En Euskadi, según las encuestas publicadas por EITB ni Ciudadanos ni Vox conseguirían ningún diputado. El PNV es el voto útil de la derecha. Detrás de la verborrea “democrática” de los dirigentes peneuvistas, se encuentra un partido de derechas clásico, comprometido con la defensa incondicional y con el sostén de este sistema, siendo uno de los principales responsables de sus terribles consecuencias para la mayoría de la población y participando activamente en las prácticas corruptas que los partidos del régimen llevan a cabo sistemáticamente.
Durante esta última legislatura también un nutrido grupo de exdirigentes del PNV se han sentado en el banquillo acusados de múltiples casos de corrupción.
El PNV ha llevado a cabo una “ofensiva neoliberal”, ha precarizando el empleo, ha endurecido el acceso a la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) y se ha negado a mejorar las condiciones de los pensionistas con salarios más bajos. Es el PNV el que ha privatizado más que en ninguna otra parte del estado la sanidad y la educación pública y el que ha recortado drásticamente el gasto social mientras eleva incesantemente el porcentaje dentro de los presupuestos autonómicos del dinero dedicado al pago de intereses a la banca.
El PNV tampoco garantiza los derechos democráticos del pueblo vasco
Mientras los dirigentes del PNV visitaban Catalunya y hacían declaraciones a favor del procés en la prensa e incluso asistiendo, de forma oportunista, a manifestaciones, por otro lado actuaban junto al PSOE como uno de los principales arietes del PP contra el pueblo catalán. Urkullu no solo se ha negado a defender consecuentemente el derecho a decidir en Euskal Herria, sino que además fue el primero en cuestionar la validez del referéndum catalán del 1 de octubre y emplearse a fondo para tratar de evitar que se declarase la independencia en Catalunya. Fue también Urkullu el encargado de intentar convencer a Puigdemont para que acatase la legalidad española y convocase elecciones anticipadas.
Desde Ezker Iraultzailea contribuiremos con todas nuestras fuerzas a la derrota del bloque reaccionario que representan PP, Cs y Vox, pero también a la de las políticas capitalistas de austeridad y recortes que llevan a cabo el PNV y el PSE y que asfaltan el camino a los anteriores.
Para derrotar con contundencia a la derecha en todas sus variantes en Euskadi, es necesario que los partidos que se presentaron como instrumentos para el cambio real (Elkarrekin Podemos y EH Bildu), den un giro decisivo en la política que han venido desarrollando hasta el momento. Las dos formaciones han centrado su foco en las instituciones y el juego parlamentario, dejando de lado la movilización en la calle y llegando incluso a depositar esperanzas de cambio sobre la base de llegar a acuerdos y pactos con el PNV: ningún acuerdo con quienes nos recortan y explotan logrará mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y jóvenes de Euskal Herria ni conquistar el derecho a la autodeterminación.
Es el momento de que EH Bildu y Elkarrekin Podemos, defiendan una oposición contundente de transformación social, confrontando tanto con la derecha españolista como con los partidos que en Euskadi y en el resto del Estado, defienden y gestionan el capitalismo lesionando los intereses de la mayoría. Pactos, como el alcanzado por EH Bildu con ERC, para concurrir a las elecciones generales del 28 de abril, si no están sustentados sobre estos principios, en la práctica no pasarán de ser un acuerdo electoral basado en una declaración general de buenas intenciones democráticas.
Si Elkarrekin Podemos y EH Bildu quieren recuperar el apoyo social y que los jóvenes y trabajadores vuelvan a considerar a estas organizaciones como herramientas útiles para transformar sus vidas, deben retomar el camino de la lucha social, dejar claro que en las instituciones sólo podremos conquistar mejoras si la participación en ellas está respaldada por la movilización masiva y contundente, rechazando pactos con la derecha y defendiendo un programa para transformar la sociedad.