En el transcurso de la tarde del 4 de noviembre se celebró en el pueblo sevillano de Villaverde del Río un acto de solidaridad con la Revolución Bolivariana. Como ponentes intervinieron el dirigente del FRETECO Pablo Comerzana y el vicecónsul de Venezuela en Canarias, Edgar Padrón.

En el transcurso de la tarde del 4 de noviembre se celebró en el pueblo sevillano de Villaverde del Río un acto de solidaridad con la Revolución Bolivariana. Como ponentes intervinieron el dirigente del FRETECO Pablo Comerzana y el vicecónsul de Venezuela en Canarias, Edgar Padrón.

Previamente se había celebrado una asamblea de trabajadores en la que se discutió acerca de las soluciones a la precaria situación de los jornaleros en el pueblo. En su posterior intervención en la charla Pablo dedicó algunas palabras de apoyo a los trabajadores del campo en la que expresaba que cada una de las luchas de los trabajadores del Estado Español era una lucha de los trabajadores venezolanos, al igual que la lucha que el pueblo venezolano está librando para llevar a término la revolución era también de los obreros andaluces.

Al acto acudieron veinticinco personas y en el mismo se explicó el desarrollo de la revolución desde sus primeros pasos incluyendo los precedentes, el descontento de las masas, provocado por la represión implacable de los sucesivos gobiernos burgueses y corruptos. Un descontento que era consecuencia de la imposibilidad de la oligarquía venezolana para satisfacer las necesidades más básicas de la población. Esto llevó a Chávez al poder, que en un principio presentaba un programa reformista que trataba de buscar la "tercera vía". Sin embargo, los constantes ataques de la burguesía ante el atisbo de una mejora de las condiciones de vida de los trabajadores, el intento de golpe de estado de 2002 apoyado por la burguesía internacional, el sabotaje petrolero coordinado por los grandes propietarios y la acción de las masas en la calle llevaron al Presidente a abandonar la idea de una "tercera vía", la vía del "capitalismo de rostro humano", y anunciar que la única solución posible para acabar con los problemas de las clases oprimidas, de la mayoría de la población, era el socialismo.

Pablo Comerzana y Edgar Padrón hablaron de los avances de la Revolución Bolivariana en el terreno social. Tales como la drástica reducción de la pobreza extrema, la alfabetización y el acceso a la sanidad para toda la población con las Misiones.

El dirigente del FRETECO señaló que la revolución se enfrenta en la actualidad a un peligroso enemigo, que puede hacer más daño que la propia burguesía, la burocracia. Al calor de la revolución existe en el PSUV y el estado un sector arribista que ha aprovechado para hacer fortuna y en la actualidad sabotea desde dentro el avance de la revolución. El ejemplo más visible de este sabotaje fue descrito y retratado por Pablo: el caso de Inveval. La empresa, que está nacionalizada y bajo control obrero fabrica válvulas para extraer petróleo. PDVSA, una petrolera nacionalizada no compra las válvulas a esta empresa, a pesar de ser ambas estatales y con una vinculación evidente en la cadena productiva. Por contra, estas válvulas son compradas por PDVSA a un intermediario, el capitalista antiguo propietario de Inveval (!). Ante esto Pablo argumentó que era necesario desplazar a la burocracia y acelerar el proceso revolucionario nacionalizando las empresas que están en poder de los capitalistas porque las condiciones objetivas están dadas y la correlación de fuerzas es favorable al proletariado.

Tras finalizar el acto algunos de los asistentes se acercaron a la mesa y compraron documentos de la Fundación Federico Engels, la corriente marxista El Militante y el Sindicato de Estudiantes. Prueba del interés suscitado fueron los cuatro libros de Inveval que se vendieron.

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