Las elecciones para nuevo gobernador que se llevarán a cabo en el Estado de México (Edomex) el próximo año han profundizado todavía más la crisis que existe dentro del Partido de la Revolución Democrática (PRD), ya que la dirección estatal ha decidido impulsar una candidatura en alianza con el Partido Acción Nacional (PAN), el partido de la derecha. Para el ala de derechas del PRD y el PAN ese es el camino a seguir para, supuestamente, derrotar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y eliminar su poderío de décadas. Sin embargo, para los miles de militantes de base del PRD y la gente que participa en los "comités del gobierno legítimo"1 esta alianza es una abierta traición a los principios de la izquierda mexicana.
¿Qué representa el Edomex?
En el Edomex opera el 11% de las empresas de todo México, contribuye con un 9,5% al PIB mexicano, y es la segunda economía del país, sólo detrás del Distrito Federal. Pese a su gran actividad económica, de un total de 15 millones de habitantes, 12 millones viven bajo la línea de la pobreza y, de éstos, 2 millones viven con menos de 15 pesos diarios (0,9 euros). En el terreno electoral, es el estado con mayor cantidad de personas en edad de votar. El PRI ha gobernado el Edomex durante 80 años ininterrumpidamente. Este dominio, casi absoluto, lo ha logrado gracias al caciquismo, a la cooptación de las grandes centrales obreras y a la represión constante de los dirigentes y organizaciones de izquierda y de sus dirigentes. Es por ello que la contienda electoral que se vivirá aquí es de enorme trascendencia de cara a las elecciones presidenciales de 2012.
La dirección política del PRD ha sido asaltada por un grupo totalmente identificado con la derecha de país: los llamados chuchos, que no han dudado en llegar a acuerdos con el actual presidente mexicano, Felipe Calderón (PAN), para cargar la crisis sobre la espalda de los trabajadores. Y ahora en las elecciones del Edomex están impulsando la alianza entre el PAN y el PRD, elevando la confrontación entre el ala de izquierdas del PRD, encabezada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), y el ala de derechas perredista, encabezada por Jesús Ortega. Por tanto, la alianza en el Edomex es el punto de partida para concretar otra similar en las presidenciales del 2012.
Divisiones en el PRD
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha respondido a esta alianza con su posible salida del partido, por considerarla una traición a los principios políticos y a la militancia perredista. Si AMLO se va del PRD las cosas pueden tomar un rumbo no deseado por la burguesía mexicana, pues no se daría "en frío", como pretenden los chuchos (que con esta política de alianzas buscan confundir a los trabajadores y evitar que voten y luchen a través del PRD) sino acompañada por un ambiente de rabia entre los miles de trabajadores que están detrás de él que podría desembocar en una fuerte lucha.
Pero la burguesía tampoco puede consentir la ruptura de la alianza: de hecho la necesitan como al aire que respiran. De no lograrse esta alianza en el Edomex, los panistas irían solos a las elecciones mostrando su gran debilidad y fortaleciendo así el descontento que existe entre una ala del PAN contra el propio Felipe Calderón, pero además perderían una de sus principales cartas para ganar las elecciones presidenciales del 2012 y seguir gobernando al país.
Los chuchos en el PRD también tienen grandes contradicciones, ni pueden dejar que AMLO se vaya debido a que perderían votos como partido, ni pueden romper la alianza con el PAN porque su estancia en la dirección del partido, como representantes de la derecha, perdería sentido.
La alternativa es la lucha en las calles
En el fondo de toda la ecuación se encuentra la rabia que las masas explotadas han acumulado contra el actual gobierno y que amenaza con estallar en grandes luchas que no sólo tendrían un reflejo negativo para la derecha en las elecciones, sino que incrementaría la inestabilidad misma del régimen capitalista en tierras mexicanas.
El PAN y el PRI defienden los privilegios de los banqueros y empresarios, por eso es necesario frenar a ambos partidos a toda costa. AMLO debe levantar un programa claro que reivindique todos los derechos de los trabajadores, jóvenes y campesinos; un programa de expropiaciones a banqueros y empresarios de modo que las grandes palancas de la economía queden en manos de la clase explotada. Al mismo tiempo debe llamar a una alianza con todas las fuerzas de izquierda, con los sindicatos y con los partidos de los trabajadores. Salirse del PRD no es la alternativa correcta, en su lugar debe plantear la expulsión de los traidores infiltrados, encabezados por Jesús Ortega, dentro del perredismo, que no tienen ninguna fuerza real en el movimiento para imponer sus intereses y vincularlo a un programa genuinamente socialista y un plan de lucha que arrastraría tras de sí a los trabajadores y los oprimidos.
1. Tras el fraude electoral en las elecciones presidenciales de 2006, orquestado por la burguesía para impedir la victoria de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) candidato del ala izquierda del PRD y que provocó un movimiento prerrevolucionario en el país. A partir de entonces miles de trabajadores se han organizado en Comités del Gobierno Legítimo.