¡Basta ya de montajes policiales, libertad para los jóvenes de Altsasu!

El 16 de junio se celebró en Iruñea la que probablemente sea la mayor manifestación de su historia, llegando a superar con creces la que se convocó el 14 de abril por el mismo motivo. Más de 150 mil personas, que procedían de todas partes de Euskal Herria, muchos de Catalunya y del resto del Estado se reunieron masivamente exigiendo libertad para los jóvenes de Altsasu. En el comunicado final, los padres agradecían sin cesar la gran solidaridad internacional que han obtenido de países de todos los continentes y la participación en la manifestación de “la gente que acudió desde Cataluña, Madrid, Castilla, Aragón, Galicia, Extremadura,  Andalucía, pueblos de la península, pueblos solidarios”.

Ante la previsión de esta masividad, los convocantes de la manifestación tuvieron que cambiar la salida de la manifestación. Durante un recorrido de 4 kms la cabecera de la manifestación se abrió paso en medio de una multitud que aplaudía y gritaba libertad para los de Altsasu ininterrumpidamente durante todo el recorrido.

La reacción por parte de UPN y el PP de Navarra no se ha hecho esperar. Han criticado el apoyo del gobierno de Navarra a esta manifestación tildándolo de “gesto totalitario” según palabras de Ana Beltrán. Su histérica reacción no es más que la muestra del nerviosismo que  produce esta gran movilización a la derecha españolista y a la burguesía, que pone de manifiesto la poca credibilidad que tiene todo el aparato estatal franquista, sus instituciones jurídicas y de la maquinaria de propaganda que se ha encargado de construir este burdo montaje policial.

Esta manifestación y los cientos de movilizaciones que se han organizado estas semanas tanto en Euskal Herria como fuera de ella, representan un golpe tremendo para el régimen del 78. Nunca en la historia de este régimen había estado tan deslegitimado entre las masas trabajadoras y la juventud el aparato represivo del Estado. El 1 de octubre en Catalunya, tras la vergonzosa sentencia de la manada, con el caso de los jóvenes de Altsasu -entre otros muchos otros- unido a la impunidad de la que gozan los políticos corruptos, las fuerzas policiales o la familia real, ha desatado la indignación y llenado las calles una y otra vez. El papel del aparato de Estado, aparato represivo para defender los privilegios capitalistas, ha sido presentado en su más cruda realidad, deshaciendo las florituras y los discursos de una supuesta justicia imparcial.

La sentencia del 1 de Junio impone penas de hasta 13 años de cárcel - que entre los 8 jóvenes suman 79 años- más 100.000€ que deberán pagar a los agentes. El 5 de junio un enorme despliegue de la Guardia Civil entraba en Altsasu por orden de la Audiencia Nacional llevándose detenidos a 4 jóvenes a Soto del Real, alegando riesgo de fuga, aunque no ha habido ningún indicio de ello en más de año y medio. Los 4 jóvenes se unían así a los 3 que ya llevan 580 días en la cárcel a cientos de kilómetros de sus casas.

Sin embargo, por si esto no fuera suficiente, 48 horas antes de la manifestación, la fiscalía recurría esta infame sentencia por parecerle  demasiado blanda  y volvía a pedir que se condenara a los 8 jóvenes por delitos de terrorismo auspiciados por ETA. Es más que evidente la nostalgia que siente la reacción por la disolución definitiva de ETA. Durante décadas su existencia ha sido la coartada para apoyar la represión y la arbitrariedad jurídica en Euskal Herria. La manifestación del 16 de Junio también pone a su vez sobre la mesa el avance que supone la desaparición de ETA, que abre el camino para fortalecer la unión revolucionaria  de la clase trabajadora y la juventud que sale masivamente a  las calles para luchar por cambiar su realidad. En Euskal Herria durante las últimas décadas ha habido muchas detenciones y juicios basados en montajes judiciales, la tesis de “todo es ETA”, etc., sobre todo contra jóvenes, pero hasta ahora no se había visto una respuesta tan masiva.

Desde Ezker Iraultzailea/Izquierda Revolucionaria denunciamos el criminal montaje policial contra los jóvenes de Altsasu y esta sentencia. Exigimos la puesta en libertad inmediata de todas las víctimas y presos políticos de este aparato judicial franquista, que se derogue la Ley Mordaza y todas las leyes represivas. Tal y como ocurría hace 40 años, la lucha contra la represión es la lucha contra el régimen que la sustenta, que tiembla de miedo ante la fuerza de la clase obrera y la juventud.

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