Dos días después de la derrota de la
derecha en las elecciones regionales, Francia ha vivido el martes 23 de marzo
una nueva jornada de huelga, más de 1 millón de trabajadores públicos
participaron en la huelga, con paros mayoritarios en el sector público, en los
transportes, a pesar de los abusivos servicios mínimos impuestos por el
gobierno, en la enseñanza y manifestaciones en defensa de los salarios, el
empleo y contra la reforma que el gobierno Sarkozy intenta aplicar para
empeorar la jubilación y las pensiones. A las manifestaciones también se
unieron numerosos trabajadores del sector privado.
Dos días después de la derrota de la
derecha en las elecciones regionales, Francia ha vivido el martes 23 de marzo
una nueva jornada de huelga, más de 1 millón de trabajadores públicos
participaron en la huelga, con paros mayoritarios en el sector público, en los
transportes, a pesar de los abusivos servicios mínimos impuestos por el
gobierno, en la enseñanza y manifestaciones en defensa de los salarios, el
empleo y contra la reforma que el gobierno Sarkozy intenta aplicar para
empeorar la jubilación y las pensiones. A las manifestaciones también se
unieron numerosos trabajadores del sector privado.
La CGT junto a otros cuatro sindicatos franceses, convocaron a los trabajadores del sector público en defensa "del empleo, el poder adquisitivo, las jubilaciones y las condiciones de trabajo". Precisamente una de las consignas más coreadas era: "Los trabajadores no podemos pagar la crisis de los especuladores". El gobierno Sarkozy, en sintonía con el resto de gobiernos europeos, ha presentado un plan de austeridad que pretende reducir el gasto público en 100.000 millones de euros de aquí al 2013, por si no fuera poco, ayer mismo anunció planes para ampliar los años necesarios de cotización para la jubilación, de 41 a 43,5 años. Según los sindicatos salieron a la calle más de 800.000 personas en 177 ciudades.
Esta huelga del sector público es la
culminación de un mes de marzo lleno de movilizaciones. El 12 de marzo hubo una
huelga general en la enseñanza contra la contrarreforma educativa que pretende
entre otras cosas eliminar 16.000 puestos de trabajo en el sector o la
privatización parcial de la enseñanza. El 11 de marzo hubo huelga en los
hospitales públicos contra el anuncio de eliminar 4.000 empleos. Ese mismo día
también hubo protestas de los trabajadores del transporte público contra la
subcontratación de empresas privadas, se
manifestaron los trabajadores de guarderías por el empeoramiento de las
condiciones laborales y contra el incremento de la edad de jubilación de su
sector que pasaría de los 55 a los 60 años y el 9 de marzo hubo huelga de
jueces, abogados y funcionarios de prisiones.
