El rectorado promete rectificar

El 16 de diciembre una huelga general de estudiantes, convocada por el Sindicato de Estudantes junto a otras organizaciones estudiantiles, paralizó la mayoría de las aulas de la Universidade de Santiago de Compostela (USC). A pesar de lo complicado de las fechas, 700 estudiantes nos manifestamos contra el intento del rectorado de endurecer las condiciones para acabar las licenciaturas.
Las principales reivindicaciones del movimiento son que no se reduzcan las convocatorias para aquellos que estudian una licenciatura (es decir, que no estudian por el plan Bolonia), que éstas no sean consecutivas, y que no se adelante la fecha para terminar la licenciatura a 2012, si no que se mantenga hasta 2015. El resto de reivindicaciones tienen que ver con  medidas para solucionar el caos impuesto por Bolonia (falta de optatividad, coincidencia de horarios entre asignaturas obligatorias y optativas, incumplimiento de las tutorías...).
El Sindicato de Estudiantes ha jugado un papel determinante en el éxito de esta convocatoria, superando  las reticencias de algunos sectores a convocar esta huelga y logrando que el conflicto (inicialmente surgido en la facultad de Historia) no quedase ahí aislado, sino que se extendiese al conjunto de la USC. Los días previos a la huelga, toda la universidad estaba completamente empapelada por carteles del Sindicato de Estudiantes, de  otras organizaciones estudiantiles  y de asambleas de facultad que habían surgido al calor de la convocatoria.
El éxito de la lucha, su progresión y el miedo a que el conflicto fuese a más, obligó al rectorado a recibir a una delegación de alumnos para escuchar nuestras reivindicaciones. Para el SE es obvio que jamás se arrancará ninguna concesión seria en una mesa de negociación, sino que éstas sólo pueden conseguirse a través de la movilización. Cuando la manifestación llegó a las puertas del rectorado, se propuso que una comisión de estudiantes se reuniese con el rector para escuchar qué tenía que ofrecernos. A pesar del inaceptable boicot a la votación por parte de un pequeño grupo provocador, totalmente ajeno a la convocatoria, la mayoría de los estudiantes votó a favor de esta propuesta. En esta reunión, el rectorado se comprometió a lo siguiente:
· Mantenimiento del derecho a licenciarse hasta 2015.
· Una vez agotada la docencia, los alumnos dispondrán de cuatro convocatorias más para aprobar la asignatura (con independencia de las que ya hubiesen gastado antes de la extinción de la docencia). Esto mantendría, en la práctica, las seis convocatorias.
· Llevar ante el próximo Consello de Goberno la propuesta de que estas convocatorias no fuesen consecutivas.
· Corregir de inmediato la ausencia de tutorías (mediante orden rectoral).
· Enviar una orden rectoral prohibiendo el solapamiento de horarios entre asignaturas obligatorias y optativas, así como a garantizar la optatividad para la especialización.
Si esto se llevase a cabo, constituiría una importante victoria fruto de la movilización. De momento son palabras (positivas, pero sólo palabras) y a éstas se las lleva el viento. Su compromiso concreto es enviar en los próximos días órdenes rectorales con todo lo dicho y defender en el próximo Consello de Goberno que las convocatorias no sean consecutivas. Desde el SE mantenemos las espadas en alto. Hasta que todo esto no esté por escrito, hay que intensificar la presión. En enero, propondremos retomar las asambleas y movilizaciones para obligar al rectorado a plasmar por escrito todas estas promesas.

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