Coincidiendo con los últimos años del periodo de auge que la economía mundial experimentó entre 1874 y 1914, en la provincia de Guadalajara, al igual que en el conjunto del Estado español, se dio un cierto despegue económico con el impulso de la explotación de una parte de sus recursos mineros, forestales e hidroeléctricos, así como con la instalación de algunas industrias con tecnología avanzada. Todo ello contrastando con el atraso secular del campo.
Partiendo del análisis de la economía de Guadalajara en el siglo XIX y las primeras décadas del XX y del fenómeno del caciquismo romanonista, Enrique Alejandre ha llevado a cabo un estudio, cimentado en una amplia base documental, sobre las condiciones de vida y trabajo de los mineros de Setiles e Hiendelaencina, de los trabajadores de la Hispano, de los de la fábrica de cementos El León, de los resineros, de los obreros del campo, así como de las luchas que protagonizaron y del surgimiento y desarrollo de sus organizaciones políticas y sindicales.
Este trabajo no pretende ser tan solo una mirada a nuestro pasado, sino que además el autor ha tratado de sintetizar las experiencias del movimiento obrero en esos años, para que no se pierda en el olvido y, sobre todo, sirva de lección para futuras generaciones de trabajadores, abocados como sus predecesores a librar el combate contra la burguesía.