que ayudará a corto plazo a defender el nivel de vida frente a la inflación.
Aparte, el plus de nocturnidad queda establecido en un 25% para 2008/09 y en un 26% para 2010. Entre otras cuestiones, el acuerdo también establece un fondo de enfermedad de 160 euros con vigencia hasta final de año.
Los 16 días de huelga no se descontarán de una sola vez, sino que se hará equitativamente en los próximos cuatro meses.
Conclusiones para el futuro
Los empresarios han dado en CCOO del metal de Granada con una de las federaciones sindicales más luchadoras de todo el Estado. La disposición de los dirigentes de esta federación y de sus principales activistas ha sido un acicate y una guía para el resto de trabajadores que explica el que se haya podido obtener parte de las reivindicaciones planteadas al principio de la lucha. No obstante, incluso de esta experiencia positiva también se pueden sacar conclusiones para mejorar la táctica de la lucha de cara al futuro y para el conjunto del movimiento obrero.
Uno de los puntos que podrían haberse mejorado para darle mayor fuerza a la movilización y poner contra las cuerdas a la patronal de forma más rápida y eficaz, era la extensión de la lucha al resto de los trabajadores de la ciudad y de la provincia. Durante la movilización se planteó la convocatoria de una manifestación de solidaridad con la huelga del metal, algo completamente necesario. Sin embargo, esa manifestación se pospuso hasta el 1 de julio, debido a la insistencia de la dirección de UGT. Si se hubiese convocado antes, como propuso CCOO, hubiera servido de acicate y de medio para extender el apoyo a la movilización. Es decir, se convocó como un último cartucho y, finalmente ni se realizó.
Es cierto que era complicado seguir con la huelga. Aquí la responsabilidad de las uniones provinciales de UGT y CCOO a la hora de extender la lucha es muy grande. En estas circunstancias, el haber puesto en marcha planes concretos para generalizar este conflicto, llamando a la huelga a otros sectores de trabajadores que, al fin y al cabo, sufren los mismos problemas que los metalúrgicos, hubiera terminado de desnivelar la balanza. Es sintomático que la reunión donde se firmó el preacuerdo fuese pedida por la patronal, que veía con temor como se estaban desarrollando los acontecimientos.
El sector oficialista de CCOO (que dirige la gestora provincial), por increíble que parezca, no apoyó de ninguna manera la movilización y la dirección de UGT parecía querer firmar casi cualquier cosa.
Creemos que algunos compañeros de la comisión negociadora de UGT deberían de habérselo pensado antes de ir, nerviosos, a sentarse con los patronos "porque somos gente responsable" y tomando la iniciativa de rebajar, en algunas reuniones, las peticiones aprobadas en asamblea por los trabajadores. Así, se le transmitió a los patronos debilidad, pues se daban perfecta cuenta de que la movilización era una "patata caliente" para algunos dirigentes sindicales, que pretendían quitársela de en medio cuanto antes. Finalmente, por parte de la patronal ha acabado prevaleciendo el temor a enfrentarse a un conflicto que tenía una potente fuerza por abajo.
Por otra parte, las direcciones sindicales plantearon, en mitad de la huelga indefinida, crear un "fondo de resistencia" para ayudar a los trabajadores con más problemas. Creemos que esta medida fue totalmente acertada y precisamente por eso hubiera sido aún mejor plantearlo desde el principio y darle más publicidad, en previsión de que ésta podía ser dura.
Lo más importante es que los trabajadores acabaron la movilización con la moral alta. El metal ha ganado en organización, lo que implica que habrá más fuerza ahora para hacer aplicar el convenio en muchas empresas donde antes imperaba la ley de la selva.