Es bien sabido que el IPC no refleja el aumento real del coste de la vida. Pero esto va a cambiar con el nuevo IPC que entró en vigor en enero: seguirá sin contemplar el coste de la vivienda, pero a partir de ahora sí contemplará un gasto tan "fundamental" como las operaciones de cirugía estética. Esto sí que es compensación a nuestra desdicha, ahora es el momento de alcanzar el prototipo de belleza en los quirófanos. No nos quejemos de tonterías en tema de vivienda e hipotecas, que una cosa son vicios y otra son necesidades. Así de justo es el capitalismo, que le da más importancia a arreglarse la cara que a tener una casa. Seguiremos sin poder acceder a una vivienda, pero nos podremos poner todos guapos (obviamente en clínicas privadas, donde, por cierto, en lo que va de año ya han muerto tres mujeres en operaciones de cirugía estética).

 

 

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