El tribunal no ha atendido a los argumentos de fondo que planteaba la parte demandante, CCOO y CGT, que cuestionaban que con los resultados de 2013 se pretendiese justificar por parte de la empresa un plan de despidos tan abultado y en años sucesivos. Por otro lado, a nadie se le escapa, que una sentencia que hubiera obligado a la empresa a retirar el ERE y volver a empezar la negociación de nuevo, como estaba en su mano hacer, habría tenido una repercusión social tremenda, haciendo de la huelga y el triunfo de los trabajadores de Panrico un ejemplo a seguir por el conjunto de la clase trabajadora. ¡Y es justo lo contrario lo que han querido trasladar! Una vez más, la justicia burguesa demuestra su verdadera cara y qué intereses de clase defiende.

Tras conocerse la sentencia, los trabajadores debatieron cómo afrontar la nueva situación. Aparte de recurrir la sentencia al Supremo (que podría prolongarse hasta un año), se planteaba la disyuntiva de continuar o no la huelga. Finalmente se acordó tener una reunión con la empresa antes de tomar una decisión al respecto. En los 7 meses de huelga, la empresa no se ha querido reunir con el comité de huelga ni con el comité de empresa, y ha mantenido una actitud completamente provocadora, vulnerando el derecho de huelga y difamando a los trabajadores.

Al final, el pasado jueves tuvo lugar dicha reunión. Demostrando su catadura moral, demostrando la bajeza humana propia de un mafioso, la dirección de Panrico planteó la reducción de 53 despidos (reducir de 133 a 80 los despidos previstos este año en Panrico – Santa Perpetua) a cambio de echar al comité de empresa y los trabajadores más significados en la huelga. Un “chantaje puro y duro”, como dice Bea Arenas, del comité de empresa, y una demostración más de la ofensiva salvaje a que nos enfrentamos los trabajadores por parte de los capitalistas, dónde el que defiende sus derechos es castigado y despedido, como en plena dictadura franquista.

Evidentemente este nuevo giro de los acontecimientos tiene una enorme relevancia política. Básicamente la dirección de Panrico esta poniendo encima de la mesa acabar con la libertad sindical y el derecho de los trabajadores a organizarse para defender sus legítimos derechos. Sentaría un grave precedente que se impusiera en Panrico una decisión de este calibre, no solo ya por los trabajadores despedidos sino por la dictadura patronal a que quedarían sometidos los que permanezcan.

Tanto la sentencia de la AN como esta nueva provocación de la empresa no son meras casualidades. Panrico, tal y como esta ocurriendo con otros conflictos como el de Coca-Cola, se ha convertido en un auténtico referente del camino a seguir para enfrentar los brutales ataques de Gobiernos y patronal. Una estrategia diametralmente opuesta a la seguida por las altas instancia de los dos principales sindicatos, CCOO y UGT, que siguen apostando por un dialogo social que esta completamente muerto. Aquí tenemos en Panrico un claro ejemplo del dialogo que plantea la patronal.

La determinación de los trabajadores de Panrico para vencer en esta batalla es indudable, y la solidaridad desplegada también, con decenas de miles de euros recaudados del conjunto de la clase obrera de Barcelona y del resto del Estado. Las propias maniobras de la Generalitat, en connivencia con la empresa, y desgraciadamente, con la alta dirección de CCOO de Catalunya, son una demostración de los esfuerzos desplegados para intentar cerrar cuanto antes este conflicto. ¿Por qué tanto miedo? ¿Por qué tantos esfuerzos en doblegar a 300 trabajadores?

La razón principal es que este conflicto, como el de Coca-Cola en Madrid, se han convertido en auténticos ejemplos del sindicalismo que sí puede arrancar victorias, que sí puede impedir EREs o bajadas salariales, que sí puede tumbar reformas laborales como la del PP. Este es el camino.

Ahora es necesario que ese inmenso apoyo que existe a los trabajadores de Panrico, y que se ha materializado en miles de euros durante los últimos meses, pueda dar un salto a través la movilización. La dirección de CCOO de Catalunya y de Barcelona tiene una importante responsabilidad. Si este chantaje se materializa será un ejemplo para otros empresarios, al igual que si los trabajadores de Panrico vencen será un ejemplo para millones de trabajadores a lo largo y ancho de todo el Estado. Es necesario extender la movilización.

La posibilidad de hacer esto realidad esta en manos de la dirección de CCOO de Catalunya y Barcelona, convocando, como primer paso, una huelga general en el sector industrial de Barcelona que culmine con una gran manifestación en Barcelona en defensa de los salarios y los puestos de trabajo, y contra cualquier chantaje patronal. Una campaña seria en este sentido convertiría la lucha de Panrico en un auténtico referente político, pudiendo ser el catalizador de un cambio mucho mayor, aglutinando a todos los sectores en lucha, y planteando, con la fuerza del conjunto de los trabajadores, un auténtico desafío tanto para la patronal como para sus Gobiernos de CiU y del PP.

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