Como temíamos, la dictadura china ha comenzado a vetar a los candidatos pro democracia que se pretendían presentar a las próximas elecciones en Hong Kong de cara a ocupar cuatro de los escaños que quedaron vacíos después de la destitución de seis diputados de la oposición el pasado año. Es el último episodio de un golpe de estado contra el movimiento democrático de masas.
Agnes Chow Ting, portavoz de 21 años de Demosisto, un pequeño partido dirigido por estudiantes vinculado con el “Movimiento de los Paraguas” de 2014, ha visto como era rechazada su candidatura a estas elecciones parciales por órdenes del gobierno de Hong Kong bajo el control de Pekín. Chow tendría prácticamente asegurado recuperar un escaño, en la “Isla de Hong Kong”, del que había sido despojado el año pasado su compañero de partido Nathan Law Kwun-chung, presidente de Demosisto.
Las otras tres elecciones parciales, todas ellas programadas para que se realicen el 11 de Marzo, son en “West Kowloon” y “New Territories East”, ambas circunscripciones geográficas como la “Isla de Hong Kong” , y en la circunscripción funcional “Architectural, Surveying, Planning and Landscape”. La mitad de los 70 escaños en el Consejo Legislativo (CoLeg) están asignados a pequeñas circunscripciones electorales antidemocráticas reservadas a grandes multinacionales y lobbies.
Nathan Law fue uno de los seis diputados de la oposición expulsados del CoLeg en el caso “Oathgate”. Los seis, cuyas políticas son juzgadas como indeseables por el régimen chino, fueron descalificados como diputados retroactivamente a iniciativa del gobierno a través de los tribunales, señalando que su juramento como diputados no había sido suficientemente “sincero”, ya que se había convertido en tradición para algunos diputados de la oposición, como forma de protesta, añadir al juramento oficial palabras como “democracia” y “sufragio universal” en la toma de posesión. Dichas descalificaciones fueron seguidas de la intervención del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional de China (APN), el llamado Parlamento chino, que no es más que un simple altavoz de la dictadura.
Quieren acabar con los “radicales”
Law y su compañero Joshua Wong Chi-fung fueron encarcelados el pasado año acusados de “reunión ilegal” junto con otros 14 activistas pro democracia. Todo esto forma parte de un movimiento orquestado por el gobierno con el objetivo de eliminar a los sectores más radicales del movimiento democrático hongkonés y evitar que puedan presentarse a unas nuevas elecciones. En Hong Kong, cualquier persona que esté en prisión más de 3 meses no puede presentarse a las elecciones durante 5 años.
Otros partidos radicales pro democracia como la Liga Socialdemócrata liderada por “Long Hair” Leung Kwok-hung, también han sido víctimas de sentencias de cárcel y descalificaciones electorales con el objetivo de mantenerlos fuera del CoLeg. El gobierno espera, al negarles una plataforma pública y los recursos financieros que confiere un escaño en el CoLeg, y al meter a sus principales activistas en prisión, poder erradicar a los grupos parlamentarios más radicales, dejando sólo a las fuerzas más moderadas y maleables como altavoces del movimiento democrático.
Una declaración del gobierno de Hong Kong el sábado 27 de enero anunció la prohibición de la candidatura de Chow alegando que “no cumplía en ningún caso” con los requisitos exigidos por la ley electoral, es decir, apoyar la constitución de Hong Kong, su ley Fundamental, y apoyar el principio “Un País con dos Sistemas” con el que Hong Kong se ha regido bajo dominio chino desde 1997. La prueba utilizada para excluir a Chow es el manifiesto de Demosisto de 2016 donde se hace un llamamiento a favor de la “autodeterminación”.
Aunque Demosisto y Chow niegan que esto signifique apoyar la independencia y aunque, de hecho, se hayan distanciado en muchas ocasiones respecto de los grupos que abogan por la independencia, Pekín considera que ambas cosas significan lo mismo y que por tanto supone una “violación” de la ley Fundamental. Sin embargo, no existe prohibición en la Ley Fundamental respecto a la posibilidad de reivindicar la independencia, que por otro lado, si reconoce el derecho a la libertad de expresión. En las últimas semanas, temiendo dicha prohibición, Demosisto cambió en su web la sección de “Qué Somos” borrando la declaración en chino que señalaba que “Demosisto asume la ‘derecho democrático de autodeterminación’ como una de sus principales reivindicaciones”.
También se temía que a otro dirigente del movimiento pro democracia, Edward Yiu Chung-yim, se le prohibiera presentarse a las elecciones parciales. Yiu fue otro de los seis diputados destituidos del CoLeg el pasado año. Fue elegido para presentarse por la circunscripción de West Kowloon, y hasta el último día del plazo para la presentación de las candidaturas no recibió la aprobación de cara a poder presentarse.
El mismo día en que se vetó a Chow, se le enviaron a Yiu cuatro preguntas por parte de los “imparciales” funcionarios electorales señalándole que sus respuestas determinarían si era o no posible que pudiera presentarse a las elecciones como candidato. Las preguntas incluían si aceptaba la decisión del Comité Permanente de la APN sobre la forma de prestar juramento, que fue la base para acordar la destitución tanto de él como de los otros cinco diputados. Otra de las preguntas tenía que ver con la visita que hizo a Taiwán en 2016 como invitado del partido pro independentista “Nuevo Poder”. Sin embargo, no existe ninguna base en las leyes electorales de Hong Kong para establecer este tipo de vetos a los candidatos del CoLeg.
Finalmente, el lunes 29 de enero las autoridades electorales anunciaron que se permitiría a Yiu presentarse a las elecciones. Esta decisión, más que justificar la línea del gobierno de que sólo se están siguiendo los procedimientos legales respecto a las próximas elecciones parciales, ha puesto en evidencia que la decisión de bloquear a Chow pero no a Yiu es puramente táctica, tratando de evitar una reacción mayor de la opinión pública y generando una ilusión de legalidad, tratando de hacer creer que en cada caso se analizan las “circunstancias concretas”. Chow y Demosisto tienen mayor peso que Yiu, relativamente desconocido dentro del movimiento democrático antes de su destitución el año pasado. Una posibilidad es que el escándalo causado por el veto a Chow/Demosisto, incluso dentro de la judicatura y en los medios de comunicación internacionales, haya llevado al gobierno a permitir que se presente un candidato de la oposición antes que quedar completamente desacreditado.
Desgraciadamente, la forma en que ha actuado el gobierno o las autoridades electorales (que admiten haber recibido “consejos” del gobierno) no excluye en el futuro nuevas prohibiciones antidemocráticas, ya sea de destacadas figuras pro democracia en general o de diputados vetados como “Long Hair” y Lau Siu-lai en particular. Al contrario, cada nuevo ataque sugiere que el gobierno se está moviendo gradualmente, dando un paso adelante, parando a continuación para enfrentar la reacción que pudiera darse, y preparando de nuevo el siguiente movimiento. Los escaños de “Long Hair” y Lau no están entre los cuatro que se disputarán en Marzo ya que el tribunal de apelación todavía tiene que escuchar su caso.
Fraude electoral
“La decisión de bloquear a Agnes Chow y posiblemente a Edward Yiu es la segunda etapa del proceso de fraude electoral para el CoLeg”, señaló Pasha de Acción Socialista (CIT en Hong Kong). “La primera etapa fue cuando el gobierno organizó la destitución de los seis diputados, anulando de esta manera más del 12% de los votos emitidos en las elecciones al CoLeg de 2016. La decisión de manipular las elecciones parciales de esta manera pone en evidencia que, a menos que se consiga derribar al actual gobierno corrupto y antidemocrático, no existirá ni remotamente nada que se parezca a unas elecciones libres o justas en Hong Kong. Todo está básicamente amañado desde este momento” continuó señalando.
Las reacciones al veto a Chow se han producido con rapidez y contundencia. Demosisto publicó un comunicado diciendo que la descalificación de Chow era “ilegal y sin fundamento alguno” así como “una venganza contra toda una generación”. Los jóvenes que ayudaron a impulsar el “Movimiento de los Paraguas”, sobrepasando a los partidos y dirigentes del movimiento democrático más conservadores y reticentes, son el principal objetivo de la actual represión política.
Joshua Wong de Demosisto, sentenciado a una segunda pena de cárcel hace dos semanas por otro “delito” relacionado con el “Movimiento de los Paraguas”, explica cómo el gobierno ha ido ampliando el cerco a la oposición mediante medidas cada vez más represivas:
“Hace dos años, sólo se vetó a los candidatos elegidos que promovían la independencia. Ahora, las personas que abogan por la autodeterminación son vetadas de manera permanente. Nadie sabe si Pekín trazará una nueva línea roja de cara a que todos los pro demócratas que se opongan al Artículo 23 (la Ley antisubversiva) sean también vetados”.
La advertencia de Wong debe ser escuchada. A menos que se construya un movimiento que pueda repeler los ataques del gobierno, en las próximas elecciones se podría excluir a los candidatos que se oponen al Artículo 23, al ser el mismo parte de “la Ley Fundamental”, o a aquellos que se opongan al penoso fallo de la APN del 31 de agosto de 2014 que establece un “falso sufragio universal” para Hong Kong, y que fue el desencadenante de las protestas masivas del “Movimiento de los Paraguas”.
Paso a paso la represión aumenta
Un ejemplo de la falsedad de las argumentaciones del gobierno es que a Nathan Law no se le impidió presentarse a las elecciones de 2016, saliendo elegido como el diputado más joven elegido nunca, y todo esto a pesar de firmar el mismo manifiesto por el que Chow ha sido ahora desclasificada. Law, como sabemos, fue expulsado del CoLeg mucho más tarde y bajo un pretexto completamente diferente, su supuesto “juramento nulo”.
En las elecciones legislativas de 2016 el gobierno introdujo un nuevo juramento de lealtad que se ha utilizado para descalificar ya a cinco candidatos, incluso a algunos que firmaron dicho juramento, todos de los sectores de activistas locales pro independencia. El gobierno estaba tanteando el terreno centrándose solo en activistas muy concretos, hasta el punto de que la mayoría de los candidatos “locales” no fueron vetados para presentarse en ese momento.
¿Qué ha cambiado? Sólo los ritmos. Si el gobierno en 2016 se hubiera movilizado para vetar a Demosisto, como ha ocurrido ahora, o hubiera impulsado una purga mayor de los candidatos radicales, como aquellos que posteriormente han sido destituidos tras ganar sus escaños, se habría podido desencadenar una reacción popular masiva que podría haber supuesto una aplastante derrota en las elecciones de los candidatos pro-Pekín.
Tal como estaban las cosas, la oposición aumentó su porcentaje total de votos del 56% al 60% en las elecciones de 2016, lo que supuso el mayor retroceso electoral de los últimos 20 años para el bloque pro gubernamental. Estas elecciones, como explicamos en su momento, pusieron de manifiesto la existencia de “un facto Paraguas” muy claro apenas dos años después de esta lucha de masas que duró 79 días. Por supuesto, debido a la manipulación consecuencia de un sistema electoral al CoLeg completamente injusto, el gobierno, a pesar de los resultados en votos, consiguió 40 asientos frente a los 30 de la oposición.
“La acción de masas es la única salida”
El gobierno ha intentado disfrazar su represión política con un barniz de “legalidad”. Pero cada vez engaña a menos gente. Maya Wang, de la ONG Human Rigths Watch, se manifestó con claridad: “los argumentos jurídicos distorsionados por parte del gobierno de Hong Kong al descalificar a Chow apenas pueden ocultar las intenciones políticas de esta decisión: se trata de un nuevo paso por parte de Pekín en el camino de cara a destruir la autonomía de Hong Kong”.
A finales de enero, una protesta espontánea masiva fuera del CoLeg reunió a unas 2000 personas. Acción Socialista (CIT en Hong Kong) volvió a plantear la necesidad de un día de huelga en Hong Kong como única medida suficientemente potente como para desafiar la deriva autoritaria del gobierno. Los estudiantes, que hace dos semanas organizaron protestas contra la suspensión de dos representantes estudiantiles en la Universidad Baptista por su participación en un conflicto sobre las pruebas de mandarín, son un sector clave que podría impulsar el desarrollo de una huelga estudiantil en toda la ciudad en defensa los derechos democráticos.
Con Chow ya vetada, Au Nok-hin, miembro del Partido Demócrata, podría ser designado para remplazarla como abanderado de la oposición democrática, aunque no tiene conexión con Demosisto y no se corresponde con el perfil político de las capas que apoyan a Demosisto, y que por tanto se verán perjudicadas.
Al manipular las elecciones de esta forma, inventando nuevas reglas de manera improvisada a cada momento, el gobierno está excluyendo no sólo a los grupos de oposición más radicales, sino también a sus cientos de miles de votantes. Estos grupos se están viendo obligados, con el fin de evitar que los candidatos pro gubernamentales ocupen sus escaños, a renunciar a sus escaños y votantes en favor de candidatos de la oposición más “moderados” que no hayan incumplido los criterios de selección impuestos por Pekín. Pero estos sectores “moderados” han perdido progresivamente el apoyo y la credibilidad entre grandes sectores del electorado pro democracia.
Los “radicales” obtuvieron el 25% de los votos en 2016 (567.000 votos). Se trata de una amalgama de diversos grupos que se distinguen no tanto por su ideología (que va desde la izquierda hasta la extrema derecha en el caso de los “localistas”) como por su postura más combativa en la lucha contra el creciente control de la dictadura china. Grupos como Demosisto, que defiende únicamente oponerse a la deriva autoritaria del régimen actual, surgieron como consecuencia de la creciente frustración entre las masas respecto a la pasividad y falta de lucha de los partidos pro democráticos liberales tradicionales. Esto resultó más claro tras el fracaso del “Movimiento de los Paraguas” al ser incapaz de arrancar cualquier concesión democrática por parte del gobierno.
“El gobierno ha tenido una estrategia clara desde el final del ‘Movimiento de los Paraguas’”, dijo Pasha de Acción Socialista. “Están utilizando indistintamente criterios de selección electoral, descalificaciones, juicios políticos y sentencias de prisión en un intento por acabar con el movimiento democrático, empezando por los sectores más combativos. Se trata también de preparar el terreno para dar un nuevo impulso en la introducción del Artículo 23, y para asimilar el sistema político de Hong Kong al de la China continental, algo que sólo podrá detenerse mediante una acción de masas como la huelga”.
¿Cómo recuperar el movimiento de masas?
Desde que comenzó la ofensiva autoritaria, al principio más limitada durante los momentos previos a las elecciones de 2016, y que inmediatamente después se aceleró, los dirigentes de los principales partidos pro democráticos no han ofrecido más resistencia que simples protestas verbales. De esta manera continúan actuando como hicieron durante el “Movimiento de los Paraguas”, que “apoyaron” nerviosos y con incomodidad mientras trataban de contener al propio movimiento distanciándose de cualquier planteamiento “radical”.
Estos sectores pro democráticos han abordado estas elecciones parciales de manera similar a las anteriores, a pesar de resultar muy claro que el gobierno era plenamente capaz de utilizar cualquier truco sucio de cara a manipular el resultado. Su objetivo es, aunque los candidatos del “establishment” no sean capaces de ganar estos escaños, lo que es poco probable en cinco de los seis, asegurarse que dichos escaños no vuelvan a caer en manos de los “radicales”.
Al carecer de una perspectiva clara, muchos sectores del movimiento han quedado atónitos por la prohibición de facto de Demosisto como fuerza electoral. Se han tenido discusiones sin fin a puerta cerrada entre las fuerzas pro democráticas de cara a diseñar un “Plan A”, un “Plan B” y un “Plan C” para poder elegir candidatos sustitutos, en vez de luchar por levantar un movimiento de masas y advertir sobre las probabilidades cada vez mayores de que se manipulen las elecciones convirtiéndose esto en la “nueva normalidad” de cara a las elecciones al CoLeg en el futuro.
Ya advertíamos el año pasado, en Julio, una semana después de la decisión del Tribunal de destituir a cuatro diputados, que las elecciones parciales podrían ser manipuladas por el gobierno y que, por tanto, aunque las elecciones eran importantes, era un error convertirlas en el aspecto principal o en el único foco de actividad:
“Esto también hace que sea mucho más difícil para la oposición revertir por completo este ataque en unas elecciones parciales, que pueden retrasarse aún más y realizarse bajo condiciones extremadamente antidemocráticas, vetando a algunos o a todos los diputados destituidos y manteniendo a su vez las elecciones de cara a aumentar las posibilidades del sector pro gubernamental” (chinaworker.info 21 de julio de 2017).
¡Por campaña masiva de resistencia contra el intento de golpe de Estado al CoLeg!
La dictadura china, quien realmente decide, no quiere que la purga del CoLeg del año pasado sea anulada a través de las urnas. Eso representaría una vergonzosa derrota política para el régimen y una victoria para las masas, y podría traducirse posteriormente en nuevos desafíos respecto a la actual deriva autoritaria, como la actual represión política desatada en los campus universitarios y por supuesto los planes para imponer el Artículo 23.
La única forma de resistir con éxito las maniobras antidemocráticas del gobierno es construir una campaña masiva de desobediencia civil, que debe reconocer el verdadero carácter del régimen político actual y extraer las conclusiones adecuadas. Las lecciones del fracaso del “Movimiento de los Paraguas” es que, a pesar de su enorme potencial, mantuvo la fe exclusivamente en que bastaba con ocupar las calles, como si eso fuera suficiente de cara a vencer a un régimen como la dictadura china. En ningún momento, antes o después, hubo discusión alguna sobre la necesidad de organizar una huelga comenzando, por ejemplo, con una huelga masiva de estudiantes, para posteriormente ir hacia una huelga general en todo el territorio exigiendo la renuncia de un gobierno que ha sido elegido fraudulentamente.
A esto habría que sumar la necesidad de plantear elecciones libres e imparciales para una auténtica Asamblea Popular que remplace a un CoLeg antidemocrático y carente de cualquier poder real, así como la formación de un gobierno de la mayoría de la clase trabajadora comprometido con un programa de cambio social radical que permita conseguir viviendas asequibles, control de los alquileres, un sistema universal de pensiones, aumento de los salarios más bajos actualmente en la línea de la pobreza, así como para romper completamente con el dominio por parte de unos pocos magnates capitalistas pro Pekín sobre la economía de Hong Kong.
Tal movimiento, incluso en un territorio de sólo 7.3 millones de personas, tendría un enorme eco al otro lado de la frontera en China, inspirando a las masas chinas que tanto han sufrido para unirse a esta lucha contra el autoritarismo. Un cambio completo en las reglas del juego.
¡No a la represión en Hong Kong! ¡Libertad para los presos políticos!
“No a la represión en Hong Kong” es una campaña internacional que Acción Socialista ayudó a impulsar haciendo un llamamiento a realizar protestas de solidaridad por parte de organizaciones de trabajadores y jóvenes en todo el mundo. La campaña organizó protestas en 22 ciudades del mundo, desde Berlín a Colombo y Vancouver, el octubre pasado contra la represión del estado chino en Hong Kong. Diversos diputados socialistas de izquierdas del parlamento tanto en Irlanda como en Alemania, así como importantes sindicalistas en México, Sudáfrica o Gran Bretaña han firmado la petición online apoyando y defendiendo los derechos democráticos tanto en Hong Kong como en China.