Europa entera está viviendo tiempos convulsos. Estos últimos meses han estado marcados por grandes movilizaciones y huelgas a lo largo y ancho del llamado viejo continente. Alemania no es la excepción. Cambios en la legislación laboral, reforma del sistema de pensiones y el aumento de los trabajadores subempleados son parte de las noticias cotidianas. A esto hay que añadir toda la campaña anticomunista con el 20 Aniversario de la caída del Muro de Berlín, que se cumplió en Noviembre pasado, y ahora con el 20 Aniversario de la Reunificación Alemana este 3 de Octubre. Un reflejo de esta campaña anticomunista es la reciente y emblemática decisión de la Bundesamt für Verfassungsschutz (BfV, OficinaFederal para la Protección Constitucional) de declarar al partido Die Linke (La Izquierda) sujeto a estricta vigilancia, incluyendo el espionaje y seguimiento de su dirección así como de toda su militancia. A fin de cuentas es un síntoma más del enorme miedo  que siente la burguesía ante la movilización y fortaleza de la clase trabajadora germana.

Algunos síntomas de la profundidad de la crisis: Huelgade los pilotos de Lufthansa

A principios de año se pudo conocer de las sucesivas huelgas que realizaron los más de 4500 pilotos de la aerolínea alemana Lufthansa y sus filiales Lufthansa Cargo, City-Line, Air Dolomiti,Eurowings y Germanwings, entre otras. Organizados en el sindicato de pilotos Vereinigung Cockpit, este sector de trabajadores, normalmente considerados como parte de la "aristocracia obrera" y "trabajadores de cuello blanco", entraron en huelga no sólo en reclamo de mejoras salariales y beneficios económicos, sino que    incluyeron la participación de sus delegados en la junta directiva de Lufthansa, así como la homologación de los beneficios colectivos de los que gozan los trabajadores alemanes para todos los trabajadores de las empresas subsidiarias de Lufthansa en el extranjero, particularmente Lufthansa Italia. A esta lucha se sumó también el sindicato que agrupa al personal de cabina, Unabhängige Flugbegleiter Organisation, con lo que la patronal tuvo que ceder ante lo que serían dos frentes de lucha y la unidad de todos los trabajadores de la multinacional.

Alexander Gerhard-Madjidi, vocero del sindicato de pilotos, defendía su posición declarando que "Allí donde diga que está Lufthansa debe ser como es dentro de Lufthansa", apelando a la igualdad de condiciones de trabajo y beneficios para todos los trabajadores de esta multinacional. Con esta postura, el sindicato ha puesto el dedo en la llaga: no se trata de una postura chovinista de atacar a los trabajadores extranjeros que la multinacional subemplea para bajar los costos laborales, sino justamente denunciar esta política explotadora por parte del patrono y evitarla homologando los beneficios de los trabajadores extranjeros con la de los de la casa matriz en Alemania.

El derechista diario alemán Bild, junto a voceros de los empleadores, políticos de derecha e incluso yuppies del mercado de valores, atacaron esta lucha con todo tipo de epítetos denigrantes, tratando de quebrar la solidaridad que pudieran brindarle otros sectores de trabajadores. En un artículo publicado por Bild el pasado18 de febrero y titulado "Ola de rabia contra huelga de lujo" se empezaba con la pregunta "¿Quién puede entender esta huelga?" y a continuación se aplaudían las iniciativas de la patronal para intentar quebrar la huelga a través del sistema judicial. Junto a esto, por supuesto, apelaban al malestar de los pasajeros con el lema "Huelga de Pilotos: ¿Cuáles son mis derechos como pasajero?" Adicionalmente intentaban señalar como un escándalo el que los pilotos exigieran participación en la directiva de la multinacional: "Los casi 4.500 pilotos (...) no sólo exigen mayor seguridad para los puestos de trabajo sino que quieren mayor influencia en el negocio. Volar solamente ya no les basta, ahora también quieren ¡mezclarse en el negocio!" El artículo igualmente intentaba denunciar los salarios de los pilotos de Lufthansa y compararlos con otras aerolíneas pequeñas a fin de evitar que la huelga se extendiera a otras aerolíneas o que hubieran acciones de solidaridad de otros sectores de trabajadores: "El sueldo anual para empezar ronda los € 62.000,00. Luego de doce años de servicio un Capitán gana € 110.000,00 y con algunos años más pueden llegar incluso a € 240.000,00. Sus colegas de Air Berlin ganan en promedio un tercio menos y en Easy Jet incluso menos." Vale recordar que la huelga en Lufthansa fue seguida por una huelga del personal de cabina de la aerolínea británica British Airways, aprobada por el 80% del personal.

El Tribunal Federal del Trabajo y las NegociacionesColectivas en Alemania

A finales de junio, el Bundesarbeitsgericht (BAG - Tribunal Federal del Trabajo) en la ciudad de Erfurt, capital del estado federado de Turingia, emitía un dictamen que anula la condición de unicidad de convenciones colectivas en una empresa, abriendo así la posibilidad para que distintos sectores de trabajadores de una misma factoría u otro tipo de empresa puedan negociar separadamente sus beneficios socioeconómicos y laborales. Como rápidamente denunciaron los grandes sindicatos, con esta medida se echa por tierra las negociaciones colectivas que de manera unitaria se han adelantado en Alemaniadurante décadas en todas y cada una de las empresas del país. La intención claramente es la de debilitar a los sindicatos grandes y favorecer la aparición de otros más pequeños y por lo tanto débiles y de esa manera permitir que cualquier lucha o huelga que pueda estallar en una empresa grande pueda ser aislada.

Como señala el semanario alemán Der Spiegel (El Espejo) en un artículo publicado en su sitio web, "La unicidad de convenciones colectivas practicada hasta ahora garantizaba que en una misma empresa no se firmaran convenciones colectivas paralelas por sindicatos diferentes. Si un patrono había firmado distintos acuerdos, los más específicos eran suplantados por los más generales. Esto llevaba a que los acuerdos sectoriales se impusieran por sobre los acuerdos individuales por empresa." Ya a principios de año el BAG había dictaminado en el caso de médicos de dos hospitales, agrupados en el Gewerkschaft Marburger Bund (MB- Sindicato de la Liga de Marburgo), que la convención colectiva firmada para los empleados públicos por el gigante sindical Ver.di  y que el MB no había firmado, no podía ser forzado a dichos médicos, abriendo así el camino a negociaciones separadas.

Sin embargo, representantes de las distintas cámaras y asociaciones patronales también han reaccionado en contra de la medida, particularmente la Bundesvereinigung der Deutschen Arbeitgeberverbände (BDA - Confederación Federal de las Cámaras de Empleadores Alemanes) y el derechista partido Unión Cristiano Demócrata (CDU). Ulrich Brocker, de la patronal del sector metal, declaraba a Der Spiegel que con esta medida las empresas ya no se pueden sentir seguras de nuevas luchas laborales una vez firmada una convención colectiva. "Cuando sindicatos paralelos en una misma empresa pueden poner en peligro a cada momento la paz en una empresa, se pierde totalmente una de las ventajas principales de los tabuladores sectoriales."

Michael Fuchs, vicepresidente de la fracción del CDU en el Bundestag (Parlamento Federal  Alemán), declaraba al diario alemán Frankfurter Rundschau que "No debería ser que a través de una división de los convenios colectivos se pueda paralizar una factoría", a lo cual agregó que "De ahora en adelante se la van a pasar yendo a huelga. Esto tendría consecuencias en la economía como un todo". Como ya es costumbre, el vicepresidente de la fracción del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) ante el Bundestag, Hubertus Heil, se pronunció en este mismo sentido, declarando que esta decisión favorecería el aumento en las luchas obreras en todas las empresas a lo largo y ancho del país, perjudicando así la estabilidad y rentabilidad de las mismas.

Si bien es cierto que la intención del BAG es la de atomizar las luchas de la clase trabajadora alemana y debilitar a los grandes sindicatos, particularmente a gigantes como Ver.di (empleados públicos) e IG Metal (sector siderometalúrgico) como ha denunciado la principal confederación sindical alemana, Deutsche Gewerkschaftsbund(DGB), en el contexto actual, en el que las bases están presionando a sus dirigencias sindicales para entrar en lucha y que debido a esta misma presión algunos burócratas sindicales han tenido que pronunciarse en contra de los ataques a los derechos de los trabajadores, es claro que el efecto de esta medida será una escalada en las luchas obreras. No le será tan fácil a la patronal o al gobierno apelar a la burocracia sindical para frenar las luchas y, lo más importante, estas luchas no necesariamente se verán atomizadas o aisladas tan fácilmente como ha sido la intención.

Die Linke y el dictamen de la Oficina Federal para la Protección Constitucional

El Partido Comunista de Alemania (KPD) fue ya ilegalizado en 1956 por la Oficina Federal para la Protección Constitucional (BfV). Luego de la reunificación alemana en 1990, el antiguo partido comunista de la RDA, Partido de la Unidad Socialista Alemana (SED), tuvo que oficialmente disolverse y convertirse en el Partido del Socialismo Democrático (PDS) para no correr la misma suerte del KPD. No por ello la burguesía alemana ha cesado en su intento por ilegalizar a éste o más recientemente al nuevo Die Linke (La Izquierda), que surgió de la unificación del PDS y de la escisión por la izquierda del SPD denominada WASG. De hecho, el PDS/Linke se encuentra entre los objetivos de vigilancia de la BfV desde 1995. El pasado 21 de julio, el Bundesverwaltungsgericht (Tribunal Federal Administrativo de Alemania) emitió un fallo en la ciudad oriental de Leipzig donde respaldaba la legalidad de la medida anunciada por la BfV de vigilar las actividades del jefe del partido en el estado federal de Turingia, Bodo Ramelow, quien viene del PDS.

De acuerdo a la BfV, se trata de vigilar de cerca las denominadas "corrientes extremistas" que hacen vida dentro del partido y cuyos planteamientos programáticos son considerados como inconstitucionales. En particular se hace mención de dos corrientes: Kommunistische Plattform (Plataforma Comunista) y el Marxistische Forum (Foro Marxista). El Oberverwaltungsgericht(OVG, Alto Tribunal Administrativo, una especie de Corte de Apelaciones) del estado federado de Renania del Norte - Westfalia presentó como pruebas a favor de la decisión diversos materiales firmados por la Plataforma Comunista, cuyo "crimen" es llamar a la nacionalización de los medios de producción. Curiosamente, el OVG señalaba que no se había demostrado que Ramelow en lo personal tuviera "aspiraciones que atenten contra la Constitución".

Como podía esperarse, la derecha ha saludado con entusiasmo esta medida. Así lo hizo el secretario de política interna del CDU, Wolfgang Bosbach, quien se refirió al dictamen como "contundente". Lo propio hizo el Ministerio Federal deI Interiores. Por su parte, Matthias Machnig, del SPD en Turingia, habló de Ramelow como un político íntegro y demócrata y denominó al fallo como "absurdo". "Obviamente el BfV no tiene nada mejor que hacer", declaró Machnig. En una entrevista con la Frankfurter Rundschaula recientemente electa Vicepresidenta del partido y diputada del Bundestag, Sahra Wagenknecht (una conocida dirigente que viene de formar parte del PDS y forma parte de la Kommunistische Plattform), denunció la sentencia como "una maniobra para acabar con Die Linke y convertirlo en un partido al margen de la legalidad, de manera que la gente tenga miedo de militar en él y hasta de ser simpatizantes."

Todo esto contrasta con la actitud del Estado alemán hacia las organizaciones de extrema derecha. Por ejemplo, el Nationaldemokratische Partei Deutschlands (NPD, Partido Nacional Demócrata de Alemania), una organización fascista fundada en 1964 y que retoma las propuestas ideológicas y programáticas del NSDAP, es decir, del partido Nazi, apenas se intentó ilegalizarlo en 2004 pero que gracias a los distintos recovecos y maniobras que permite la legalidad burguesa, no pudo ser prohibido. De hecho, en el 2006, con un 7,3% de los votos (6,5% más que en las elecciones anteriores en 2002) pudo conseguir 6 diputados al parlamento federal de Mecklemburgo-Pomerania Occidental, estado federado que entre 1990 y 1998 estuvo gobernado por el CDU, pero luego ha estado bajo el control del SPD y en el que el PDS/Die Linke ha estado por encima del 15% de votación. Análogamente sucedió en el estado federado de Sajonia, que desde 1990 ha sido gobernado por el derechista CDU, pero en el que el PDS/ Die Linke tiene un peso importante (más del 20% de los votos). En las elecciones al parlamento regional obtuvo en 2004 el 9,2% (12 diputados) y en 2009, el 5,6% (8 diputados).

En una entrevista publicada el pasado 22 de Agosto por el semanario Der Spiegel, el presidente de la BfV, Heinz Fromm, argumentaba que la elección de Sahra Wagenknecht a la dirección del partido era una señal clara y "alarmante" de que la influencia de las denominadas corrientes extremistas no era despreciable y que por el contrario era necesario implementar la vigilancia de las actividades del partido en general. Adicionalmente, Fromm señalaba que era conocido que Die Linke mantenía vínculos estrechos con organizaciones comunistas de otros países. Adicionalmente Fromm señalaba que era preocupante que en muchas manifestaciones anunciadas por Die Linke se sucedieran disturbios y hechos de violencia, aunque no podía demostrarse que el partido colaborara con organizaciones de la extrema izquierda como los denominados Autonome. Pero si algo está claro es que en la mayoría de los casos, los iniciadores de la violencia en las manifestaciones de izquierda ha sido la propia policía, bien sea infiltrando directamente los grupos ultraizquierdistas o bien por la actitud provocadora y violenta con la que acuden a las manifestaciones.

Como lo denunciaba el propio Ramelow a los distintos medios de comunicación alemanes, este dictamen abre la puerta para que toda la dirección del partido, tanto a nivel nacional, como de los distintos estados federados, estuviesen sujetos a vigilancia del BfV. Pero es claro que el BfV no se limitará a las direcciones nacionales o regionales del partido. Con su argumento de las "corrientes extremistas", cualquier militante o simpatizante del partido estará sujeto a vigilancia.

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