¡Levantar una alternativa revolucionaria y comunista en Euskal Herria!
En las últimas semanas hemos asistido a una ofensiva desde la dirección de EH Bildu y Sortu contra el avance de Gazte Koordinadora Sozialista (GKS) y Mugimendu Sozialista (Movimiento Socialista).
Desde Ezker Iraultzailea queremos manifestar públicamente nuestro rechazo a estos métodos injustificables, que atentan contra la libertad de expresión de la izquierda y dan alas a la derecha vasca y a las fuerzas represivas en su campaña de criminalización de la juventud combativa.
Los compañeros y compañeras de GKS han denunciado en numerosos foros que la dirección de la Izquierda Abertzale está llevando adelante una campaña de mentiras y hostigamiento para "expulsar al Movimiento Socialista de los espacios públicos", excluyéndoles de Gaztetxes y espacios ocupados, de las Txoznas de varios pueblos (Gasteiz, Lazkao, Hernani, Lesaka…) de cara a limitar su financiación.
Estos métodos y acciones tratan de tapar el descontento que se extiende entre amplios sectores de la juventud vasca. El avance de GKS en los últimos años y su creciente influencia refleja las simpatías y la autoridad que están ganando las ideas comunistas en Euskal Herria, y también una crítica profunda hacia la deriva reformista e institucional tanto de Sortu como de EH Bildu. Una crítica que conecta con el malestar existente entre miles de militantes de la Izquierda Abertzale, de EH Bildu y de Sortu, tal y como se constató en el último Congreso de Sortu.
Desde Ezker Iraultzailea rechazamos rotundamente este tipo de ataques que tratan de imponer la censura respecto a un debate crucial que se está desarrollando sobre qué tipo de izquierda independentista necesitamos y qué programa político es necesario defender en el actual contexto de crisis capitalista y guerra imperialista. ¿Una izquierda anticapitalista de combate que impulse la lucha en las calles o una izquierda “posibilista, pragmática e incluso conservadora” tal y como señaló la dirección de Sortu en su último Congreso?
El PNV y el Gobierno vasco contra GKS y el Movimiento Socialista
La actitud del aparato del Estado o del PNV y sus medios de comunicación está siendo muy clarificadora al respecto. Han incrementado la represión hacia la militancia de GKS, desalojando policialmente gaztetxes y espacios ocupados por ellos. La prensa burguesa dominada por el PNV no ha perdido ocasión para verter todo tipo de infamias y calumnias contra este colectivo, recurriendo a titulares propios de la derecha españolista más rancia, acusándoles de ser “los nuevos cachorros de ETA”.
Andoni Ortuzar, actual presidente del PNV, no ha dejado de atacar a GKS en sus discursos al más puro estilo del PP y de Vox, acusándoles “de populismos baratos", de ser “revolucionarios de salón”, de querer una “Euskadi roja”, un modelo que “ya fracasó en la antigua Unión Soviética”, y en última instancia, de querer acabar con la “libertad”, emulando con sus palabras el discurso de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso.
También les han acusado falsamente de apoyar a Putin porque se han negado a hacer seguidismo del imperialismo norteamericano, de la OTAN y del Gobierno ultrarreaccionario de Zelenski, denunciando la política de "unidad nacional" a la que se ha sometido casi toda la izquierda parlamentaria, desde UP hasta ERC y EH Bildu.
Una campaña a la que se ha sumado la dirección de EH Bildu y de Sortu en las últimas semanas, utilizando su poder institucional en algunos Ayuntamientos para excluir a GKS de la Txoznas y otros espacios públicos.
¿Qué políticas está defendiendo EH Bildu y Sortu?
Arnaldo Otegi ha reconocido abiertamente este giro que señalamos, hablando de “radicalidad responsable y prudente”. Pero ¿responsable y prudente con quién? Si atendemos a las políticas acordadas durante los últimos meses la respuesta es muy clara: con el Gobierno de Pedro Sánchez, con el PNV y con la patronal.
Así ha ocurrido en Euskal Herria, donde la dirección de EH Bildu ha garantizado los presupuestos del Gobierno PNV-PSE y del Gobierno de Navarra, y respaldado entusiastamente el llamado “Pacto Educativo” —un auténtico regalo para las patronales de la educación privada concertada que se llenarán los bolsillos con los recursos públicos profundizando aún más la segregación clasista. También con la participación de EH Bildu en el 40 aniversario de la Ertzaintza y con su renuncia pública a los ongi etorris de los presos, mostrando su “responsabilidad institucional”.
Y lo mismo podemos decir respecto a su política en Madrid, donde se han sumado en la práctica, a pesar de algunos matices en el discurso, a la política otanista de “unidad nacional” con motivo de la guerra de Ucrania, participando del aplauso de la vergüenza en el Congreso de los Diputados al reaccionario Zelenski.
En los últimos meses, EH Bildu ha sido clave de cara a salvar el decreto “anticrisis” de Pedro Sánchez, prestando de nuevo su apoyo a las políticas capitalistas del Gobierno: 16.000 millones de euros, entre ayudas directas, reducciones de impuestos y créditos bonificados que irán a las manos del Ibex35, en medio del escándalo de espionaje masivo del caso Pegasus, que ha vuelto a demostrar la completa impunidad en que se mueven el aparato del Estado español y del régimen del 78.
La portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, justificaba su apoyo de esta manera: “Nosotras aprobamos medidas para el beneficio de la ciudadanía. Y usted nos espía. Nosotros hacemos propuestas para mejorar la vida de los trabajadores y trabajadoras vascos, catalanes y también españoles, y usted nos espía. Nosotras sostenemos la mayoría plurinacional y progresista que impide un Gobierno de la ultraderecha, y usted nos espía. Nosotras evitamos que la derecha aplique su agenda autoritaria de recorte de derechos y libertades, y usted, nos espía”.
Pero ¿es esto cierto? ¿Se están aprobando medidas “para mejorar la vida de los trabajadores”? ¿Estamos ante un Gobierno “plurinacional y progresista” que impide el avance de la ultraderecha? ¿Se está evitando “que la derecha aplique su agenda autoritaria de recorte de derechos y libertades”? Desgraciadamente no. Al revés, las condiciones de vida de la clase trabajadora no dejan de empeorar, la inflación está hundiendo nuestros salarios, la desigualdad está alcanzando cotas desconocidas, y los servicios públicos, la sanidad y la educación públicas, están arrasados. Y la derecha, como se ha visto en las últimas citas electorales, y ahora en Andalucía, avanza terreno peligrosamente.
Tildar de “plurinacional y progresista” a un Gobierno encuadrado con el imperialismo norteamericano y con la OTAN, que ha dejado intacta la reforma laboral del PP y que se ha negado a derogar la Ley mordaza, que está totalmente comprometido con un aparato del Estado plagado de franquistas, y que sigue reprimiendo con saña los derechos democrático nacionales en Cataluña y Euskal Herria, supone encubrir la realidad y arrojar arena a los ojos de la juventud y de la clase trabajadora. ¡Por eso se recurre a medidas burocráticas de cara a ahogar el debate político!
Construir una izquierda revolucionaria
Desde GKS y el Movimiento Socialista se está levantando una crítica política que compartimos plenamente frente a esta peligrosa deriva que a lo único que conduce es a fomentar la desmovilización, la desmoralización y el auge de la reacción.
La experiencia está demostrando a la clase trabajadora que la única forma de defender nuestros derechos es mediante la acción directa, mediante la lucha y la movilización en las calles, con huelgas contundentes y combativas. Sin embargo, la dirección de EH Bildu, siguiendo cada vez más el errático ejemplo de UP, está dando la espalda a esta fuerza centrando toda su actividad política en la mera aritmética parlamentaria y en acuerdos impotentes que solo benefician a la patronal, al PNV o al PSOE. No es cierto que estemos avanzando, ¡al revés!
Frente a esta estrategia, desde GKS y el Movimiento Socialista han apostado por recuperar las calles, participando en conflictos obreros, impulsando huelgas estudiantiles, y convocando diversas movilizaciones contra “la dictadura de la burguesía” y contra la carestía de la vida.
Unas movilizaciones que han agrupado a miles de jóvenes, pero que han sido vistas con recelo y desconfianza por las direcciones de EH Bildu y Sortu, al suponer un desafío a su política de colaboración de clases y a una estrategia que pasa desgraciadamente por garantizar la paz social. Por eso mismo se ha abandonado cualquier referencia a la huelga general en estos momentos.
Tal y como plantean las y los compañeros de GKS, se pueden tener grandes diferencias y fuertes polémicas políticas, pero hay líneas rojas que no podemos permitir que se rebasen: “la seguridad de los militantes, el derecho a usar espacios públicos y el derecho a la financiación”. Desde Ezker Iraultzailea los sabemos bien porque también lo hemos sufrido.
Este tipo de acciones solo persiguen un objetivo: hurtar el debate político y acabar con cualquier disidencia. Si la dirección de EH Bildu o Sortu están convencidos y seguros de sus posiciones políticas que las defiendan democráticamente, pero no tratando de silenciar o expulsar del movimiento a aquellos que disentimos de su deriva.
Para nosotros, como comunistas revolucionarios, lo fundamental es ganar pacientemente a la mayoría de la clase trabajadora que hoy se encuentra bajo la influencia de la socialdemocracia tradicional, de la nueva izquierda reformista y de los dirigentes de los sindicatos de masas. Por eso, si queremos llevar a la práctica la política de Lenin, tenemos que dirigirnos a la base militante de la Izquierda Abertzale, de EH Bildu y de Sortu, y también de los sindicatos de masas, de ELA y LAB, donde además existe una enorme insatisfacción. Sería un error apartarse de miles de sindicalistas y activistas que participan honestamente en estas organizaciones, que son críticos y que están buscando una alternativa revolucionaria.
Los recortes, la inflación y la ofensiva patronal contra los derechos laborales están empujando a un auge formidable de las luchas obreras en Euskal Herria. Las huelgas del metal de Araba y Bizkaia, de Osakidetza, residencias, limpieza y numerosos conflictos en empresas están poniendo en evidencia la enorme fuerza de la clase trabajadora. Debemos dirigirnos allí, planteando la necesidad de unificar las luchas, exigiendo a las direcciones de ELA y LAB, y también de EH Bildu y a Sortu, la convocatoria y organización de una huelga general en Euskal Herria. Solo así podremos extender nuestras ideas comunistas y nuestras prácticas revolucionarias al conjunto de las y los trabajadores.
Tal y como explicó Lenin en su ejemplar libro “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”, este camino no estará exento de dificultades, zancadillas y acusaciones por parte de la burocracia socialdemócrata y sindical. Pero es el único camino para construir la herramienta que necesitamos para llevar adelante la transformación socialista de la sociedad, el partido comunista revolucionario.
En Ezker Iraultzailea lo tenemos claro. Vamos a continuar contribuyendo con todas nuestras fuerzas a levantar la alternativa comunista, y eso implica una colaboración fraternal y compañera junto a GKS y el Movimiento Socialista.