Los compañeros de GanemosCCOO en la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT) estamos en la primera línea de la lucha contra los ataques del Partido Popular y de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. Utilizando al Consorcio Regional de Transportes acaban de plantear la congelación del presupuesto para los autobuses públicos, una medida que de llevarse a la práctica degradaría considerablemente la calidad del servicio.
Con esta maniobra buscan también desgastar al gobierno municipal de Ahora Madrid, culpabilizándolo del deterioro del transporte que todos los días es utilizado por decenas de miles de ciudadanos.
Todos sabemos lo que significan las políticas privatizadoras y antisociales de la derecha, aplicadas con tesón por Gallardón, Esperanza Aguirre o Ana Botella. Los ejemplos son numerosos: desde los intentos por acabar con la sanidad pública, pasando por la venta de los pisos del Ivima a fondos buitres, la entrega del Canal de Isabel II y del servicio de la limpieza viaria a los grandes consorcios capitalistas, por no hablar de los despidos masivos en Telemadrid, la privatización del 010 y de los programas de dependencia, o las cuantiosas subvenciones a centros educativos privados... Los gobiernos de la derecha han llevado una ofensiva sin cuartel contra los derechos ciudadanos, haciendo de las necesidades de las familias trabajadoras un jugoso y lucrativo negocio. El balance del desastre es visible y lo padecemos todos: la calidad de los servicios empeora, los salarios de los trabajadores de las empresas privatizadas se reducen, los despidos se cuentan por miles, y las condiciones laborales se precarizan brutalmente.
Ahora le toca a la EMT, una empresa destacada por la combatividad de su plantilla (8.500 trabajadores), y por ser la más importante del Ayuntamiento en volumen de recursos. El tajo que la derecha ha dado al presupuesto de la EMT ha sido salvaje: de 460 millones de euros en 2012, a 440 en 2015. Pero el objetivo del PP es aumentar la asfixia presupuestaria poniendo en peligro la viabilidad del transporte público de superficie en la capital. Para 2016, Cifuentes ha decidido congelar la aportación presupuestaria, cuando se prevé un incremento del 3% en la demanda de viajeros. Una agresión que significaría el recorte de líneas en festivos y domingos, o su desaparición, como en el caso de la que se presta a los estudiantes del campus de Somosaguas, además del aumento del tiempo de espera, partiendo de que ya en los tres últimos años se ha recortado el servicio en cuatro millones de kilómetros. De estos recortes salen los recursos para que Cifuentes pueda darse su baño de “popularidad” con medidas como el Abono joven. Pero no es cierto que no haya dinero para mejorar la calidad del transporte público, lo hay y mucho. Lo que pasa es que se destina a sanear las cuentas de los bancos, subvencionar a las empresas privadas o, directamente, para privatizar servicios que deberían estar en manos municipales o del Estado.
La estrategia de Cifuentes pasa además por fomentar la división de los trabajadores del transporte público madrileño: ataca a la plantilla de la EMT mientras concede algunas mejoras a la de Metro, pensando en que así puede debilitar la respuesta colectiva de la clase obrera.
Unificar la lucha con todos los sectores y remunicipalizar los servicios privatizados
Si atacan a uno, nos atacan a todos. Por eso proponemos al comité de empresa que se tomen todas las medidas para que la movilización sea lo más extensa y contundente. Exigimos a la dirección de nuestro sindicato, CCOO, que ponga en acción todos sus medios y recursos para impulsar la respuesta de la clase obrera, empezando por los miles de delegados que tenemos en Madrid además de confluir con el resto del sector, en primer lugar con nuestros compañeros de Metro.
La alcaldesa Manuela Carmena, y las organizaciones que integran Ahora Madrid, tienen que llamar al pueblo madrileño a una movilización masiva, unitaria, contando con todos los colectivos vecinales, sociales y políticos de la izquierda, para defender la EMT y los servicios públicos, y plantear la inmediata remunicipalización de todas las empresas y servicios sociales que han sido privatizados por el PP, garantizando el puesto de trabajo a las plantillas, y mejorando sus derechos y salarios. La lucha de la EMT debe convertirse en la punta de lanza para unificar a todos los sectores afectados por las contrarreformas y privatizaciones de la derecha.