El 16 de diciembre los trabajadores de IBM España realizamos la primera huelga en la historia de la compañía en nuestro país, para forzar a la empresa a retirar un despido colectivo de 137 trabajadores y una reducción salarial del 10%. Después de semanas de negociaciones, y a pesar de las presiones y ultimátum de la empresa, los representantes sindicales en IBM se han negado rotundamente a firmar el ERE, conscientes de que aceptarlo, por atractivas que pudieran parecer sus condiciones, significa abrir la puerta a una cascada de sucesivos EREs, cada uno de ellos en peores condiciones que el anterior.
Simultáneamente los trabajadores recibíamos con estupefacción la noticia de que dos días después los máximos dirigentes sindicales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, iban a reunirse con Marta Martínez, presidenta de IBM España, sin que se conociera el motivo u orden del día de la reunión, salvo que se trata de encontrar una “solución” al conflicto.
Esta reunión, solicitada por la empresa con la clara intención de marginar a los delegados elegidos democráticamente por los trabajadores, fue rechazada tajantemente por los delegados de CCOO, que así se lo comunicaron tanto a la dirección del sindicato como a la plantilla de IBM. Desgraciadamente, han sido demasiadas ocasiones en las que las direcciones de los dos grandes sindicatos han pasado por encima de los representantes sindicales y han impuesto acuerdos abiertamente regresivos.
Finalmente la dirección confederal de CCOO tuvo que suspender dicha reunión. Una vez más se demuestra que si delegados y afiliados nos mantenemos firmes en una postura de clase, combativa, democrática y asamblearia, las maniobras por arriba pueden ser desbaratadas.