Vicepresidente y secretario del comité de empresa por CCOO en el Hotel Puente Romano (Málaga)
Entrevistamos a David Bernardo del Hotel Puente Romano (Málaga), recientemente elegido vicepresidente y secretario del comité de empresa por CCOO y sindicalista veterano de la Corriente Marxista El Militante. Sobre estas elecciones y el modelo sindical que necesitan los trabajadores nos habla en las siguientes líneas.
El Militante.- Los resultados de las elecciones sindicales en el Hotel Puente Romano han sido un triunfo aplastante de la candidatura de CCOO que apostaba por un sindicalismo de clase, combativo y democrático. 12 representantes de los 13 que se podían elegir son miembros de esta candidatura. El viejo comité de empresa ha sido barrido por completo. ¿Podrías explicarnos por qué los trabajadores han decidido apoyar masivamente vuestra candidatura?
David Bernardo.- El principal problema de la plantilla del Hotel Puente Romano es la desi-gualdad y la injusticia social, todo esto se materializa en toda una seria de condiciones de trabajo diferentes para cada trabajador, aún teniendo la misma categoría profesional. Dentro de una misma categoría hay diferentes escalas salariales y condiciones de trabajo. Asimismo, la empresa con un sector importante de trabajadores hace lo que quiere en turnos, vacaciones, descansos, orden de llamamiento de los fijos discontinuos, etc. Esto facilita el que la empresa haya ido progresivamente recortando personal en los últimos años con el consiguiente aumento de los ritmos de trabajo. Con respecto a hace cuatro años hay treinta trabajadores menos en plantilla; mientras, se han abierto nuevas habitaciones y se han creado más puntos de venta. En definitiva, más trabajo, menos personal y más beneficios para los de siempre a costa de los trabajadores.
La política del anterior comité frente a todo esto fue la inactividad, la falta de transparencia, la descalificación de las propuestas que hacíamos otros compañeros y, sobre todo, la falta de cohesión y de alternativas frente a los problemas que planteaban los trabajadores. En muchas ocasiones, sobre todo en despidos, la acción sindical era nula y los trabajadores en vez de recibir alternativas a los problemas recibían broncas y prepotencia. Todo esto iba unido a la desconfianza en la honestidad de la política del comité, al producirse subidas de sueldo o promociones de algunos miembros sin que ni siquiera se informara de ello al pleno del comité de empresa.
Creo que los trabajadores han apoyado masivamente nuestra candidatura porque los hombres y mujeres que la integramos hemos demostrado no sólo en palabras sino en los hechos que es posible otra alternativa. Una alternativa que ofrece una política sindical diametralmente opuesta a la del anterior comité. Planteamos la necesidad de la transparencia, del sindicalismo democrático, de clase, de un comité activo y dando la cara por los trabajadores, de la honestidad, de la unidad con los comités de otros hoteles; un comité que esté con los trabajadores y los trabajadores con el comité.
EM.- Parece que un papel fundamental en la lucha que habéis librado en defensa de un modelo sindical democrático y combativo lo han jugado las trabajadoras más explotadas del hotel, especialmente camareras y limpiadoras y los trabajadores jóvenes. ¿Podrías hablarnos más en detalle de esta cuestión?
D.B.- Las compañeras camareras de pisos, lenceras o limpiadoras son las grandes vencedoras de estas elecciones, su constancia y apoyo en la defensa de un sindicalismo democrático y firme frente a los atropellos de la empresa ha sido decisivo para conseguir este cambio tan fuerte en el Hotel. Durante años, de forma constante y sacrificada han aguantado todo tipo de represiones, despidos, atropellos, incumplimientos de la ley laboral, engaños, etc.; pero siempre se han mantenido unidas para apoyar la unidad de todos lo trabajadores y la defensa de un sindicalismo firme frente a la empresa. En el año 2003 llegaron a quedarse prácticamente solas en una huelga que se convocó por su abnegación y valentía en defensa del puesto de trabajo de una compañera que había sido despedida injustamente. Ellas al final han marcado la pauta del resto de los departamentos, han dado una gran lección, y francamente, sin su apoyo y su lucha el cambio no hubiera sido posible. Afortunadamente, y después de muchos años el departamento de pisos tiene representación en el comité con tres compañeras. Esta victoria es una victoria de todas ellas y se lo merecen. También los trabajadores más jóvenes han tenido una papel fundamental en esta victoria. La alegría general y el optimismo se palpaba en cada rincón del Hotel al día siguiente de las elecciones.
EM.- ¿Cuál ha sido la posición de la dirección del sindicato de hostelería de CCOO respecto a lo ocurrido en Puente Romano?
D.B.- La dirección del sindicato ha mantenido una postura de no tomar partido por ninguna de las partes, una postura sin mucho sentido ya que nosotros consideramos necesario que el sindicato crezca y se desarrolle en Puente Romano, mientras que la otra parte no cree para nada en el sindicato, al no estar muchos de ellos ni siquiera afiliados. Esta postura poco clara y ambigua no ha sido entendida por la mayoría de los trabajadores y ha causado que la dirección de CCOO no haya salido bien parada en el Puente Romano.
EM.- ¿Qué repercusiones tendrá este triunfo en el conjunto de la Federación de Hostelería de Málaga?
D.B.- Las repercusiones son evidentes. Ha ganado la postura que reclama un sindicalismo de clase, democrático y firme, el mensaje de los trabajadores es claro. Es necesario un giro a la izquierda en la política sindical, el Hotel Puente Romano es el hotel más grande de la Costa del Sol con 400 trabajadores. En la negociación del convenio provincial de hostelería, el verano pasado, la postura que pedía continuar la lucha por un convenio digno fue minoritaria pero aumentó con respecto a los anteriores convenios, demostrando que bajo la superficie, los trabajadores están demandando que es necesario poner coto a los retrocesos en nuestras condiciones de trabajo y pasar a la ofensiva.
EM.- A corto plazo ¿cuáles son las demandas fundamentales a plantear a la empresa y las medidas a tomar para vincular al comité con el conjunto de la plantilla?
D.B.- Sobre las demandas fundamentales tenemos que debatirlo, pero está claro que la lucha contra la injusticia social y la discriminación es una prioridad. Para esto pensamos que una regulación equilibrada para todos los trabajadores en turnos, descansos y vacaciones es fundamental plantearlo a la empresa de forma inmediata. También la cuestión de la antigüedad, que se abone a los trabajadores según la ley y que se de un orden justo y equilibrado en el llamamiento de los trabajadores fijos discontinuos. En estos temas la empresa ha venido haciendo lo que le da la gana y es necesario controlar esto.
Las medidas que vamos a tomar para vincular al Comité con la plantilla se van a desarrollar en un nuevo reglamento interno del comité de empresa, derogando el que había anteriormente. En dicho reglamento, vamos a implantar que el comité de empresa esté obligado a dar un informe anual a todos los trabajadores, asambleas generales al menos cada seis meses, reuniones por departamento al menos una vez al año y que el local del comité esté abierto a toda la plantilla al menos una vez a la semana. Todo esto con la revocabilidad de los cargos internos en cualquier momento.
EM.- ¿Piensas que lo ocurrido en el Hotel Puente Romano es un reflejo de lo que sucede en el conjunto de la hostelería y de las empresas o es una excepción?
D.B.- Lo ocurrido en el Hotel Puente Romano no es ninguna excepción a lo que sucede en el conjunto del país, la clase trabajadora pide un giro a la izquierda en la política sindical. No es por un capricho sino porque la crisis del sistema está incidiendo directamente en las condiciones de vida; la vivienda está por las nubes, los salarios estancados, los precios subiendo y los derechos laborales en retroceso. Como decía anteriormente, en otros hoteles también se están sucediendo cambios, está claro que si los dirigentes giran a la izquierda habrá participación y apoyo de los trabajadores, mientras que si los dirigentes mantienen una postura falta de transparencia, burocrática, de sólo ejercer un sindicalismo de claudicación ante las presiones de la patronal la respuesta de los trabajadores será la apatía y la abstención. Ante tantas tramas de corrupción, de engaños, de mentiras, etc. los trabajadores no queremos palabras sino hechos y el ejemplo de una dirección consecuente.