"Agresiva y sin complejos", una patronal que cuando "diga que no, la administración se arrodille". Así define Pere Barrios, socio fundador y presidente, lo que quiere que sea Patronal Catalana. Esta nueva entidad empresarial, surgida a finales de mayo, pretende ser la principal organización para "defender los intereses generales de los empresarios", al considerar que están desprotegidos por las patronales existentes. Pretende ser una nueva herramienta al servicio de la burguesía catalana para pedir "cosas que hasta ahora nunca se han atrevido a pedir".
¿Qué significa "defender los intereses de los empresarios"?
Entre los objetivos marcados por Patronal Catalana, por ejemplo, está bajar el coste de los despidos, "si es posible, a cero". Bajo el pretexto de que la COVID ha provocado la necesidad de reestructurar la plantilla, y que "los ERTE no son suficientes", defienden la "flexibilidad de la contratación total" y que el trabajo sea otra mercancía al servicio de los beneficios empresariales.
Alternativamente, defienden la "mochila austriaca", un sistema según el cual la empresa reserva una cantidad de dinero cada mes para el trabajador y, en caso de despido, esta cantidad se convierte en su subsidio. Esta medida, que también fue defendida recientemente por el Banco de España [1], supondría dar un paso importante hacia la privatización del sistema de la Seguridad Social y acabar con la cobertura integral ("solo cobrarás lo que has pagado previamente").
También quieren generalizar los contratos de prácticas y de becario en todas las franjas de edad y habilitar un sistema con el que las startups puedan contratar parados para que trabajen para ellos sin pagarles ningún salario. La línea entre esto y la legalización de la esclavitud es muy delgada.
Abogan por reducir los impuestos para los empresarios, retrasar la edad de jubilación hasta que los empleados no puedan trabajar físicamente, que las empresas definan los planes de estudio en la universidad y la FP según sus necesidades, asociar los salarios a la productividad, endurecer la reforma laboral, cargarse el derecho a huelga y el impuesto de sucesiones y eliminar los sindicatos. [2]
La oligarquía catalana independentista no es ninguna aliada
Pere Barrios representa a un sector de empresarios catalanes que son independentistas con el anhelo de ser el Ibex-35 de una Catalunya independiente y forrarse a costa de la explotación más salvaje de la clase obrera catalana. Aunque amplias capas empresariales catalanas se han opuesto a la independencia por temor a un movimiento de masas que lucha por la república catalana para poner fin a la represión de los derechos democrático-nacionales pero también para acabar con el desempleo y la precariedad, está claro que lo que dice Pere Barrios lo piensa toda la oligarquía catalana. Y también la española y la europea, como recogen las exigencias de la CEOE y la UE. La burguesía se prepara para el nuevo periodo post-COVID y reclama más mano dura contra los trabajadores para apuntalar los beneficios empresariales en un contexto de crisis orgánica del sistema económico.
Pere Barrios es un empresario del sector metalúrgico que dirige un entramado de 16 empresas, que en 2019 le remitieron un beneficio neto de 2,4 millones de euros, que supone más del doble que el año anterior. Viendo las medidas de Patronal Catalana no es difícil entender que si es rico no es precisamente por su "capacidad de emprendimiento". Barrios fue presidente de PIMEC Metal, PIMEC en el Vallès Oriental y miembro de la propia junta directiva hasta este mismo año. Desde 2019 es vicepresidente de la Cámara de Comercio de Barcelona. Es amigo personal de Joan Canadell, empresario del sector del embalaje y del petróleo y número 2 de Junts en las últimas elecciones parlamentarias, conocido por sus ideales y tuits ultranacionalistas y racistas en alabanza a Trump [3]. Barrios tiene muy claro cuáles son los intereses de su clase.
La Catalunya que defiende Pere Barrios no tiene nada que ver con la que defendemos millones de jóvenes y trabajadores y trabajadoras que nos hemos movilizado en los últimos años por una república catalana que sirva para acabar con la catástrofe social a la que nos condena el sistema capitalista. Cuando los dirigentes de la ANC le apoyan con el argumento de que es independentista [4], lo que hacen es alejar la consecución de la república catalana por la que luchamos la mayoría.
La derecha independentista es implacable en la defensa del capitalismo, las ganancias empresariales y la opresión de la clase trabajadora. Su defensa de la independencia estará siempre subordinada a los intereses estratégicos de la burguesía, a fin de habilitar un marco estatal en el que llevar a cabo sus negocios criminales con mayor libertad e impunidad. Apoyarlos solamente aleja a amplios sectores de trabajadores que miran con reticencia la lucha por la independencia precisamente por el papel de dirección que se otorga a estos sectores reaccionarios.
¡Hay que romper con la derecha catalana! ¡Por una República Socialista Catalana!
La única manera de tumbar al régimen capitalista del 78, acabar con la represión y conseguir una República catalana al servicio de la mayoría es defender un programa genuinamente socialista. Que luche por acabar con la precariedad que sufrimos los trabajadores y la juventud, y poner fin a los recortes en los servicios públicos y a los desahucios. Así conseguiríamos el apoyo de la inmensa mayoría de la población en Catalunya y la simpatía de los trabajadores y trabajadoras del resto del Estado y de todo el mundo.
Romper con la derecha catalana y los representantes de la gran burguesía es básico. Necesitamos una organización que lo defienda en las palabras y en los hechos. ¡Únete a la Izquierda Revolucionaria para defender esta alternativa!
Notas
[2] Web de la Patronal Catalana: Objetivos
[3] ] “Els twits més polèmics de Joan Canadell”, por Roger Palà, en ElCrític, 14 diciembre 2020.