La última perla del reaccionario Nicolas Sarkozy ha vuelto a poner de manifiesto la decrepitud de la derecha y el sistema capitalista, que es incapaz de dar unas condiciones dignas a los trabajadores. La burguesía, en su habitual método, ha añadido más restricciones a los inmigrantes que sufren ya de por sí una precaria situación. Las 90 deportaciones ya realizadas y las 700 que aún se esperan tienen como objetivo deshacerse de los gitanos en el país.

La última perla del reaccionario Nicolas Sarkozy ha vuelto a poner de manifiesto la decrepitud de la derecha y el sistema capitalista, que es incapaz de dar unas condiciones dignas a los trabajadores. La burguesía, en su habitual método, ha añadido más restricciones a los inmigrantes que sufren ya de por sí una precaria situación. Las 90 deportaciones ya realizadas y las 700 que aún se esperan tienen como objetivo deshacerse de los gitanos en el país. Los gitanos que primero se han seleccionado han sido aquellos que habitan en los campamentos y cuya situación es especialmente dura, pero si perpetran su ataque no se quedarán tan sólo ahí. En estos momentos de crisis económica, después de haber aprovechado la mano de obra extranjera durante el boom, ésta se hace innecesaria para los capitalistas. La expulsión de los gitanos cumple además otra función, utilizada muchas otras veces por la burguesía francesa y de todo el mundo: el enfrentamiento de las distintas etnias de trabajadores.

Para ello han tenido cuidado de utilizar toda su propaganda para asociar la imagen de los gitanos con la de ladrones, asegurando que deportarán a los que tengan antecedentes penales. Lo que se aseguran de guardar con más disimulo en conversaciones con los gobiernos de Rumania y Bulgaria (de donde provienen la mayoría de los gitanos que viven en Francia) es que el gobierno de Sarkozy pretende deportar a aquellos que no tengan permiso de trabajo o de residencia. No tener trabajo o permiso de residencia debe ser ahora un delito so pena de ser deportado.

Ante las críticas recibidas por la medida ha habido respuesta del gobierno. En palabras del magnánimo Ministro de Interior: "La gente es detenida, su identidad verificada y le proporcionamos dinero para volver en avión a su país de origen. Que alguien me explique cuál es el vínculo con las redadas de la Segunda Guerra Mundial". Tiene toda la razón, ahora no se manda a la gente a morir en campos de concentración, eso queda muy mal cuando se quiere pintar el rostro humano del capital, es mejor dejarlos morir fuera de las fronteras, dándoles una limosna de poco más de trescientos euros para limpiar su conciencia y evitando así toda responsabilidad.

La salida a esta situación de retroceso en los derechos de los inmigrantes, en la que también tenemos el ejemplo de la Ley de Arizona en EEUU y ataque generalizado a toda la clase obrera, sólo puede darse con una respuesta en forma de movilización de trabajadores y parados tanto nativos como inmigrantes pueden detener la ofensiva.

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