11 de noviembre de 2009, un acontecimiento no visto desde hace décadas sacude a la República Mexicana. Es el Paro Nacional convocado por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) al que se suman diversos sindicatos, organizaciones políticas, campesinas y estudiantiles de distintos lugares de México. El ataque del gobierno federal ha reanimado lo que ya desde 2006 habíamos visto en la lucha contra el fraude electoral. Miles de personas han salido nuevamente a las calles a demostrarle al espurio Felipe Calderón y su séquito de parásitos que en este país no fueron, no son y no serán bienvenidas nunca sus propuestas antiobreras y de ataques a la clase trabajadora y la juventud. Como un niño que espera con ansia la llegada de los reyes magos el 6 de enero, trabajadores de distintos ramos, campesinos y estudiantes esperaron paciente pero concienzudamente la llegada de este día pues, según platicaron en el transcurso de la semana, se vería demostrada una vez más quien manda verdaderamente en el país.
La convocatoria fue masiva. En cada centro de trabajo, cada centro de estudio, colonias, barrios y comunidades se hablaba del Paro Nacional. Los más veteranos hacían memoria para recordar cuándo se había llevado adelante una medida como esta, los más jóvenes no se detenían a pensarlo y se sumaban al acontecimiento que, para ellos, era novedoso y necesario. A pesar de la furiosa campaña que los medios de comunicación llevaron adelante en días previos al paro los trabajadores no desistieron de su labor informativa para tratar de contrarrestar la campaña negra de TV, Radio y prácticamente toda la prensa escrita; repartiendo un volante, pegando un cartel o haciendo mítines relámpagos muchos se unieron a la tarea de concientizar y sumar a la mayor cantidad posible de gente al paro.
El acontecimiento vivido este 11 de noviembre no puede ser visto como una acción más. A pesar de las complicaciones que hubo en varios puntos, de la dispersión que supuso la distribución de contingentes a lo largo y ancho de la ciudad y las múltiples provocaciones que hubo por parte de la policía federal, el Paro Nacional fue todo un éxito.
Desde las 7:00 hrs. se empezaron a dar las primeras movilizaciones. Trabajadores del SME tomaron, de manera simbólica, las instalaciones de la compañía de Luz y Fuerza. Al mismo tiempo todos los principales accesos carreteros a la Ciudad de México fueron bloqueados. De la misma forma, escuelas como la UNAM, la UAM, el IPN, Chapingo, la UPN y otras llevaron adelante la toma de instalaciones. Brigadas masivas de jóvenes y trabajadores partieron a las principales zonas industriales de la ciudad para llamar a los trabajadores de estos ramos a sumarse a las acciones.
En estaciones del Metro, en colonias, en mercados y en avenidas importantes podía verse a decenas de trabajadores haciendo mítines, repartiendo propaganda y explicando a la población el por qué de la lucha. Hubo quienes se convencieron, quienes ya estaban convencidos y quienes de plano adoptaron una actitud indiferente, los menos. Algunos, como Raúl Sánchez, empleado de una cafetería, quien escuchó a las brigadas en el Metro Copilco, reconoció: "Sólo sabía de esto por la televisión, pensaba que (Felipe) Calderón tenía razón, pero al oír a los compañeros veo que estaba muy desinformado, fue injusta la manera en que el gobierno dejó en la calle a tantos." (La Jornada 111109)
Destacaron, dentro de todo ello, las brigadas femeniles de trabajadoras que fueron de un punto a otro de la ciudad para realizar las labores de información. De igual forma, integrantes del PRD y la CND se dieron a la tarea de asistir a dependencias gubernamentales para invitar a sus compañeros a sumarse al paro.
La mañana transcurrió así, llena de gente distribuida en la gigantesca ciudad para que, en punto de las 16.00 hrs, todos se concentraran en el Ángel de la Independencia para partir en una masiva movilización que culminaría en el zócalo y pondría el broche de oro a la magnífica jornada de lucha.
La movilización
Desde cinco puntos distintos de la ciudad los contingentes empezaron a marchar con rumbo al Ángel de la Independencia, lugar de donde partiría la movilización. No lo hicieron en camiones o algún otro medio de transporte, caminaron desde cinco puntos distintos gritando consignas.
"Y vengan y vengan y vengan compañeros, que aquí se está formando el movimiento obrero" fue la consigna con la que miles invitaron a los curiosos a integrarse a las diferentes movilizaciones. Durante el recorrido de la marcha puede verse de todo. Muñecos hechos por el ingenio de los trabajadores simulando a Calderón, la carcasa de uno que otro televisor con la cara de alguno de los conductores de noticieros más recalcitrantes contra el movimiento; muchos le recuerdan a Javier Alatorre, conductor de TV Azteca: "no muerdas la mano de quien te dio de comer" haciendo alusión a que el padre del conductor titular del noticiario Hechos TV es jubilado del SME.
Durante el trayecto puede verse también a contingentes enteros de amas de casa quienes, con sartén en mano, gritan consignas en apoyo al SME. De la misma forma, una camioneta traslada, en su interior, a una banda musical que se ha dado a la tarea de componer canciones en defensa de los electricistas; los cantantes, los mismos electricistas. Un contingente motorizado acompaña la movilización. Las consignas no dejan de sonar "...si no hay solución, habrá revolución" es de las más coreadas. "Aquí se ve la fuerza del SME", "Oe oe oe oe SME... SME..." se han convertido en clásicas. Y así, durante todo el recorrido pueden verse pancartas, gente en las aceras viendo el pasar de la movilización, caracterizaciones de los principales políticos que, a su paso, provocan sonoros rechiflas.
Mario Saucedo, líder de una corriente perredista, compara este paro cívico con su antecedente, el de 1983 del Frente Nacional de Defensa al Salario y Contra la Carestía. "Éste tiene un contenido mucho más clasista, porque es la respuesta a un golpe contra el sindicalismo y el empleo. A diferencia del paro de hace 26 años, éste tiene una perspectiva de crecimiento mucho mayor."
El primer contingente en llegar al zócalo es el de Telefonistas. Se colocan, de manera paciente, en el zócalo a la espera de que arriben los primeros contingentes del SME. Cuando ocurre, los telefonistas gritan eufóricamente "no están solos, no están solos".
El mitin es iniciado por un viejo personaje de la política, que lo mismo ha sido priísta que perredista. Su discurso va mucho más allá. Habla de la huelga general y la fuerza de la clase obrera. Uno tras otro, los oradores van dando muestras de apoyo a los trabajadores del SME quienes no dejan de arribar al zócalo.
Finalmente habla Martín Esparza, dirigente de los electricistas. Su discurso no dista mucho del pronunciado la vez anterior. A pesar de que llama a mantenerse movilizados y a ir por la Huelga General no descarta la lucha legal. "Hay que agotar todos los recursos constitucionales", enfatiza. Pero lo que más júbilo despierta es el llamado a la Huelga General. Esta reacción es producto de que los trabajadores saben que el llamado a la lucha legal no es malo, pero que sin embargo, si el movimiento lleva adelante únicamente una campaña legal el gobierno no sólo no dará un paso atrás sino que seguirá atacando los derechos de obreros y campesinos.
Los trabajadores hemos probado la vía legal en otras ocasiones; en 2006 contra el fraude electoral, en 2007 contra la Ley del ISSSTE y en ningún caso ha funcionado. En la medida en la que nos rigen las leyes de la burguesía nunca se priorizará a los derechos de los trabajadores. Hablamos no de dejar de lado la lucha legal pero sí de pasarla a segundo término, la única manera de echar para atrás el decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) es mediante la lucha en las calles; si la lucha legal no se acompaña con la lucha en las calles el movimiento irá directo al fracaso y eso no lo podemos permitir los trabajadores.
El seguimiento en los Estados
En los estados el ambiente no era menor al del centro de la capital. En los Estados de México, Morelos, Puebla e Hidalgo, donde LyFC brindaba servicio, hubo movimiento, pero también en al menos otras 22 entidades. Los Sindicatos de Telefonistas (STRM), de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y los pertenecientes a la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) se sumaron a la protesta también con reivindicaciones propias.
En las Secretarías de Comunicaciones y Transportes de los estados de Puebla, Campeche, Chiapas, Oaxaca, Sinaloa y Tamaulipas trabajadores telefonistas llevaron a cabo movilizaciones. Así mismo llevaron a cabo movilizaciones en la Comisión Federal de Electricidad. En el Estado de Puebla, miles de personas compuestas por sindicalistas, amas de casa, estudiantes y habitantes de las comunidades aledañas a la subestación eléctrica de Huachinango y de la junta auxiliar de Nuevo Necaxa, asumieron el control de 11 accesos carreteros y bloquearon las casetas de cobros de la autopista México - Tuxpan, cerca de Texapa, y permitieron el acceso libre de los transportistas. 12 escuelas públicas y privadas en ambas localidades se sumaron también a las movilizaciones. En Hidalgo, los trabajadores de LyFC bloquearon las carreteras federales de México-Tuxpan, México-Pachuca, México-Laredo y la interestatal Actopan-Tula.
En los Estados de México y Morelos trabajadores bloquearon carreteras, hicieron mítines en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y en las subestaciones de Luz y fuerza. También se enviaron caravanas para que participaran en la movilización que se realizaría en la Ciudad de México a las 16.00 hrs.
Por su parte, la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) realizó bloqueos en subestaciones de varias entidades. Además, se sumaron al paro los trabajadores de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación quienes paralizaron las más de 13 mil escuelas que tienen a su cargo en dicha entidad. Lo mismo ocurrió con el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.
Corrieron la misma suerte los estados de Chiapas, Jalisco, Guerrero, Michoacán, Chihuahua, Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán y Zacatecas. En estos últimos las movilizaciones fueron importantes y, a pesar de que LyFC no brindaba el servicio en esos estados, se notó el enojo que existe por la política de golpes del gobierno federal.
El sector estudiantil
Como en la movilización del 15 de octubre, esta vez nuevamente el sector juvenil se hizo presente de una manera más fuerte. En el centro del país las principales universidades se sumaron al Paro. Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), la Universidad Autónoma de Chapingo (UACH), la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y el Colegio de Bachilleres, entre otros, asistieron masivamente no solo a la movilización central. También se dieron a la tarea de informar a la población, sacar brigadas y explicar los motivos del Paro. Además asistieron a las zonas industriales de la ciudad y llevaron adelante bloqueos de avenidas.
La actitud del gobierno federal respecto a la participación de los estudiantes fue totalmente provocadora. Desde la madrugada, en los planteles donde estudiantes se quedaron durante la noche a tomar las instalaciones, hubo desde amenazas de directivos sobre supuestas expulsiones de las escuelas a quienes participaran en el Paro, hasta agresiones nocturnas.
En el caso del CCH-Naucalpan, por ejemplo, los estudiantes denunciaron que los grupos porriles fueron a lanzar petardos durante la madrugada. En las Unidades de las UAM también hubo provocación por parte del personal de confianza de la institución. Además, durante el transcurso de la tarde era común ver a agentes vestidos de civil tomando fotos y videos, sin el menor decoro, a los jóvenes que participaron en las protestas.
A pesar de ello existe un hecho que hay que remarcar: desde 1968 no veíamos una integración de los estudiantes pertenecientes a universidades privadas en una lucha popular. Ya antes vimos como estudiantes de la Universidad del Valle de México participaron en la masiva movilización del pasado 15 de octubre y ahora, en el estado de Hidalgo, por ejemplo, hemos atestiguado la asistencia a la asamblea de coordinación estudiantil en apoyo al SME impulsada por el CLEP-CEDEP de estudiantes pertenecientes al Tec de Monterrey, una de las escuelas privadas más caras de todo el país, si no es que la más.
La actitud provocadora del gobierno se debe a un hecho fundamental: el mismo día de ayer diputados panistas urgían a la UNAM para que esta aumentara los cobros de cuotas para los estudiantes y que no se quejara tanto por el recorte al presupuesto educativo. Calderón sabe que una lucha en la UNAM podría arrastrar a amplios sectores de estudiantes de otras instituciones educativas. Para el gobierno federal resulta muy peligroso que los estudiantes se sumen a la lucha del SME apoyándole pero también enarbolando sus propias demandas, porque sabe que podrían contagiar de un ánimo muy importante. De ahí las acciones represivas en contra del movimiento estudiantil.
Calderón y los medios
A pesar de que los medios tratan de minimizar el Paro Nacional, desde primeras horas de la mañana empiezan a transmitir, en vivo y en directo, lo que acontece en la ciudad. Durante todo el día hablan del Paro. En televisión, radio y prensa fue la noticia del momento durante toda la jornada. "Caos en la ciudad de México" gritaban desesperadamente. Su discurso no se corresponde a las imágenes que ellos mismos transmiten. Al transcurrir el primer incidente, en la carretera México-Cuernavaca, donde los manifestantes son agredidos por la Policía Federal y seis policías son atropellados por un auto, los medios giran la atención al acontecimiento.
Radio y televisión golpearon al SME a lo largo de todo el día a más no poder: "Mientras estábamos en el mitin de Atizapán, en la radio dijeron que habíamos ido por despensas. Puras pinches mentiras", se exasperan los trabajadores.
Ya en la noche se dedican a transmitir una y otra vez comerciales respecto a la liquidación de los trabajadores y ponen énfasis en el discurso de Felipe Calderón quien declarara que "hubo intentos de sabotaje a la energía eléctrica en algunas zonas".
Al tiempo que dice eso los medios recalcan que la jornada de lucha convocada por el SME no ha sido para tanto, pero eso sí, no dejan de hablar de ello. A la par, se anuncia con bombo y platillo que la Suprema Corte Justicia de la Nación ha desechado la controversia constitucional puesta por el SME para eliminar el decreto de extinción de LyFC. El objetivo: desmoralizar a los trabajadores haciéndoles creer que no ha servido de nada el Paro Nacional. Pero los trabajadores no somos tontos, sabemos que efectivamente ha servido y de mucho.
El miedo se refleja en cada ataque que lanzan los medios y en el tremendo dispositivo de seguridad que desplegaron por todo el país. A pesar de las amenazas del Secretario de Trabajo de poner inasistencias a cualquiera que faltara a laborar y siguiera el Paro los trabajadores hacen caso omiso.
Los anuncios televisivos son más insistentes al día siguiente: "No olvides que mañana es el último día para que cobres tu liquidación" transmiten una y otra vez. Y a pesar de que no se sabe una cifra exacta de cuántos trabajadores han acudido a cobrar la liquidación, lo que la mayoría tiene claro es que no hace falta cobrar la liquidación porque "esta lucha se va a ganar" y "recuperaremos nuestros empleos".
¿Qué sigue?
Los hechos ocurridos el día de ayer en México han significado un importante paso adelante para la clase trabajadora. Muchos trabajadores y jóvenes están sacando conclusiones de manera muy rápida. Existe un hartazgo generalizado en contra de la política de la burguesía que se está expresando por este medio. Una vez más hemos dejado en claro quién manda en este país, pero debemos luchar por hacer conscientes de ello a los sectores que aún no se suman a la lucha. Debe haber una batalla férrea de los trabajadores del SME y del resto de organizaciones que les apoyamos por integrar a la lucha a los sectores industriales.
El Paro Nacional llevado adelante el día de ayer, que incluyó alrededor de 13 bloqueos, 33 puntos de la ciudad paralizados y cinco movilizaciones, es sólo el comienzo de lo que deberá ser la preparación e impulso de una huelga general que paralice no sólo algunos estados de la República y el DF, sino el conjunto del país.
Debemos discutir la forma en que impulsaremos la huelga general, prepararla y llevarla adelante. El gobierno de Calderón es realmente débil. Aunque intenta aparentar lo contrario en realidad tiembla ante el hecho de que la clase obrera salga de manera organizada a las calles. Lo que hace falta es sólo darle el último empujón para que el gobierno caiga y eso sería posible con una huelga general bien organizada.
En cada colonia, en cada barrio, en cada comunidad, en cada centro de trabajo debemos impulsar la conformación de comités de huelga que preparen de manera clara la huelga general, dando un papel a cada persona que la integre. Trabajo hay mucho, lo que hacen falta son manos mejor organizadas y con una idea más clara de lo que se tiene que hacer para fortalecer la lucha. Debemos dar una lucha despiadada para sumar a más sectores de la población a las jornadas de lucha. Hoy nuestra consigna debe ser: a organizar comités y asambleas para hacer un balance sobre la magnífica jornada de lucha del 11 de noviembre y definir medidas para impulsar una huelga general que haga palidecer a cualquier acto de repudio contra la burguesía que se haya presentado en los últimos años. Durante los próximos días este debe ser nuestro grito de batalla en cada centro de trabajo, en cada escuela, en cada barrio, en cada comunidad y en cada ejido. Todo ello para al mismo tiempo lanzar una ofensiva de agitación jamás vista en las últimas décadas hacia el frente industrial invitando a los obreros a que se sumen a la lucha. El Paro Nacional, a pesar de la basura vertida por los medios informativos contra este, ya ha abonado el camino hacia esta clase de trabajadores afiliados en sindicatos en su mayoría controlados por los charros de la CTM y el CT, una acción bien coordinada hacia ellos por parte del SME y los gremios agrupados en la UNT, por ejemplo, no sólo podrían atraerlos a la lucha sino que incluso, estimulados por el ambiente, esos mismos trabajadores podrían aprovechar la oportunidad para a la vez lanzar una fuerte lucha para recuperar sus sindicatos y arrebatárselos a los dirigentes charriles.
La clase trabajadora que hoy se integra a la lucha del SME no sólo lleva adelante la consigna de echar para atrás el decreto de extinción de LyFC, esta lucha va mucho más allá. Los trabajadores debemos luchar por eliminar el problema de raíz. La bancarrota del capitalismo y las consecuencias que ha traído dejan claro que entre clases no puede haber, no ha habido, ni habrá nunca una reconciliación. Ellos siempre lucharán por sus intereses sin importarles que al hacerlo pisoteen los derechos de millones de personas. Trabajadores, campesinos, estudiantes debemos unirnos en contra del gobierno de Calderón para arrebatarle el control de la industria, la tierra, los bancos y, en general, las riendas del país. Debemos luchar contra los despidos, por un seguro de desempleo, por un salario digno, por la defensa del IMSS, el ISSSTE y la educación pública, contra las privatizaciones, por créditos blandos y subsidios para los campesinos pobres; todo ello teniendo claro que la única manera de defender y salvaguardar nuestros intereses significando ello el derecho a una vida digna, es eliminado la propiedad privada capitalista para poner los principales medios de vida bajo el control democrático de los trabajadores.
Compañero trabajador, compañero estudiante, intégrate a Militante y lucha junto con nosotros por una sociedad al servicio de la clase trabajadora, una sociedad socialista. Los trabajadores no tenemos nada más que perder más que nuestras cadenas.
Viva la lucha de la clase obrera
Viva el SME
Unidos y organizados...¡¡Venceremos!!