Dirigentes de la CSI excarcelados el 5 de julio

"La presión social ha sido determinante en nuestra excarcelación"

El sábado 16 de junio durante la toma de posesión del nuevo equipo de gobierno, había tenido lugar una concentración en el Ayuntamiento de Gijón, para protestar contra la condena a prisión de los sindicalistas de la Corriente Sindical de Izquierda (CSI), Cándido González Carnero y Juan Manuel Martínez Morala.
Cuando esta termina, ambos compañeros son abordados por la policía en plena calle y detenidos. Así, coincidiendo con las celebraciones de los treinta años de la llegada de la democracia al Estado español, dos sindicalistas ingresan en la cárcel de Villabona para cumplir una pena de tres años acusados falsamente de la rotura de una cámara de seguridad durante el transcurso de una movilización en defensa de los puestos de trabajo en el Astillero Naval Gijón.
Se produce entonces una intensificación de la campaña de solidaridad que logrará, veinte días después, que salgan a la calle. El 5 de julio, más de cien personas esperamos en la entrada de la prisión a los dos compañeros que salieron con el puño en alto entre aplausos. "Muchas gracias a todos", fueron sus primeras palabras. "Hay que seguir denunciando y actuar de la misma forma con todos los casos de represión, que son muchos" insistió Morala.
Desde las páginas de El Militante queremos expresar nuestra alegría porque ambos se encuentren fuera de la prisión, pero sabemos que aún no son libres, pues la suspensión de condena que les han aplicado no significa la absolución.
Para conseguirla habría sido necesario extender la campaña de solidaridad y, sobre todo, organizarla dentro de las empresas realizando asambleas y formando comités de solidaridad, como hemos venido defendiendo los compañeros de El Militante y el Sindicato de Estudiantes. desde el principio de la lucha dentro de la Plataforma contra la Represión.
Este caso, con ser el más grave en la historia sindical reciente, no es ni mucho menos el único. La ofensiva contra los derechos sindicales lejos de amortiguarse se incrementa. Parar estos ataques pasa necesariamente por la movilización de los trabajadores, y en ese sentido la preparación y convocatoria de una huelga general en Asturias continúa siendo la única respuesta efectiva contra el aumento de la represión y la depuración de responsabilidades, empezando por la dimisión del delegado de Gobierno Antonio Trevín.
Pocos días después de su puesta en libertad pudimos hablar tranquilamente con Carnero y Morala y hacerles la siguiente entrevista.

El Militante.— ¿Cuál es ahora vuestra situación tras la excarcelación?
Morala.—
Estamos pendientes del indulto y del trámite del recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, al no haberse admitido las pruebas que presentaba nuestra defensa. Si no se admite y no llega el indulto tendríamos que ingresar en prisión. Pero el indulto no afecta al pago de la indemnización al Ayuntamiento de Gijón, o sea que el juez puede pedir el embargo por este motivo.
Cándido.— En el auto, la jueza reconoce que la presión social ejercida ha sido determinante a la hora de nuestra excarcelación, y eso me parece importante, que se reconozca que la movilización sirve también en estos casos, porque aún hoy hay quien lo pone en tela de juicio…
EM.— ¿Cómo valoráis la solidaridad que se ha desatado con vuestro caso, y sobre todo tras el ingreso en prisión?
C.—
Había cierta incredulidad entre un amplio sector de los que nos apoyaban de que fuéramos a entrar en prisión. Al final los acontecimientos nos dieron la razón a quienes decíamos que querían dar un escarmiento a todo el movimiento obrero. La solidaridad fue enorme desde el principio. Las manifestaciones multitudinarias, la campaña del céntimo, la propaganda, etc. A partir de nuestra detención —aunque intentaron que tuviera la menor trascendencia— ya hubo una concentración delante de comisaría, al día siguiente concentración en la cárcel de Villabona y en fin, todas las muestras de solidaridad no sólo en Asturias, sino en todo el Estado e internacionalmente, que fueron las que hicieron posible nuestra puesta en libertad. Porque nadie se explica si no que nos hayan metido en la cárcel para cumplir una sentencia de 3 años y nos saquen a los 20 días. Es una pequeña victoria que debemos tomar como ejemplo frente a los próximos casos de represión. Una demostración de que la clase obrera no está muerta ni mucho menos y que cuando es necesaria una reacción, esta se produce. Creo que hay razones para el optimismo, tenemos un gran campo de trabajo, la lucha no se termina, esto puede servir para unificar la izquierda extraparlamentaria, para unificar criterios.
EM.— ¿Cómo ha sido vuestra estancia en la cárcel?
M.— No vimos allí ningún político, no vimos a ningún empresario y no vimos a ningún millonario. Las leyes son para los pobres. Nosotros con el resto de los presos estuvimos muy bien. Había mucha gente joven, muchos hijos de trabajadores, y se ve cómo el Estado se ceba con la clase obrera… A veces pensamos en las cárceles sin preguntarnos por los derechos de los presos, creo que debemos reivindicar estos derechos… Y también pienso que si a muchos de los que están en la cárcel les condenaron como a nosotros…vemos que hay mucho inocente en la cárcel. Si esos son capaces de hacer un montaje, como con nosotros, para meternos en la cárcel, son capaces de hacer cualquier cosa. Si no lo denunciamos, estamos indefensos ante el Estado y la policía.
EM.— Recientemente se ha producido otro juicio con otro sindicalista, de CCOO, acusado por participar en un piquete de huelga, en esta ocasión éste ha aceptado asumir una multa para evitar la prisión. ¿Qué opináis de esto?
C.— Yo con esto tengo una posición muy clara porque un responsable sindical jamás debe negociar una condena ni ninguna sanción por realizar su labor sindical, porque no estás sólo aceptando esa condena para ti, sino para todo el movimiento sindical. Nosotros también pudimos haber pactado la condena y nunca lo aceptamos por el precedente que sienta. No somos partidarios de pactar ni cuando se trata de cualquier trabajador. Porque si tú estás defendiendo el puesto de trabajo, no te dejan protestar y encima te condenan… ¿Qué puede pasar a partir de ahora? Que te denuncien por participar en una movilización, en un piquete… es preferible que te condenen y que luego se vean las consecuencias políticas por encarcelar trabajadores.
EM.— ¿Cuál es vuestra opinión sobre la actitud de las direcciones de CCOO y UGT durante toda esta lucha?
M.— Hombre, yo creo que la dirección de UGT estaba más claro que estaban defendiendo la posición del Ayuntamiento, del Gobierno de Asturias.
En el caso de CCOO, que en la práctica hizo lo mismo, al menos en la rueda de prensa tras la excarcelación dijeron que si volvíamos a prisión ya estaban dispuestos a convocar la huelga y la manifestación y entonces UGT dijo que ella también pedía el indulto, eso quiere decir que habrá recibido muchas críticas de trabajadores por su postura. Si los sindicatos mayoritarios hubieran convocado, estoy refiriéndome a las direcciones, está claro que los trabajadores hubieran respondido. Hemos recibido muchas cartas de afiliados de UGT y CCOO preguntando qué podían hacer por nosotros
Por supuesto, si mañana condenan a un trabajador de UGT eso nos tiene que dar exactamente igual, hay que salir a la calle a defenderlo, o de CCOO o de USO..., lo contrario es una ceguera sindical monstruosa. Por eso es censurable el comportamiento de CCOO y UGT porque implica aceptar que los empresarios pueden cerrar, despedir, hacer lo que quieran y que además los trabajadores no tenemos derecho a protestar y tenemos que aceptar los dictados del capital.
C.— Aquí hay una Plataforma contra la Represión que no va a dejar en la estacada a nadie represaliado. Tenemos el caso de un trabajador de IZAR, y desde la plataforma intervendremos y es un afiliado de UGT. Pero en nuestro caso hubo unos hechos lamentables, sobre todo por parte de la dirección regional de UGT, tanto Donaire como Justo Rodríguez Braga, quienes sabían que las movilizaciones eran acordadas por todos los sindicatos, que sabían que no habíamos tenido participación en los hechos, es una actitud impresentable de personas que no deberían representar a nadie en el mundo sindical. La posición de CCOO, bastante timorata, si bien al ver la gran respuesta social, y desbordados por los acontecimientos intentaron sumarse al final, igual que lo hizo el Ayuntamiento, IU y los demás. Estamos viendo como la política de CCOO y UGT no sirve para defender los intereses de los trabajadores, ni te defienden frente a la pérdida de empleo, ni en tus derechos laborales, ni de los ataques de la patronal y el gobierno. Los trabajadores debemos reaccionar ante eso.
EM.— De nuevo el astillero Naval Gijón está amenazado de cierre, algo que por otro lado era del dominio público ¿Qué se puede hacer frente a este nuevo ataque?
C.— No está claro, porque CCOO y UGT están de acuerdo en el cierre, aunque vamos a intentar estar en la negociación porque en Naval somos la segunda fuerza sindical y no se está contando con nosotros.
M.— Donaire dice abiertamente que hay que llevar los astilleros al Musel y especular con los terrenos. En este caso el ladrillo está condicionando la vida de los ciudadanos. Cómo se explica que el astillero Juliana, que vale al menos 100 millones se haya vendido por dos euros. Si no cerraron antes Naval es porque no pudieron y actualmente es la mayor bolsa de suelo (300.000 m2) Siempre denunciamos que en Naval se quería forzar el cierre, provocando pérdidas, etc., y de nuevo vamos a luchar para que no se cierre.
EM.— Para terminar, ¿queréis hacer algún otro comentario?
M.—
Quiero señalar el acierto de la Plataforma como marco de trabajo unitario de todas las organizaciones, dentro de las diferencias y la ideología de cada cual. El reto es consolidarla de cara al futuro para hacer frente a todos los casos de represión que van a venir.

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