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La huelga universitaria del 26 y 27 de noviembre ha sido un éxito rotundo. Una respuesta ejemplar por parte de los profesores, estudiantes y trabajadores de las seis Universidades públicas de la Comunidad de Madrid al mayor ataque contra nuestra educación por parte del Gobierno autonómico del Partido Popular.

Ya desde los piquetes a primera hora del miércoles 26, certificamos que estábamos ante la huelga más potente en la Universidad en la última década. Los campus amanecieron vacíos, edificios cerrados, bibliotecas clausuradas, pancartas decorando todas las Facultades… La comunidad universitaria hemos entendido bien qué significa la Ley de Universidades de Ayuso y la represión con la que intenta castigar a todos quienes nos movilizamos contra sus políticas.

La concentración frente a la Consejería de Educación, con cerca de 3.000 personas, fue muy potente, pero solo era el preludio de lo que estaba por llegar.

El jueves 27 arrancamos la jornada con nuevos piquetes y una concentración frente al rectorado de la Universidad Complutense, una de las Universidades que enfrenta un escenario de colapso financiero, para señalar la complicidad del rector Joaquín Goyache en la situación de asfixia que vive la UCM.

Como si de una broma de mal gusto se tratara, el mismo día en que arrancó la huelga universitaria, Goyache se encontraba en Pozuelo de Alarcón reunido con representantes de las Universidades privadas para afianzar la “colaboración público-privada”. Por eso, como hemos denunciado tantas veces, los mismos rectores que se van de paseo con Ayuso y Viciana por Miami, son responsables directos del estado de miseria en el que se encuentran nuestras Facultades, porque compadrean con los enemigos declarados de la Pública y aplican los ajustes y recortes que desde el PP exigen. ¡Ayuso culpable, rectores responsables!

Desde Ciudad Universitaria empezamos una gran Marcha por la Pública que acabó frente al Museo Reina Sofía, donde nos preparamos para una manifestación que pasará a la historia.

A las 18h de la tarde, la Calle Atocha era un clamor. 70.000 personas colapsamos el centro de Madrid y llenamos las calles de dignidad y lucha. Centenares de carteles hechos a mano, cortejos de estudiantes y docentes de distintas Facultades, camisetas verdes, decenas de colectivos que vinieron a apoyar la lucha por la Universidad pública… fue impresionante. Desde la cabecera hasta la cola, no dejamos de cantar en las casi 3h que duró la manifestación: ¡Ayuso, payasa, paga tú las tasas! ¡Qué barbaridad, qué barbaridad, a privatizar lo público lo llaman prioridad!, ¡Ayuso privatiza, la uni agoniza!, ¡Quieren “libertad pero no para estudiar! ¿Si somos el futuro por qué nos dan dos duros? Los cánticos por la Universidad pública y contra los recortes se unieron a la solidaridad con el pueblo palestino y la rabia antifascista.

En primera línea las profesoras y profesores, el Personal Técnico, de Gestión y de Administración y Servicios (PTGAS), el Personal Docente Investigador (PDI) y, muy especialmente, las y los estudiantes.

Para el periódico El País, para esos voceros de los intereses empresariales, el éxito de la huelga ha sido “inesperado”. Pero para quienes estamos en las Universidades, quienes tenemos contacto de verdad con los estudiantes que sufren las privatizaciones y los recortes, quienes hemos impulsado estas jornadas de huelga con todas nuestras fuerzas, no sólo no ha sido inesperado, sino que ha sido la enésima demostración de que esta campaña de que toda la juventud nos hemos vuelto facha no tiene ningún sustento más que engañar y evitar que nos sigamos organizando.

Ahora, a por una huelga general de toda la comunidad educativa de 48h

Esta movilización masiva es un golpe contundente a Ayuso y a sus planes. Esta señora, que se quiere proclamar virreina de la Universidad e imponernos un régimen totalitario, nos ha declarado la guerra de forma consciente. Y no es solo a la comunidad universitaria, su objetivo está claro: todo para los empresarios y banqueros, todo para sus amigos y sus tramas corruptas, y machacar lo público, dejarlo en el hueso, aplastar a la clase obrera y la juventud.

Con esta huelga universitaria de dos días hemos hecho más daño a estos reaccionarios que nos gobiernan que años de oposición responsable por parte del PSOE y Más Madrid, y también que todas las amenazas legales del Gobierno central de llevar a Ayuso a los tribunales.

 

Este es el único camino: confiar en nuestras fuerzas y volver a golpear con un solo puño. Desde el Sindicato de Estudiantes creemos que el próximo paso en la lucha debe ser la convocatoria de una huelga general de toda la comunidad educativa, como hicimos el 28 de abril, pero esta vez de 48h. Desde infantil a la Universidad, paralizar toda la actividad lectiva y obligarles a retroceder en todos sus planes.

 Y mientras trabajamos en una jornada así, debemos caminar hacia unificar las luchas de quienes confrontamos con Ayuso. La sanidad pública, el transporte, la marea para conseguir justicia por los 7.291 asesinatos en las residencias, el movimiento feminista, el movimiento antifascista, las reivindicaciones de las familias de la Cañada Real… sobran los motivos. Tenemos que impulsar desde abajo una huelga general que diga con contundencia ¡Ayuso dimisión!

Eso es lo que defendemos desde el Sindicato de Estudiantes. Tenemos fuerza, vamos a por todas.

¡Únete a nosotros y a nosotras!

¡La Universidad pública no se vende, se defiende! ¡Fuera Ayuso!

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