Juan Antonio Fernández.- La reivindicación fundamental tiene dos vertientes:

De un lado la parte económica en la que planteamos la aproximación a las condiciones económicas de los colegas de Donostia y Gasteiz que nos superan en unos 2.500 euros al año. Esta reivindicación la consideramos justificada por su propia esencia, al tratarse de la homologación salarial con quienes desarrollan nuestro mismo trabajo en las demás capitales de la comunidad autónoma. Es tan simple como cobrar lo mismo por hacer lo mismo que en ciudades que en ningún caso son de superior categoría a Bilbao y que están en el entorno más próximo.

La segunda vertiente reivindicativa es de orden social y trata de que se reconozcan los derechos del personal de nuevo ingreso y que no se hagan discriminaciones entre iguales, sino que la antigüedad y cuestiones siempre objetivables sean el baremo para el acceso a los contratos indefinidos y no como hasta ahora la suerte, en el mejor de los casos, o el amiguismo, como parte más triste de las relaciones laborales y de la vinculación de los trabajadores y trabajadoras a la empresa, en el peor de los escenarios.

EM.- ¿Qué valoración hacéis hasta la fecha de la huelga?

JAF.- La valoración que hacemos es muy positiva, por cuanto que el 100% de los trabajadores y trabajadoras han secundado todos y cada uno de los paros de dos horas previstos para los lunes y viernes de mayo, para los lunes, miércoles y viernes de junio, así como para las tres jornadas de huelga de 24 horas que coincidieron con la celebración los días 20 y 21 de junio del festival "Kobetasonik y del 23 de junio coincidiendo con el "Akelarre" de Artxanda.

Todo ello debe hacer reflexionar, sin duda alguna, a la empresa, a las instituciones implicadas que son el ayuntamiento de Bilbao por Bilbobus y la Diputación Foral de Bizkaia por Bizkaibus, de que este es un conflicto laboral importante con un seguimiento total por parte de los trabajadores y trabajadoras que lo que quieren es que se reconozca su labor profesional y se les pague lo mismo que a los demás colegas que ejercen su misma profesión en las otras capitales vascas.

EM.- El ayuntamiento ha adjudicado a la multinacional francesa Veolia el servicio de Bilbobus a partir del 1 de agosto. ¿Cómo os afecta a los trabajadores esta nueva situación? ¿Tiene algo que ver la actitud de TCSA con los trabajadores y que esta abandone la concesión en breve?

JAF.- En relación con la primera parte de la pregunta indicar que, según se refleja en el pliego de condiciones que ha dirigido el proceso de adjudicación de la concesión de Bilbobus, el personal seguirá teniendo todos sus derechos en cuanto a antigüedad, condiciones económicas, sociales y cualquier derecho conseguido con anterioridad, aunque estaremos atentos a que todo esto se cumpla y velaremos también para que el ayuntamiento esté puntualmente informado de cualquier circunstancia que vaya en contra de los derechos adquiridos de los trabajadores y trabajadoras.

En cuanto a la segunda parte de la pregunta, qué duda cabe que la empresa está muy dolida con la situación que se ha creado, en la que ha perdido cerca del 60% del volumen de negocio de la empresa que le representaba Bilbobus. En todo caso eso no es algo de lo que se pueda responsabilizar a los trabajadores y menos aún hacérselo pagar ahora, ya que quienes han perdido la concesión son los directivos que han pretendido, con una oferta técnica muy similar a la de los demás concurrentes al concurso, pero con una oferta económica sustancialmente más cara que la de los demás (un 16% más cara que la de Veolia) llevarse un concurso que creían ganado de antemano y que la realidad les ha mostrado que no era así. Tardarán mucho en asumirlo y desde luego los accionistas deberán tener muy en cuenta en manos de quién dejan una empresa que siempre se ha caracterizado por su conflictividad laboral, de la que acusaban al comité como culpable, pero que además también les dejan sin los pingües ingresos de una concesión, que no olvidemos es la segunda más importante del ayuntamiento de Bilbao tras el servicio de limpieza y recogida de basuras, que por cierto, es bastante menos conflictivo laboralmente.

EM.-el gobierno vasco ha estado haciendo de mediador entre la empresa TCSA y los trabajadores, aunque lo que pretendía TCSA era que se dictaminase un laudo que normalmente perjudica a los trabajadores. ¿Qué opináis de esta mediación? ¿Se ha conseguido algo hasta ahora?

JAF.- En cuanto a nuestra opinión sobre la mediación, hay que reconocer que el director de trabajo del gobierno vasco, Sr. Adolfo González Berruete está haciendo un trabajo irreprochable, muy inteligente y con una dedicación encomiable. Lo lamentable es que transportes colectivos no responda a ese esfuerzo con ofertas al mismo nivel que hagan que la negociación avance.

Hasta ahora, lo que podría suponer un avance (IPC real más 1,5% durante tres años) es en realidad un retroceso, por cuanto que está supeditado a la supresión del servicio de traslado del personal desde sus domicilios a los centros de trabajo al inicio de la jornada y desde éstos a sus casas cuando terminan su trabajo. Es un contrasentido y un anacronismo increíble que TCSA pretenda que los trabajadores dejen el transporte colectivo con el que ahora cuentan, tanto a primera hora de la mañana como a última hora de la noche, para utilizar sus vehículos particulares, para los que, por cierto, no hay aparcamientos suficientes en las instalaciones de la empresa. Ello sin tener en cuenta que esta propuesta de la empresa va en contra del desarrollo sostenible, ya que se pretende eliminar un transporte colectivo en beneficio del uso del vehículo particular, al margen de que ello traslada la responsabilidad de la empresa en el transporte del personal a los trabajadores y trabajadoras que pasan a ser responsables en caso de cualquier retraso en la presentación a su trabajo, si falla el vehículo que les transporta.

En cuanto a la mediación, siempre es interesante porque un tercero puede hacer ver cosas que quizá desde la óptica del enconamiento negociador de las partes no se perciben. Lo que se está consiguiendo es que la empresa vea que el gobierno vasco no tiene ninguna intención de dictar un laudo de obligado cumplimiento, ya que no se cumplen las condiciones legales para ello, sino que se debe negociar y abrir el cauce de la racionalidad de la negociación colectiva para llegar a acuerdos

EM.- ¿Qué medidas tenéis previstas en adelante? Habéis considerado vincularos a otras luchas o informar del conflicto a los usuarios para buscar su apoyo?

JAF.- Qué duda cabe que lamentamos el daño que podemos causar a la ciudadanía y ese es un aspecto que estamos valorando profundamente, de modo que nuestras reivindicaciones incidan al máximo sobre la empresa e instituciones competentes y lo menos posible sobre el alma de nuestro trabajo que son los usuarios y usuarias.

En cuanto a nuestra vinculación a las reivindicaciones de los ciudadanos, hace bien pocas fechas (en junio) mostramos nuestro apoyo explicito a las asociaciones vecinales de Bilbao, sumándonos a la manifestación que convocaron para reclamar más atención y diálogo por parte del ayuntamiento de Bilbao, siguiendo con ello una línea de aproximación a lo que más afecta a la ciudadanía y por ende a nuestros usuarios y usuarias.

Estamos valorando también novedosas formas de reivindicación que hagan que nuestras movilizaciones sean más "amables" para la ciudadanía, de manera que puedan acercarse más a comprender nuestro conflicto.

EM.- ¿Qué opinas sobre la jornada laboral de 65 horas que ha planteado la directiva de la UE?

JAF.- Esta nueva máxima jornada laboral europea de 65 horas no es más que el fiel reflejo de las tendencias neoliberales y neoconservadoras que pretender recortar derechos de la clase trabajadora y que afortunadamente en nuestro entorno no tendrán sostenimiento legal, aunque sí provocarán la precariedad de muchos compañeros y compañeras de toda Europa que verán precarizadas notablemente sus condiciones de trabajo.

El colectivo trabajador debe ser hoy y en el futuro, muy consciente de su pertenencia a un grupo que está siendo agredido por una mal entendida progresía económica. El porvenir se tornará muy oscuro si dejamos que estas políticas europeas avancen sin la debida respuesta.