Recientemente se ha estrenado Che, el argentino, de Steven Soderbergh y sorprende que hayamos tenido que esperar tanto tiempo para poder ver una película que transmita de una forma seria y rigurosa la vida de una persona de una importancia como la del Che y un acontecimiento histórico tan trascendente como el de la Revolución Cubana, dando voz directamente a sus protagonistas.

Recientemente se ha estrenado Che, el argentino, de Steven Soderbergh y sorprende que hayamos tenido que esperar tanto tiempo para poder ver una película que transmita de una forma seria y rigurosa la vida de una persona de una importancia como la del Che y un acontecimiento histórico tan trascendente como el de la Revolución Cubana, dando voz directamente a sus protagonistas.
La película se centra en el periodo de la guerrilla en Sierra Maestra, tras el desembarco del Gramna en diciembre de 1956, hasta la huida de Batista, en el poder tras el golpe auspiciado por el imperialismo en marzo de 1952. La película comienza con el primer encuentro entre Fidel Castro y Che Guevara en México, quienes encabezaron una guerrilla que fue sumando a sus filas a un número importante de campesinos y pobres de las zonas rurales, explotados sin miramientos por la oligarquía cubana totalmente supeditada al amo de Washington, y que en consecuencia tenían un fuerte sentimiento antiimperialista. La burguesía cubana jamás había estuvo interesada en llevar a cabo reformas democráticas en la isla, ni en lo que se refiere al impulso hacia una sociedad industrial, ni en lo que se refiere a derechos democráticos, ni por supuesto una reforma agraria. Así pues el pueblo cubano, vivía inmerso en un régimen de semiesclavitud, con una economía atrasada, como así lo requerían los intereses de las multinacionales americanas, dedicada casi en exclusiva al cultivo de azúcar y tabaco.
La pobreza y analfabetismo eran la realidad social de Cuba antes de la revolución, así se constata en el film cuando vemos acudir a las filas guerrilleras a jóvenes llegados de todos los rincones para ofrecerse a derrocar al sangriento régimen de Batista y dejar atrás su podredumbre.En Cuba existía una fuerte tradición de lucha antiimperialista desde los tiempos de José Martí, unas tradiciones y un programa de liberación nacional que los cubanos no habían olvidado.
Convertido en uno de los dirigentes de esta guerrilla, Ernesto Che Guevara, un joven médico argentino y luchador, jugó un papel determinante para la victoria del pueblo cubano. Los combates en la sierra eran la forma de vida de este grupo de hombres que aguantaron condiciones durísimas siempre con la perspectiva de un triunfo revolucionario que pudiera consolidarse definitivamente en la isla.
Hay un escena en la película, después del triunfo de la revolución, en la que un periodista le pregunta al Che, en la sede de la ONU en Nueva York, cómo se explicaba la victoria tan rápida de la guerrilla en las ciudades y el Che contesta que en realidad el pueblo cubano llevaba décadas luchando y que ningún régimen puede durar indefinidamente si es odiado por las masas. Efectivamente, el derrumbe de la dictadura de Batista, que contaba con unos efectivos militares infinitamente superiores a los de la guerrilla, no se puede explicar sólo por la acción de unos centenares de hombres y mujeres valientes, sino por el ambiente social general de hartazgo que afectaba a las masas pobres de la ciudad y del campo y que jugaron un papel determinante en momentos decisivos de la revolución..
En la película podemos ver el Che desempeñando su papel de guerrillero y de médico, no sólo atendiendo las necesidades sanitarias de sus compañeros de armas, sino pasando consulta en la sierra a las poblaciones campesinas circundantes que acudían a la guerrilla ya que no podían obtener atención médica por parte del "pseudoestado cubano", incapaz de ofrecer las más mínimas condiciones de vida a las masas.
En la película se pone en boca del Che que un revolucionario está motivado principalmente por sentimientos de amor: amor a la justicia, a la verdad, a la igualdad, a la humanidad, en definitiva amor a la vida... La dinámica real de la revolución demostró que su amor por la vida era incompatible con el amor de los capitalistas por sus beneficios. La caída de la dictadura de Batista resultó ser un prólogo de la lucha contra el capitalismo, aunque esta parte está reservada a la segunda parte de la película, que aún no ha sido estrenada.
La película termina con una escena, que no vamos a detallar, que anticipa una de las grandes preocupaciones del Che en el futuro: el combate al burocratismo.
Es una película muy equilibrada y muy objetiva que refleja sin sentimentalismos innecesarios la realidad de un pueblo oprimido que toma en sus manos la enorme tarea de cambiar su realidad; deja patente el grandísimo apoyo y entusiasmo popular que suscitaba la guerrilla a su paso liberando pueblos y comunidades, la gran identificación entre pueblo y líderes revolucionarios y sobre todo, la necesidad real y concreta de cambiar el statu quo. En definitiva, es una película necesaria, y que llega en un momento clave para la lucha de clases en América Latina.

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