En las últimas semanas, la amenaza de la extrema derecha y la peligrosa retórica fascista de Weidel, Musk y compañía han provocado que miles de personas se movilicen en busca de una alternativa para frenarles. Por un lado, la CDU se  ha desenmascarado abandonando públicamente cualquier tipo de cortafuegos frente a AfD -que realmente nunca existió- antes incluso de ganar las elecciones, pero son los partidos del Gobierno semáforo -SPD, Verdes y Liberales- los que han allanado el terreno, con sus políticas ultramilitaristas, de devastación social y de deportaciones masivas, para el meteórico ascenso de AfD. Ellos son los responsables del avance de la ultraderecha, y sus protestas y llantos ahora resultan completamente hipócritas.

En esta situación, ante la creciente y grave amenaza de la extrema derecha, Die Linke y su popular líder Heidi Reichinnek están siendo vistos como una herramienta para intentar frenar a estos fascistas, duplicando sus votos, llegando hasta el nueve por ciento en algunas encuestas, y experimentando una ola sin precedentes de afiliaciones convirtiéndose en una importante fuerza entre la juventud. Una deriva que resulta alentadora, ya que pone en evidencia la existencia de una fuerte conciencia antifascista y un potencial cuando se ponen encima de la mesa cuestiones sociales como los alquileres, las pensiones o la desigualdad desde una perspectiva de izquierdas, tal y como está haciendo Die Linke en esta campaña.

Al mismo tiempo, este proceso está mostrando como importantes sectores de la juventud y la clase trabajadora están entendiendo los peligros reales que representa el discurso de BSW, centrándose como AfD en la inmigración, con una agenda reaccionaria racista en línea con todos los partidos tradicionales, incluido el SPD. Cada vez resulta más obvio que Sarah Wagenknecht representa una escisión muy derechista de Die Linke, centrada en el nacionalismo económico y en la defensa de los pequeños y medianos empresarios ansiosos de obtener ganancias a expensas de la clase trabajadora.

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Más allá de las elecciones construyamos una alternativa revolucionaria de la clase obrera, levantando un movimiento de masas en las calles que se base en la lucha de clases y en un programa internacionalista, anticapitalista y socialista. 

Votar no es suficiente. ¡Combatir el fascismo con lucha de clases!

En esta batalla contra el peligro de la ultraderecha supremacista, los marxistas no miramos hacia otro lado. Entendemos que debemos luchar con todos nuestros medios, incluido el voto. Por eso llamamos a un voto crítico este domingo por Die Linke.

Al mismo tiempo, hay que ser claros. Die Linke ha adoptado posiciones más derechista que nunca en términos de su programa, abandonando una política internacionalista y antiimperialista coherente. Algunos dirigentes destacados del partido han pedido abiertamente el envío de armas a Ucrania (Ramelow, Gysi, etc.), han llamado a la solidaridad con Israel contra los "terroristas de Hamás" en medio de un terrible genocidio en Gaza, y han votado incluso en el Parlamento a favor de prohibir el BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) y las organizaciones palestinas, junto con AfD y el resto de partidos. Una política internacional que se refleja en sus políticas nacionales, votando a favor de la participación en Gobiernos capitalistas con el SPD o los Verdes, después de todo lo que han hecho en estos últimos cuatro años.

¡No son nimiedades, sino posiciones decisivas para un partido que quiere aparecer como una alternativa real a la miseria capitalista! Todas estas posiciones, apoyando políticas supuestamente "realistas" que al final han beneficiado a la CDU y a AfD, están detrás de la crisis que ha vivido Die Linke en los últimos años. Por este camino existe un grave peligro de que se desperdicie el potencial que existe y que estamos viendo ahora.

Decenas de miles de votantes y activistas buscan una alternativa de izquierdas para luchar y detener la amenaza de la AfD o de otros cuatro años de políticas procapitalistas y probélicas que defienden políticos como Gysi o Ramelow. Si los nuevos líderes del partido son serios, esta nueva ola de apoyo debería ser una llamada de atención: ¡debemos sacar ya las conclusiones de por qué el partido estaba a punto de quedarse fuera del Parlamento, hace tan solo unas semanas! ¡Debemos sacar AHORA las conclusiones de a dónde nos han llevado años de tibias políticas reformistas y de participación en la gestión de la crisis capitalista!

Apoyemos a Die Linke críticamente el 23 de febrero, pero sobre todo y más allá de las elecciones construyamos una alternativa revolucionaria de la clase obrera, levantando un movimiento de masas en las calles que se base en la lucha de clases y en un programa internacionalista, anticapitalista y socialista.

Llamamos a todos los antifascistas y a todos los nuevos y viejos militantes de la izquierda combativa a luchar con nosotros para construir ese movimiento y el partido de la revolución socialista. ¡Únete a Offensive!

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