el Sindicato de Estudiantes en Vitoria-Gasteiz

agrasionesfascistas.jpgLa noche del sábado 18 al 19 de octubre  volvieron a aparecer pintadas de signo fascista en los locales de la Fundación Federico Engels, el Sindicato de Estudiantes, la Asociación en Defensa de los derechos de la Mujer Trabajadora, la Campaña Manos Fuera de Venezuela y la Corriente Marxista El Militante en la c/San Antonio de Vitoria-Gasteiz, frente a los locales de la UGT.

 

 

agrasionesfascistas.jpgLa noche del sábado 18 al 19 de octubre  volvieron a aparecer pintadas de signo fascista en los locales de la Fundación Federico Engels, el Sindicato de Estudiantes, la Asociación en Defensa de los derechos de la Mujer Trabajadora, la Campaña Manos Fuera de Venezuela y la Corriente Marxista El Militante en la c/San Antonio de Vitoria-Gasteiz, frente a los locales de la UGT.

Esta nueva agresión está relacionada directamente con el recorte de los derechos democráticos en Euskal Herria, que ha envalentonado a los grupos ultraderechistas.

El 22 de septiembre el grupo ultraderechista autodenominado Falange y Tradición, reivindicó 25 ataques fascistas, el envío de una bala en un sobre a la txupinera de las fiestas de Bilbao, las pintadas contra el monolito ubicado en el cementerio de Tolosa en recuerdo a los asesinados por los Gal, en las que se leía "Gora Galindo" y "Cerdos comunistas", colocación de artefactos explosivos en Tutera y Arguedas, amenaza de muerte a Koldo Pla, conocido miembro de la Asociación de Fusilados de Navarra, o pintadas en el monte San Cristóbal.

El 22 de octubre el Parlamento Vasco se acaba de pronunciar contra los ataques y amenazas de Falange, manifestando su apoyo a las víctimas de estos grupos e instando al Departamento de Interior del gobierno vasco a actuar con medidas "firmes y efectivas" para que se pueda detener a quienes "ofendan la sensibilidad democrática de la inmensa mayoría de la sociedad vasca". Este pronunciamiento se hace eco del rechazo social masivo a los fascistas, pero por sí mismo es insuficiente para frenar a estas bandas que, como la historia demostró en los años 30, no frenan su actividad por declaraciones parlamentarias.

Las agresiones fascistas, que afectan a numerosas organizaciones de izquierdas, sindicales, socialistas, comunistas y progresistas, están aumentando igualmente en el resto del Estado. Este verano también sufrimos agresiones fascistas en la Feria de Málaga, donde se produjeron igualmente ataques  contra las casetas del Sindicato de Estudiantes, de El Militante. agredidas numerosas organizaciones de izquierdas, socialistas, comunistas, progresistas, etc  .

agrasionesfascistas.jpgEl 14 de octubre la Audiencia Provincial de Madrid condenó a 26 años de cárcel,  al fascista y exmilitar Josué Estébanez  por el asesinato de Carlos Palomino el 11 de noviembre del 2007. Pero esta sentencia se debe a las movilizaciones y a la enorme indignación social que ha habido entorno a este caso. Sin embargo, la justicia deja impunes la gran mayoría de las agresiones fascistas.

La defensa contra las agresiones fascistas pasa por la organización de una respuesta colectiva por el conjunto de nuestra clase. Ninguna agresión  puede quedar sin ser denunciada, pero además es necesario organizar movilizaciones cada vez más serias y contundentes. La ventaja con la que cuentan habitualmente los grupos fascistas es el silencio y la impunidad que acompaña sus actuaciones. Es necesario que todas las organizaciones de izquierdas, y particularmente los sindicatos, hagan una campaña de denuncia de las agresiones fascistas en todos los barrios y en todas las fábricas. Ningún sindicalista, joven, ni ninguna organización de la izquierda puede sentirse al margen de estos ataques, ni considerarlos producto de la casualidad.

La actividad de todos estos grupos se esté incrementando en toda Europa, en paralelo a la crisis del capitalismo con un incremento muy abrupto del paro, la pobreza y las desigualdades sociales. Aunque la clase trabajadora es hoy mil veces más fuerte que en los años 30 y estos grupúsculos no puedan alcanzar la relevancia del pasado, no por ello dejan de ser peligrosos para la clase trabajadora y sus organizaciones. Su objetivo es crear miedo y dividir a los trabajadores y a los jóvenes y debilitar así su capacidad de contestación social. Estos grupos no podrían actuar si no tuviesen el amparo, cuando no el apoyo directo, de sectores del aparato del Estado y del capital.

Por eso, la única fuerza en la que debemos confiar para frenar estas agresiones y obligar al gobierno a actuar, desmantelando estas bandas y encarcelando a sus miembros, es mediante la denuncia, la movilización y la organización.

POR LA UNIDAD DE LA CLASE TRABAJADORA Y LA JUVENTUD CONTRA LAS BANDAS FASCISTAS.

EN DEFENSA DE TODAS LAS ORGANIZACIONES DE IZQUIERDA Y PROGRESISTAS.

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