Cientos de miles en las calles en defensa de su legado y de la memoria histórica
Este sábado 24 de marzo, con motivo de los 42 años desde el sangriento golpe de Estado en Argentina que abrió paso a un brutal genocidio, un millón de argentinas y argentinos ocuparon el centro de Buenos Aires para reivindicar la memoria histórica, el juicio y castigo a los responsables de la dictadura, y su apoyo a las madres y abuelas de Plaza de Mayo, atacadas vilmente por el Gobierno reaccionario de Macri.
El pasado 30 de enero, en plena feria judicial (vacaciones de verano en el aparato de justicia), intentaron allanar la casa de las Madres de Plaza de Mayo con una orden de clausura emitida por el juez Javier Cosentino, y que no fue notificada previamente a las Madres. Sin embargo, se encontraron con la firme resistencia de Hebe de Bonafini, de 89 años y una de las fundadoras de la organización Madres de Plaza de Mayo, que se encontraba en el local e impidió la entrada de la policía. Hebe les dijo: “Este gobierno nos quiere arrodillar, quieren destruir la historia de la misma manera que están destruyendo la Plaza de Mayo… Quieren destruir todo, la memoria no debe existir… por eso quieren que aceptemos todo lo que nos plantean como la reconciliación… Un gobierno que compra tantas balas y tantos gases tóxicos, es que los va a usar contra un pueblo que se levanta.”
Se trató de un tímido intento, clandestino, ya que pensaron que no habría nadie en la sede, pero es un claro indicativo de lo que este gobierno está dispuesto a hacer, y de que volverán más preparados de cara a golpear a las Madres de Plaza de Mayo y tratar de cerrar su sede. Y todo porque tanto las madres como las abuelas son un auténtico ejemplo de lucha, perseverancia y organización, y un referente en la batalla contra el actual Gobierno reaccionario de multimillonarios de Mauricio Macri.
Las madres plantan cara a la dictadura
En un momento duro, en plena dictadura, cuando nada se movía en Argentina fruto del terror que se había impuesto, ellas, unas simples madres, la mayoría sin experiencia política alguna, que se habían dedicado durante años a su casa y su familia, se enfrentaron a una dictadura sangrienta, la peor que sufrió Argentina. Más de 30.000 desaparecidos y más de 400 niños y niñas, hijos e hijas de presos políticos, secuestrados y de los que se apropiaron torturadores, miembros de la dictadura y sus entornos.
Estas mujeres en un principio se enfrentan a su drama de manera individual, buscando cada día el paradero de sus hijos e hijas, pero finalmente llegan a la conclusión de que necesitan unirse y organizarse colectivamente. Al principio, como siempre, son un puñado, pero pronto llegan a ser entre 300 y 400 madres. No se les permite manifestarse en la Plaza de Mayo, frente a la casa de Gobierno (sede del gobierno) y se las dispersa, pero el movimiento va cobrando tal consistencia que el Gobierno necesita frenarlas. 14 de ellas son secuestradas, asesinadas y lanzadas vivas al mar. Viven la indiferencia de los partidos políticos de la burguesía, la hipocresía de la Iglesia Católica que apoya a la dictadura militar y sus crímenes, y la complicidad de jueces y medios de comunicación, que ni investigan ni mencionan a los desaparecidos.
Las madres y abuelas, reunidas clandestinamente en sus propias casas, organizan en 1981 la primera Marcha de la Resistencia de 24 horas. Al principio son tan solo 70, marchando durante toda la noche, bajo la lluvia y en la oscuridad, ya que los militares cortaron las luces de la plaza. A la mañana siguiente se habían adherido no solo otros familiares, sino otras organizaciones de derechos humanos y el premio nobel de la paz Adolfo Pérez Esquivel. Ya eran más de 3000 personas, marchando por Avenida de Mayo hacia la Avenida 9 de Julio coreando consignas como “¡los desaparecidos, que digan donde están!”.
Dichas marchas se continuaron realizando alrededor de la Plaza de Mayo durante años, hasta el período del Gobierno kirchnerista, cuando son aceptadas todas sus reivindicaciones, comienzan los juicios e investigaciones a torturadores y responsables de la dictadura, y la lucha de madres y abuelas es reconocida por el propio Gobierno al más alto nivel. Tras la llegada de Macri, que quiere destruir todo lo que se consiguió, han vuelto a sus marchas en la Plaza.
Las Abuelas de Plaza de Mayo
Hay que destacar el papel jugado por las abuelas en la búsqueda de sus nietos, habiendo ya encontrado su nieto 127. Dicho papel también ha significado un paso al frente en cuanto a la defensa de los derechos humanos a nivel internacional, ya que a petición de las mismas, la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño de 1989 incorporó 3 artículos a fin de garantizar el Derecho a la Identidad.
Cuando se organizaron como abuelas para buscar a sus nietos y nietas desaparecidos, se convirtieron en verdaderas detectives llevando adelante una ingente tarea de investigación. Una vez caída la dictadura podían comenzar a basarse en la analítica sanguínea, pero esos análisis eran sólo de exclusión de la paternidad. Recurrieron a la Sociedad Americana para el Avance de la Ciencia en los Estados Unidos, que se comprometió a investigar los casos basándose en lo único que tenían, las abuelas. De esta manera se creó el Índice de Abuelidad, que llegó a conseguir un 99,99% de acierto respecto a la filiación en el caso de abuelas y abuelos respecto a nietas y nietos.
Las abuelas de Plaza de Mayo, en su búsqueda de sus nietas y nietos, hoy ya adultos en torno a los 40 años, han realizado una intensa campaña de concienciación por medio de la cultura, a través de obras teatrales y cinematográficas, y mediante eslóganes como “¿Y vos sabés quién sos?, si tenés dudas llama a las abuelas”. Mediante esta campaña muchas personas han contactado con las abuelas, como el propio nieto de la presidenta de la organización Estela de Carloto, que ahora sabe quiénes fueron sus verdaderos padres, y que ha visto también como se ha juzgado a sus padres de crianza. Se ha creado además un Banco Nacional de Datos Genéticos para las familias que buscan a sus niños robados que cuenta con un equipo jurídico, médico, psicológico y por supuesto genético.
El gobierno neoliberal reaccionario de Macri, no solo está llevando adelante una ofensiva en el terreno de los derechos sociales, con contrarreformas laborales salvajes o el ataque al sistema educativo y otros servicios públicos, también está atacando todos los derechos democráticos aumentando la represión contra todo aquel que lucha contra su Gobierno, y por eso tiene en su punto de mira a las madres y abuelas de Plaza de Mayo. Frente a esta ofensiva, ahora más que nunca es necesario recuperar el ejemplo de estas luchadoras; el ejemplo de unas madres y abuelas que pusieron las bases para acabar con una cruel dictadura, y para que los verdugos y torturadores acabaran en el banquillo y en la cárcel.
¡Basta de represión! ¡Ni un allanamiento más!
¡Abajo el Gobierno reaccionario de Macri!