Desde la elección de Emmanuel Macron, el presidente de los ricos, y después del ataque del gobierno contra todos los sectores de la sociedad, especialmente los servicios públicos, los ferrocarriles (SNCF), pensionistas, jóvenes, parados, todos confiábamos en el éxito de la jornada de lucha del 22 de marzo.

El día de la protesta de los pensionistas, el 15 de marzo hubo también numerosas huelgas, paros y luchas en cada rincón del país.

El 22 de marzo hubo más de medio millón de personas en las calles de todo el país. Más de un tercio de los trabajadores ferroviarios fueron a la huelga y una cuarta parte de los profesores de primaria. Ese día de lucha fue una clara demostración de la rabia y el deseo de acabar con las políticas que hemos visto hasta ahora. Aunque no fue tan grande como las enormes manifestaciones que hubo durante el movimiento contra las nuevas leyes laborales, la atmósfera de las manifestaciones y la extensión del apoyo a éstas entre quienes no hicieron o no pudieron ir a la huelga, demostró en numerosas ciudades que este día de lucha ya es significativamente diferente a los de septiembre-octubre del año pasado. Muchos grupos de trabajadores fueron a la huelga, algunos era la primera vez que lo hacían, otros la primera en mucho tiempo. Vimos grupos muy diversos, muchos más que los contingentes tradicionales de los sindicatos, destacando la presencia de jóvenes estudiantes en las principales ciudades y grupos de estudiantes de secundaria.

Una estrategia para detener los planes de Macron

La huelga no fue organizada sólo para luchar contra las medidas específicas del gobierno, sino como una manera de señalar que ha llegado el momento de iniciar el contraataque, mostrar la determinación a luchar y planificar los siguientes pasos, al mismo tiempo que se lucha por las demandas de cada sector. El gobierno y los medios de comunicación, en manos de sus amigos millonarios, han repartido toneladas de propaganda contra los huelguistas de la SNCF. ¡Pero no funcionó! La mayoría de la sociedad apoya su lucha por mantener los ferrocarriles públicos. La presencia de contingentes de jóvenes en las protestas de los ferroviarios en París indica que muchos sienten la necesidad de luchar juntos. También lo hace la mezcla de muchos diferentes sectores de los trabajadores en las marchas y el tamaño de las manifestaciones en ciudades de tamaño medio o pequeño a pesar del frío de principios de primavera.

Es necesaria una huelga general

Los trabajadores en el sector privado sufren los golpes de las “reformas” laborales. Los del sector público la privatización, los recortes masivos de empleo y de presupuesto. Los jóvenes están amenazados por el desmantelamiento de la educación superior y secundaria. Todos sufrimos los ataques de estas políticas y tenemos que movilizarnos unidos.

El 3 y 4 de abril son los primeros días de huelga de los trabajadores ferroviarios. Estas fechas deben ser días importantes de apoyo y participación en la lucha en la SNCF. La CGT ha fijado el próximo 19 de abril para la huelga en los sectores público y privado. Ese día será un paso adelante  más hacia la huelga general. Se cumple el cincuenta aniversario de la gran huelga general de mayo de 1968, con sus diez millones de huelguistas, podemos refrescar nuestras memorias demostrando de lo que son capaces los trabajadores y los jóvenes cuando luchan unidos.

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