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A diez años de Razón y Revolución

• Introducción a ‘Dialéctica de la Naturaleza’

 El materialismo dialéctico y la ciencia. León Trotsky

• Materialismo dialéctico y teoría del caos

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Presentación

Hace poco más de una década la Fundación Federico Engels publicó la obra de Alan Woods y Ted Grant Razón y Revolución. Filosofía marxista y ciencia moderna. En aquel momento no faltaron las voces que se extrañaban del hecho de que un teórico marxista hubiera dedicado tantas energías a redactar un libro sobre “filosofía”. Esta forma de razonar, imbuida de un sentido “pragmático”, según la cual los marxistas solo debemos de encarar los aspectos prácticos de la lucha de clases, es característica de individuos que desconocen el método y el contenido del marxismo como doctrina revolucionaria. Lamentablemente tal “practicismo” —o lo que es lo mismo, el desprecio hacia la teoría que durante décadas ha constituido el sello indeleble del reformismo y el estalinismo— impregnó las organizaciones tradicionales de la izquierda, bloqueando el acceso de generaciones de militantes revolucionarios al arsenal teórico del marxismo.

Razón y Revolución fue publicado en un momento muy crítico para el movimiento marxista. El derrumbe de la URSS y el colapso del estalinismo causaron una profunda desmoralización entre millones de jóvenes y trabajadores de todo el mundo. La contrarrevolución capitalista en el bloque soviético, animada e impulsada desde las altas instancias de los mal llamados partidos comunistas de estos países, empezando por el PCUS, causó estupor general en la militancia comunista de base. Para empeorar la situación, los efectos de este colapso —anticipado por León Trotsky cinco décadas antes en textos inigualables como La revolución traicionada— fueron acompañados de una deserción masiva de dirigentes y cuadros “comunistas” que renegaron del marxismo y, en un gran número de casos, nutrieron las filas de la socialdemocracia internacional, cuando no la de las organizaciones burguesas más anticomunistas.

Toda época de reflujo revolucionario y derrota, y la de los años noventa con la caída de los Estados obreros deformados fue una de ellas, va inevitablemente acompañada de una fuerte reacción ideológica. Renació con fuerza toda la vieja basura burguesa en el terreno filosófico, con su carga de idealismo, superstición y clasismo, cobertura intelectual para la sobreexplotación de los oprimidos. Las ideas del marxismo volvieron a ser atacadas ferozmente. Una campaña sin precedentes se desató, identificando la caída de la dictadura autoritaria del estalinismo con el triunfo decisivo del capitalismo sobre el socialismo, no solo en el terreno de la economía, también en el ámbito de la filosofía, la ciencia y la cultura. Esa campaña penetró en la sociedad y también en el seno de las organizaciones obreras, apoyada por muchos de los dirigentes que no hacía tanto defendían con fanatismo los crímenes del estalinismo y que ahora, convertidos al nuevo credo del moderno “reformismo”, estaban dispuestos a apoyar con no menos fervor los clichés y tópicos anticomunistas de moda.

En aquel momento la primera tarea de las fuerzas del marxismo era restablecer las auténticas ideas del socialismo frente a las falsificaciones de la burguesía y la caricatura podrida del estalinismo. Y esto fue realizado de manera sobresaliente por Alan Woods y Ted Grant, teóricos marxistas y dirigentes de la Corriente Marxista Internacional.

Obras como Rusia, de la revolución a la contrarrevolución y Razón y Revolución contribuyeron decisivamente al rearme teórico del marxismo y permitieron a miles de militantes obreros en todo el mundo reencontrarse con las auténticas ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky, sepultadas por montañas de tergiversaciones y distorsiones.

La obra realizada con Razón y Revolución no es una excepción en la tradición del marxismo. Lenin, por ejemplo, dedicó una parte muy importante de su producción teórica a combatir el idealismo filosófico que encontró un amplio eco en las filas del movimiento marxista ruso después, precisamente, de la derrota de la primera revolución de 1905. Materialismo y Empirocriticismo de Lenin o Anti-Dühring de Engels, tienen un mismo objetivo: la defensa de los principios del materialismo dialéctico, es decir, del método teórico del marxismo, frente al idealismo filosófico que, como teoría del conocimiento, había impregnado a sectores importantes de la militancia revolucionaria en épocas de reflujo, en el caso de Rusia, o de ascenso capitalista, en el caso de Alemania.

Para cambiar el mundo es necesario en primer lugar entenderlo. Carlos Marx y Federico Engels establecieron las bases del socialismo científico en una dura pugna contra la ideología de la burguesía y, en primer lugar, contra el idealismo en materia filosófica.

Razón y Revolución supuso un auténtico punto de inflexión. Partiendo de los principios del materialismo dialéctico, examinó el desarrollo científico contemporáneo en sus más amplias vertientes, desde la teoría de la relatividad y la física cuántica, hasta la cosmología, la teoría del Big Bang, la antropología y, por supuesto, la teoría revolucionaria del caos. El impacto de esta obra ha demostrado el brillante futuro del materialismo dialéctico y las posibilidades de la ciencia si rompe con el corsé estrecho de las concepciones filosóficas del idealismo positivista.

Ha sido traducido a más de diez idiomas, y el pasado mes de enero la editorial de Ciencias Sociales de Cuba ha realizado una edición, prácticamente agotada en pocos días, que fue presentada con gran éxito por su autor en la XV Feria Internacional del Libro de La Habana. No es casual que en la presentación, acompañando a Alan Woods, estuviera Adán Chávez, embajador de la República Bolivariana de Venezuela, quién afirmó que Razón y Revolución es uno de los libros preferidos del presidente Chávez.

Una década después de la primera edición en castellano de Razón y Revolución, queremos dedicar este número de Marxismo Hoy al materialismo dialéctico y la ciencia. Pensamos que el programa del marxismo no se limita solo a la lucha económica, sindical o política. El combate ideológico es decisivo en la lucha por la transformación socialista de la sociedad, especialmente en un periodo en el que los avances de la ciencia confirman la corrección y viabilidad del materialismo dialéctico.

Abre la revista el prólogo realizado por Alan Woods a la edición mexicana de Razón y Revolución. Nos ha parecido pertinente publicar el clásico de Federico Engels, Introducción a ‘Dialéctica de la naturaleza’, que todavía asombra por la profundidad de su contenido. También hemos incluido un texto bastante menos conocido de León Trotsky, El materialismo dialéctico y la ciencia, que es la transcripción de un discurso pronunciado en 1925 ante el Consejo Técnico y Científico de la Industria de la URSS, del que era presidente.

Finalmente la revista concluye con un amplio estudio del marxista mexicano David Rodrigo García, sobre Materialismo dialéctico y teoría del caos, que aborda en profundidad la relación entre el método del marxismo y los avances en física del último siglo, reivindicando las estrechas conexiones entre la nueva teoría del caos y la dialéctica materialista. El carácter especializado de este trabajo supondrá un esfuerzo para los lectores no familiarizados con la materia, pero sobre todo animará a muchos jóvenes y trabajadores a profundizar en el estudio de las áreas que aquí son tratadas.

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