La línea U6 de metro en Viena parecía un sábado en plenas compras navideñas, con los vagones llenos de gente. Sin embargo, era 13 de Enero y las compras era lo último que estaba en las mentes de la mayoría de las personas que viajaban a Westbahnhof y Christian Broda Platz, al final de la principal calle comercial de Viena. Decenas de miles de personas acudieron allí para protestar contra el nuevo gobierno de coalición de extrema derecha formado por el conservador ÖVP y el ultraderechista FPÖ.

Este gobierno sólo ha estado en el poder durante algunas semanas, pero ya ha logrado horrorizar a un número cada vez mayor de personas. Un programa de austeridad sin matices combinado con el racismo y el autoritarismo patrocinados por el estado es el orden del día de este gobierno. Algunas de las medidas planificadas por los líderes del gobierno, Sebastian Kurz (ÖVP) y Karl Heinz Strache (FPÖ), incluyen la introducción de la jornada laboral de 12 horas, ataques contra el derecho al aborto, recortes a la educación y otras áreas del sector público, ataques sobre las prestaciones de desempleo, la aceleración de las medidas de privatización en la vivienda y los ferrocarriles, ataques a las leyes de salud y seguridad, nuevos derechos represivos para la policía y medidas destinadas a dificultar la vida de los inmigrantes y solicitantes de asilo. La lista parece interminable.

La consigna principal utilizada para la manifestación del 13 de enero fue "contra el racismo y la austeridad". Fue sorprendente ver innumerables pancartas caseras y otras hechas a mano por los manifestantes que denunciaban los recortes y  los ataques del gobierno contra jóvenes, trabajadores, inmigrantes y desempleados. Cuando la cabecera de la manifestación llegó a su destino final, muchas personas ni siquiera habían empezado a moverse y todavía estaban en Christian Broda Platz. Es imposible decir cuántos participaron. Pero decir que más de 50.000 personas participaron a pesar del frío y la lluvia no es una exageración.

Miembros del CIT/CWI de Austria también participamos en la manifestación. Tuvimos nuestro propio camión-escenario, desde el cual los miembros del SLP (CIT Austria) pudimos dirigirnos a miles de personas. Activistas de base de otras campañas fueron invitados a nuestro escenario para hablar también, entre ellos los miembros de una red creada recientemente para organizar a los estudiantes de secundaria, en la cual participamos compañeros del SLP.

Necesitamos una alternativa combativa

Nuestro cortejo se convirtió en una alternativa viva y necesaria frente a los discursos pronunciados en el escenario principal, donde los miembros del ala de derechas del Partido Socialdemócrata de Austria,  partidarios de la austeridad, pudieron dirigirse a la multitud tratando de lavarse la cara y aparecer como parte de "la resistencia". Esto incluyó a un representante de los empresarios del sector del trabajo social, que actualmente están tratando de forzar nuevos recortes de salarios y en otros aspectos en los sectores de voluntariado, caridad y trabajo social. Mientras tanto, en el escenario del SLP, un trabajador de este sector habló sobre la necesidad de luchar contra todos los recortes y también de la necesidad de dar la batalla para organizar una campaña sindical combativa contra dichos ataques.

Vale la pena señalar que la Socialdemocracia austriaca ha estado en el poder durante décadas. Son totalmente culpables del desastre en el que se encuentra el país. Durante la reciente campaña electoral, intentaron ser incluso más racistas que el propio FPÖ, amenazando con poner tanques en la frontera austriaca con Italia para evitar que los refugiados ingresaran al país.

Nuestros planteamientos socialistas fueron muy bien aceptados. Hicimos un llamamiento a la multitud para la recaudación de fondos de cara a cubrir los costes de la plataforma móvil, consiguiendo la cantidad necesaria en cuestión de minutos. Durante todo el día, distribuimos miles de panfletos con nuestro programa de seis puntos para tumbar al gobierno. Llamamos a la creación de comités de acción en barrios, lugares de trabajo, escuelas y universidades, que deben estar  organizados democráticamente para coordinar la lucha.

El movimiento de hoy necesita aprender las lecciones de la última vez que el FPÖ ingresó al gobierno. En el año 2000, se desarrolló un movimiento de masas pero no logró derrocar al gobierno. No logró desarrollar estructuras democráticas y responsables, se orientó hacia un futuro gobierno socialdemócrata y descuidó por completo cualquier idea de lucha de clases.

No es suficiente simplemente con estar en contra de este gobierno: también se necesitan consignas y demandas combativas y positivas. Mucha gente votó por este gobierno porque estaban hartos de cómo funciona la sociedad en beneficio de una elite corrupta. Fueron engañados por las promesas hechas por Sebastian Kurz y Strache de que harían las cosas de manera diferente. De alguna forma, esto representa tanto el deseo como el potencial para un nuevo partido de los trabajadores. No se ofreció ninguna alternativa durante las elecciones, lo que abrió el camino directo para que algunos jóvenes y trabajadores siguieran a Strache y Kurz. Ahora hay un duro despertar.

Pronto se podría producir un duro choque con la realidad para el líder del FPÖ, Strache, quien ha hecho carrera política culpando a los inmigrantes y refugiados de todos y cada uno de los problemas de la sociedad. Tan pronto como se anunció su apoyo a la introducción de la llamada presentación "voluntaria" de la jornada laboral de 12 horas, su página de Facebook se vio inundada de publicaciones de trabajadores expresando enfado y decepción. Toda respuesta seria que se produzca necesitará de este estado de ánimo. Necesitamos dar una batalla encabezada por los sindicatos exigiendo una semana laboral más corta, salarios más altos, una mejor financiación para los hospitales y la abolición de todas las leyes racistas. No podemos confiar en que el Partido Socialdemócrata haga este trabajo por nosotros, ¡todo lo contrario! La lucha contra el gobierno actual necesita darse en un plano político, y por eso el desarrollo de una alternativa política al racismo y la austeridad, de un verdadero y nuevo partido de trabajadores con un programa radical de izquierdas, es totalmente crucial.

Los dirigentes sindicales se niegan a movilizar. ¡Hay que organizar el movimiento!

Desafortunadamente, hasta ahora, los dirigentes sindicales oficiales han demostrado su incapacidad en todos estos frentes. La federación sindical austríaca, ÖGB, boicoteó una manifestación antigubernamental previa y pidió a sus miembros que no acudieran a ella. Tampoco se movilizó seriamente en la masiva protesta del 13 de enero. A pesar de esto, algunos sectores sindicales sí que participaron, algunos incluso de forma oficial como sindicato. Por ejemplo, la sección sindical socialdemócrata dentro de la ÖGB por la ciudad de Viena, lo que es en sí mismo un reflejo de la presión que se está acumulando dentro de distintas sectores de la clase trabajadora. Otros trabajadores asistieron en grupos desde sus lugares de trabajo. Una característica durante el período de preparación de la manifestación ha sido el surgimiento de varios grupos de personas que se han unido para organizarse para acudir a dicha manifestación. Incluso hubo un cortejo de "abuelas contra la extrema derecha". Todo este potencial necesita ser construido y organizado. Si el ÖGB hubiera utilizado sus recursos para preparar la manifestación en los puestos de trabajo, fácilmente se habrían superado las 100.000 personas.

Es imposible predecir cómo evolucionará este movimiento contra el gobierno. El 26 de enero habrá protestas contra un gran mitin por parte de la extrema derecha "Akademikerbund", una organización estudiantil elitista, racista, sexista, homófoba y nacionalista con estrechos vínculos con el Partido de la Libertad ahora en el gobierno. Las protestas podrían convertirse en una nueva batalla contra el gobierno.

En última instancia, se necesitará una lucha masiva y la acción huelguística generalizada para acabar con este gobierno. Los dirigentes sindicales harán todo lo que puedan para evitar que esto suceda y para que las protestas se diluyan. Por eso es tan importante la construcción de comités de acción, para generar presión. Los miembros del SLP haremos todo lo que esté en nuestras manos para que esto sea así. Por ejemplo, algunos compañeros están ya involucrados en la organización de un comité de acción en una escuela de primaria en Viena. Maestros, alumnos y padres se están organizando en contra de la próxima medida conservadora planeada por el gobierno en el sector de la educación. Se está planificando una reunión más amplia para unificar las diferentes campañas en defensa de la educación.

Este planteamiento audaz es apreciado por una capa de jóvenes, algunos de los cuales se unieron a nuestro partido sólo horas después de la manifestación. Austria ha llegado a un punto de inflexión y los "días tranquilos" parecen cosa del pasado. Las próximas batallas permitirán una apertura para el desarrollo de las ideas socialistas entre jóvenes y los trabajadores, algo que pretendemos utilizar para construir y desarrollar las fuerzas del socialismo.

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