No hubo sorpresas al hacerse público los resultados de las elecciones presidenciales en Rusia. El Kremlin había pedido un 70% de los votos para Vladimir Putin, con una participación del 70%.
Al final resultó que la Comisión Electoral Central anunció la victoria de Putin con casi el 77% de los votos y con una participación del 67%.
En su concierto de la victoria, se mofó del Gobierno británico y dijo que su incremento de votos había sido una reacción a la histeria anti-rusa desatada por el asesinato de Sergei Skripol en Salisbury.
Putin no tardó mucho en regresar al trabajo. Es posible que haga algunos cambios menores en el Gobierno, para afrontar los próximos seis años.
El segundo, a mucha distancia, con algo menos del 12% fue el candidato del Partido Comunista, Pavel Grudinin, seguido por el nacionalista de derecha, Vladimir Zhirinovskii, con menos del 6%. La 'oposición' de la socialité de Thatcherite, Kseniya Sobchak, obtuvo solo el 1.5%.
El resultado, que le da a Putin el mayor número de votos que cualquier candidato presidencial haya obtenido desde el colapso de la Unión Soviética, con más de 56 millones de votos, ha dejado a la oposición, particularmente a la oposición liberal prooccidental, desmoralizada y desesperada.
No debería haber ninguna duda de que incluso si hubiera unas elecciones justas y democráticas en Rusia hoy, con los actuales partidos políticos y candidatos, Putin ganaría, probablemente con una buena mayoría de votos. Él tenía casi garantizado que aumentaría su voto en 4 millones debido al electorado adicional en Crimea y la decisión del partido Rusia Justa de retirar a su candidato a favor de Putin.
Oposición
En elecciones anteriores, los candidatos de la oposición habían sido particularmente ineptos, pero esta vez fueron increíblemente malos. La valoración de Zhirinovskii se mantuvo más o menos igual, pero el candidato "comunista" vio caer su resultado del 17% que le pronosticaban las encuestas, a menos del 12% y a una pérdida de casi cuatro millones, sobre las previsiones. Aunque pueda parecer cruel decirlo, el electorado "comunista" está literalmente muriendo, pero esto no explica toda la caída de votos. La decisión del partido de presentar al agroempresario, Grudinin, alejó a la parte del electorado más viejo del PC, nostálgico de los tiempos 'soviéticos'. Con sus actitudes racistas y el apoyo a Stalin, no hizo nada para inspirar a la generación más joven, cada vez más rebelde.
Con el apoyo acrítico del PC para la política exterior de Rusia, una parte del electorado de PC asumió la retórica de Putin y votó por el original en lugar de por una pálida imitación representada por Grudinin. Por otro lado las críticas del PC acerca de las influencias extranjeras que condicionan la política de Putin y del apoyo de éste a los oligarcas, fueron contrarrestadas con creces por la propaganda estatal oficial; a la campaña de Putin le bastó con airear las aproximadamente trece cuentas que Grudinin posee en bancos suizos.
En las elecciones de 2012, la oposición neoliberal prooccidental con Mikhail Prokorov al frente, ganó casi seis millones de votos, el 8%. Este año fueron aplastados. Los dos candidatos neoliberales, el veterano Grigorii Yavlinskii y Kseniya Sobchak, que se dice que es la hija de Putin, consiguieron sólo el 2.7% entre los dos.
Sobchak, en particular, fue vista por muchos como un candidato títere, aprobado por el Kremlin para cortar la llamada de Alexei Navalnii a boicotear las elecciones. Pero su estilo de vida extravagante y arrogante, junto con declaraciones provocadoras como "Crimea es ucraniana", lo han separado del electorado tradicionalmente más liberal de Moscú y San Petersburgo. Muchos de los votos que ella ganó fueron emitidos por rusos que viven en el extranjero.
Fraude y electorado
Los oposicionistas y los comentaristas occidentales se han apresurado a tachar la victoria de Putin de fraude electoral. Es innegable que hubo fraude electoral; hay varios videos de funcionarios que rellenan urnas. En muchas áreas, los observadores electorales recibieron sobornos, amenazas, intimidación o simplemente no se les permitió observar la votación. Los activistas de la oposición en Chechenia reportaron una participación del 30-40%, mientras que las cifras oficiales informan del 90-100%. ¡Aunque esta vez evitaron el error al informar de desviaciones de más del 100%!
Pero lo cierto es que éste no estuvo al mismo nivel que en las anteriores elecciones, y no fue particularmente necesario ya que a las elecciones no concurrían candidatos en igualdad de condiciones; las elecciones tenían mucho más el carácter de un plebiscito, en el que simplemente se pedía a los votantes que aprobaran al único candidato viable ofrecido, respaldado por una ola de propaganda patriótica.
El resultado más importante para el Kremlin fue, por lo tanto, la participación. Un número alto de votos para Putin sólo sería creíble si una gran mayoría de la población participaba, por lo que toda la estrategia tenía como objetivo 'alentar' a la gente a votar. Incluso el gran concierto celebrado en Moscú antes de las elecciones fue calculado al milímetro. Se les dijo a los estudiantes que asistieran y en redes sociales se ofrecía dinero a las personas para asegurar que el estadio estuviera lleno.
El día de la votación en sí, la asociación de empresarios organizó colegios electorales en las grandes fábricas, se les ofreció a los estudiantes pases de exámenes o el derecho a perder clases. Los que votaban por primera vez recibían entradas gratis para conciertos pop si iban a votar.
Consecuencias y protestas
Si bien hubiera sido difícil para cualquier candidato de la oposición obtener un buen resultado en estas condiciones, las incompetentes y poco inspiradoras campañas de la oposición tienen parte de responsabilidad. El “comunista” Pavel Grudinin incluso declaró que la elección había sido justa; Grudinin había hecho una apuesta con un periodista de que obtendría más del 15% y se vio obligado a afeitarse el bigote.
Pero el resultado también demuestra el fracaso del llamamiento de Alexei Navalnii para boicotear las elecciones. Se basó exclusivamente en los llamamientos a los jóvenes para que saliesen y se manifestasen, a menudo con un considerable riesgo personal para ellos, sin ofrecer un programa coherente o una estrategia viable para desarrollar la lucha contra la corrupción y el autoritarismo.
En este momento, una parte significativa de la oposición, principalmente liberal, está desesperada. Algunos hablan de que no hay esperanza, excepto emigrar. Pero ignoran el hecho de que si bien no pudieron obtener el apoyo de la población en general, esto no significa que toda la oposición haya terminado. De hecho, los problemas que enfrentan los trabajadores siguen aumentando. En la última semana, estallaron nuevas protestas significativas.
En la ciudad de Volokolamsk, no muy lejos de Moscú, tras el envenenamiento de niños por el escape de gas de un basurero, las protestas masivas se enfrentaron a la ocupación policial de la ciudad y obligaron al alcalde local a dejar su cargo. Esta crisis, causada por el cierre de vertederos de basura y la incapacidad de las autoridades de Moscú para hacer frente a las necesidades de una población en rápido crecimiento, se está extendiendo.
Los residentes de Pervomaiskii, otra ciudad cerca de Moscú, ahora están a la espera de los ataques de la policía antidisturbios tras el bloqueo durante 4 días de la vía principal de la ciudad.
A nivel nacional, los periodistas de programas de noticias han lanzado un boicot contra la Duma Estatal. La razón es que el Jefe del Comité de Asuntos Internacionales, Leonid Slutskii, ha sido acusado de acoso sexual contra mujeres periodistas. Y a pesar de que el comité de ética lo cesó, sigue el boicot.
Navalnii y protesta
Los llamamientos de Alexei Navalnii a las protestas contra la corrupción durante el año pasado han servido para rejuvenecer las manifestaciones contra los muchos problemas que enfrentan los jóvenes rusos. Pero su estrategia se centró en su propia participación personal en las elecciones sin abordar, de manera sistemática, ninguno de los problemas reales que preocupan a las decenas de miles de jóvenes activistas que han participado en protestas ilegales durante el año pasado. Él los ha dejado sin dirección.
Muchos de los problemas que surgirán vendrán de la mano de la celebración de la Copa del Mundo en Rusia a principios del verano. Los estudiantes están siendo expulsados de sus albergues para alojar a los policías y a los policías antidisturbios que están siendo reclutados en las ciudades donde se celebrará la competición. En Moscú, en la principal universidad del país, los estudiantes protestan porque una gran parte del terreno de la universidad se está cediendo para crear una "zona de aficionados” durante el tiempo que dure la Copa del Mundo.
Pero Navalnii no es capaz, al menos sin un cambio radical en su política, de ser algo más que un testaferro populista. Las protestas juveniles del año pasado fueron esporádicas, coincidiendo con los períodos en que Navalnii estuvo arrestado. No hizo ningún intento por establecer ningún tipo de estructura viable y democrática, basada en comités de acción, que pudiera organizar y liderar el movimiento en su ausencia. Sus políticas, basadas en el apoyo al "capitalismo honesto", no han podido ofrecer respuestas reales, ni a los problemas de los salarios, ni al coste y la calidad de la educación y de la vivienda, ni a los problemas de la democracia y los derechos sociales.
Sólo una organización viable y viva basada en la clase trabajadora, particularmente en su juventud, y armada con políticas socialistas puede ofrecer una solución genuina.
En nuestra organización “Alternativa Socialista” no nos hemos desanimado tras estas elecciones. Por el contrario, seguimos decididos a continuar nuestro trabajo de campaña. Estamos luchando por un salario mínimo de 300 rublos por hora, contra el acoso de las mujeres y los ataques a la comunidad LGBT. Creemos que entre los trabajadores y jóvenes insatisfechos, se puede construir una organización socialista combativa y democrática capaz de luchar por una alternativa al autoritarismo capitalista que actualmente domina en Rusia.
Indignación en Kemerovo
Al acabar de elaborar este artículo se produjo un terrible acontecimiento. El horrible incendio en el centro comercial de Kemerovo, en el que murieron más de 60 personas, incluidos muchos niños. Esta tragedia ha creado una gran ira contra la arrogancia de las autoridades. Al poco tiempo miles de residentes, incluidos muchos que habían perdido a familiares e hijos, se reunieron durante horas en el centro de la ciudad para protestar.
Los políticos regionales se quejaron de que la multitud estaba compuesta por "jóvenes que habían sido alentados en un acto planificado para desacreditar a las autoridades". Después de que la multitud comenzó a pedir su dimisión, un burócrata de la ciudad habló preguntando: "¿Por qué el pánico...? No entiendo por qué estáis tan enojados. Muchos niños mueren todos los días. Muchos niños mueren, por ejemplo, de SIDA".
La televisión nacional, después de intentar ignorar el incendio, se llenó de comentarios sobre cómo se había planeado, con la intención de apuñalar a Putin por la espalda. Putin, que visitó la ciudad, pero evitó reunirse con la multitud, hizo sus comentarios habituales sobre negligencia criminal y castigar a los culpables. Su gobernador aseguró a la multitud que todas las víctimas recibirían una compensación de un millón de rublos (alrededor de 25000 euros). Incluso esto fue recibido con gritos de enojo: "Nuestros hijos no tienen precio".
Hace una semana, en Kemerovo, según las estadísticas oficiales, el 85% votó por Putin, aunque esta es una de las diez áreas en las que el fraude electoral era tan flagrante que incluso la Comisión Electoral Central ha lanzado una investigación. Putin en su discurso de victoria electoral dijo que toda la nación rusa estaba en "su equipo". Ahora los residentes enojados de Kemerovo gritan "Putin, estamos en tu equipo, ¿dónde estás tú? Estás loco cuando estamos de luto".