En la mañana del 14 de abril, jóvenes, trabajadores, vecinos y vecinas de Carabanchel nos hemos concentrado en la plaza de Oporto para protestar y denunciar a los fascistas de Vox, que hoy tenían un mitin en nuestro barrio. A pesar de que la presencia de los cayetanos y pijos de Serrano y Núñez de Balboa no ha superado las 150 personas, los antifascistas que estábamos haciendo frente a su discurso patronal, franquista y racista hemos sido cercados y hostigados por un brutal contingente de antidisturbios. Una fuerza policial que ha actuado, como en Vallekas, jugando el papel de servicio de orden de Vox y que, tras disolvernos pacíficamente, nos ha obligado a salir por una única calle, rodeándonos y procediendo a retenciones e identificaciones ilegales a lo largo de más de 500 metros. Una actuación represiva y antidemocrática, propia de un Estado policial, y decidida por la Delegación de Gobierno de Madrid en manos del PSOE.
A las 12:30 de la mañana, compañeros y compañeras de Izquierda Revolucionaria, el Sindicato de Estudiantes y otros colectivos antifascistas del barrio desplegábamos nuestras pancartas y empezábamos a gritar alto y fuerte “el fascismo no pasará”. Inmediatamente, la policía nos comunicó que teníamos que abandonar la parte de la plaza donde nos habíamos situado, a más de 50 metros del mitin fascista de Vox, para arrinconarnos en una esquina de la misma. En un tono arrogante y autoritario nos señalaron que esta era nuestra única opción. A pesar de las provocaciones de los fascistas, que en todo momento contaron el compadreo de los agentes y mandos policiales, más de un centenar de antifascistas no paramos de gritar consignas y cánticos contra la ultraderecha durante una hora.
A las 13:30 el cordón policial de antidisturbios fue reforzado con una nueva dotación. En ese momento nos rodeaban más de 40 efectivos de la UIP, a los que escuchamos hablar abiertamente sobre una posible carga. Ante una situación de abuso tan descarado, los concentrados decidimos dar por terminada la acción de protesta y disolvernos pacíficamente. Cuando procedíamos a hacerlo, entre cánticos y aplausos, el mando de los UIP nos dijo que no podíamos disolvernos hasta que ellos no nos lo comunicaran. ¡Increíble! Al cabo de cinco minutos nos señalaron que tendríamos que salir por la acera de la izquierda de la calle Valle del Oro y que seríamos acompañados por los antidisturbios durante 100 metros.
Cuando un centenar de antifascistas marchábamos pacíficamente rodeados por más de 40 antidisturbios, estos faltaron a su propia palabra y estuvieron identificándonos y reteniéndonos ilegalmente durante más de 400 metros. En una actuación que conculcó nuestros derechos democráticos, los agentes, la gran mayoría de ellos con banderas de España en sus pistolas, porras y en las pulseras de sus muñecas, nos obligaron a sentarnos en el suelo o nos colocaban contra la pared, como si fuéramos peligrosos terroristas.
Las últimas compañeras en ser liberadas de esta retención ilegal fueron Coral Latorre, secretaria general del Sindicato de Estudiantes, y Marina Mata, secretaria de Organización. La presión de los que rodeábamos a las compañeras y la enérgica exigencia de su libertad por parte de nuestro abogado, Víctor Taibo, hizo que finalmente fueran liberadas de esta retención e identificación ilegal.
Después de la brutal actuación de la policía en Vallekas, el acoso y el abuso policial que hemos sufrido en Carabanchel deja clara la escalada autoritaria que estamos viviendo. La policía se comporta como la guardia de corps del PP y de Vox. Pero lo más lamentable es que el mando político de estos policías es la delegada del Gobierno de Madrid, del PSOE, que es responsable de poner en marcha estos dispositivos. Unas decisiones que no tienen nada que ver con el “sosiego” o con la “tranquilidad” pero que sí están envalentonando tanto a los fascistas como a las fuerzas policiales, otorgándoles carta blanca para reprimir a la juventud y a la izquierda combativa.
Desde el Sindicato de Estudiantes e Izquierda Revolucionaria llamamos a todas las organizaciones de la izquierda, a todos los colectivos sociales y a todos los demócratas y antifascistas a denunciar estos hechos y a darles la máxima publicidad para que no queden impunes. Por nuestra parte, continuaremos activamente en la batalla contra el fascismo y, aunque sabemos el papel de las instituciones del régimen, vamos a denunciar en el Juzgado de Guardia este atropello policial.
¡Ni un paso atrás en la lucha contra el fascismo!
¡No pasarán!