En los últimos números de El Militante hemos informado de la lucha de los trabajadores de la planta de Mitsubishi del estado Anzoátegui, y cómo esta se ha convertido en un punto de referencia para los trabajadores y el movimiento revolucionario en la zona. Fruto de ello, la patronal decidió dar un escarmiento a los trabajadores y especialmente a la dirección de su sindicato, el Singetram. Puso encima de la mesa 156 expedientes de despido, 11 de ellos de los dirigentes sindicales. El Ministerio del Trabajo, lejos de rechazar los expedientes (como es su deber, no en vano se llama Ministerio del Poder Popular y fue mandatado para ello por el presidente Chávez) los aceptó, prueba de lo lejos que están dispuestos a llegar los sectores burocráticos y reformistas para defender sus posiciones.
En los últimos números de El Militante hemos informado de la lucha de los trabajadores de la planta de Mitsubishi del estado Anzoátegui, y cómo esta se ha convertido en un punto de referencia para los trabajadores y el movimiento revolucionario en la zona. Fruto de ello, la patronal decidió dar un escarmiento a los trabajadores y especialmente a la dirección de su sindicato, el Singetram. Puso encima de la mesa 156 expedientes de despido, 11 de ellos de los dirigentes sindicales. El Ministerio del Trabajo, lejos de rechazar los expedientes (como es su deber, no en vano se llama Ministerio del Poder Popular y fue mandatado para ello por el presidente Chávez) los aceptó, prueba de lo lejos que están dispuestos a llegar los sectores burocráticos y reformistas para defender sus posiciones.

En el último período, las masas han tenido que mantener el empuje de la revolución haciendo frente a un enemigo cada vez más organizado y más consciente de sus intereses, a un enemigo interior: todos esos sectores que desde dentro del PSUV o desde diferentes cargos en la Administración bolivariana viven pendientes únicamente de cómo defender su cargo o cómo seguir medrando en el aparato del Estado. La iniciativa revolucionaria de las masas, especialmente de la clase obrera, que ha dado pasos serios en su organización y conciencia, como demuestran las diferentes ocupaciones de fábricas, su entrada en tromba en el PSUV, etc., es un riesgo mortal para toda esa "burocracia de boina roja", para los que llevan, como decía el Che, "la revolución en la boca para vivir de ella".
Singetram es ahora mismo uno de los sindicatos más conocidos en Venezuela. La reciente declaración de Unión Nacional de Trabajadores (UNT) en contra de los despidos de Mitsubishi y el llamamiento a una campaña nacional es una muestra de ello; así como la declaración del presidente de la patronal Fedecámaras sobre el conflicto, en la línea de "dejar la política y centrarse en las cuestiones sindicales".
Estamos ante un ataque combinado de la burguesía y la burocracia estatal, que tratan de destruir los puntos más avanzados entre la clase obrera por la amenaza que suponen los métodos y las ideas revolucionarias, marxistas. Como siempre han hecho en cualquier revolución, tratan de eliminar del juego a los mejores dirigentes obreros.
La moral de los compañeros en Mitsubishi es muy alta, son 1.200 afiliados de 1.400 trabajadores y están tomando en sus manos la dirección de la lucha contra el acoso patronal. Se han formado 50 patrullas del PSUV y tienen una amplia influencia entre la base del partido pese a toda la campaña de calumnias de la burocracia, que señalaban que detrás de estas luchas estaba la CIA, amenazando con expulsar a los dirigentes de Singetram del partido y del Frente de Trabajadores Socialistas, donde son promotores. Todos los intentos por aislar a los trabajadores de Mitsubishi de la base del partido han sido un completo fracaso gracias a una campaña de propaganda entre la base.

I Congreso de la UNT de Anzoátegui: una oportunidad de reforzar la organización de los trabajadores

En este contexto, los próximos días 6 y 7 de noviembre va a tener lugar el I Congreso Regional de la UNT de Anzoátegui. Es muy posible que se ejecuten esos despidos en los próximos días, autorizados y respaldados por el Ministerio del Trabajo y de Energía. El objetivo es dar una lección a los camaradas que se están convirtiendo en un punto de referencia de lucha a nivel nacional y una amenaza para la burocracia. Al mismo tiempo la burocracia y la patronal están esperando que el desgaste pueda con la lucha de otras fábricas, como la de los trabajadores de Vivex que llevan ya once meses con la fábrica tomada sin respuesta del gobierno.
La primera tarea de este Congreso es ayudar a frenar estos ataques a través de una mayor organización de los trabajadores. La presencia se estima entre 200 y 300 trabajadores, y como mínimo 40 sindicatos aunque podrían ser más. Confirmaron su presencia en el congreso dirigentes nacionales de la UNT como Marcela Máspero y Stalin Pérez. Si este congreso es un éxito, será sin duda un impulso para la celebración del Congreso Nacional de la UNT, aún pendiente de convocatoria.

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