Tamara y Ana participaron en la huelga de instalaciones deportivas de 2010, exigiendo un convenio propio y llegar a los mil euros de sueldo. Durante la huelga fue derramada pintura en una piscina y, aunque nadie fue acusado ni identificado, estas dos compañeras, participantes en el piquete informativo, fueron juzgadas y condenadas. En 2008, Carlos y Serafín se dirigían a una asamblea durante la huelga provincial del trasporte, cuando fueron identificados por la policía. Fueron condenados por un delito contra “la libertad de los trabajadores”
Tamara y Ana fueron inicialmente sancionadas con seis meses de cárcel. Pero a la Fiscalía esto no le pareció suficiente y presentó un recurso solicitando la pena máxima de tres años de prisión; aceptada por la Audiencia Provincial. Ahora, podrían entrar en prisión si la petición de indulto realizada es rechazada. En el caso de Carlos y Serafín la Fiscalía actuó con el mismo odio de clase. El juzgado número 1 de Vigo primero, y la audiencia provincial después, les condenaron a 3 años de prisión, por lo que su entrada en la cárcel era inminente. Los sindicatos hicieron entonces una petición de indulto para los dos trabajadores. El clamor social en la comarca de Vigo obligó al Juzgado a suspender la ejecución de la sentencia hasta que el Consejo de Ministros resolviera la petición de indulto. Sin embargo, la Fiscalía, deseosa, al parecer, de ver a huelguistas entre rejas, recurrió esta decisión.
“Non pode ser, non pode ser, obreiros na cadea e corruptos no poder”
La entrada en prisión de estos cuatro compañeros y compañeras es una posibilidad más que real, si la movilización social no lo impide. CCOO, CIG y UGT han realizado múltiples actos de protesta, incluyendo concentraciones, manifestaciones, recogida de firmas y mociones en ayuntamientos contra su encarcelación y se despertado una enorme solidaridad. Ha habido manifestaciones con miles de personas, en las que se coreaba a todo pulmón “Non pode ser, non pode ser, obreiros na cadea e corruptos no poder” [No puede ser, no puede ser, obreros en la cárcel y corruptos en el poder]. En los próximos días es imprescindible que los tres sindicatos, actuando como hasta ahora en unidad de acción, elaboren un calendario de movilizaciones ascendente. El siguiente paso podría ser una nueva jornada de movilizaciones por la tarde, y en las siete ciudades, inundando de propaganda previamente las calles, y organizando asambleas de delegados en todas las comarcas para que la información llegue y se discuta en las empresas. Si los cargos contra estos compañeros no son retirados es necesario empezar a preparar paros, comenzando por los sectores en los que trabajan los represaliados y preparando el terreno para acciones más contundentes, como una huelga general en Galicia. Nos jugamos mucho.