¡Abajo el Gobierno Sarkozy! ¡Retirada de la reforma de las pensiones y el plan de ajuste!
Desde hace semanas los trabajadores franceses se han convertido en un punto de referencia para el conjunto de la clase obrera europea. En todos los países europeos la burguesía y sus respectivos gobiernos, ya sean de derechas o socialdemócratas, están aplicando la misma política, recortes, contrarreformas, ataques sociales, etc., Si antes del verano fue la clase obrera griega la que estuvo en primera línea de resistencia a estos ataques, ahora su lugar lo han ocupado de una manera decidida los trabajadores franceses. Los acontecimientos en Francia son otra expresión más de la nueva etapa de la lucha de clases, de la entrada en escena del movimiento obrero y su respuesta a los ataques de los capitalistas. También demuestran la inmensa fuerza de la clase obrera y es una contestación contundente a todos aquellos que pensaban que la lucha de clases en Europa era una reliquia del pasado.
El gobierno Sarkozy anunció en el mes de junio su proyecto de reforma de las pensiones. Según la legislación actual la edad mínima de jubilación es de 60 años, después de 41 años de cotización a la seguridad social, y la edad de jubilación con todos los derechos es de 65 años. Con la nueva ley, la edad de jubilación sería de 62 y 67 años respectivamente, y serían necesarios 42 años de cotización. La respuesta de los sindicatos a este ataque fue la convocatoria de una jornada de movilización general de 24 horas el 24 de junio, y aunque no querían utilizar el término huelga general, en la práctica se convirtió en algo muy parecido. Su intención inicial era hacer una demostración de fuerza que obligara al gobierno Sarkozy a negociar. Pero la actitud de los trabajadores ha sobrepasado sus expectativas demostrando toda la furia acumulada tras años de ataques y deterioro de las condiciones de vida. Este profundo descontento que ya se pudo ver en 2006 en la lucha contra el llamado Contrato del Primer Empleo (CPE), un contrato en prácticas, que permitía despedir a los jóvenes sin aviso ni indemnización en los primeros dos años. Entonces, la lucha conjunta de jóvenes y trabajadores, la amenaza de la huelga general, obligó al gobierno de derechas a retirar su plan.
Cada movilización más grande que la anterior
El 30 de julio la revista Foreign Policy publicaba un artículo titulado: Les jeux soint faits (La suerte está echada), en el que se describía el ambiente que existía en Francia: "Francia es susceptible de que veamos una convergencia que lleve a una crisis sin precedentes: la continuación de períodos de coyuntura económica difíciles, incluso el comienzo de una recesión de doble caída, la desmoralización persistente de las elites políticas, además de una pérdida de vidas militares en la guerra de Afganistán. Por no hablar de la posible reacción de la opinión pública, fácilmente irritable. Las calles de Francia pronto podrían albergar a activistas sindicales, campesinos rebeldes, empleados públicos hostiles a la supresión de funcionarios y de jóvenes que podrían de nuevo provocar los disturbios que vimos en los suburbios hace unos años".
La primera huelga general fue convocada el 24 de junio. Ese día salieron a las calles 1,5 millones de personas, pero Sarkozy se mostró inflexible y se negó a negociar con los dirigentes sindicales. El gobierno creía que el verano enfriaría los ánimos. Pero no sucedió así. Todo lo contrario. Los sindicatos volvieron a convocar el 7 de septiembre, ese día 2 millones de trabajadores participaron en más de 200 manifestaciones organizadas en todo el país, desde entonces, cada una de las huelgas generales (23 de septiembre, 12 y 19 de octubre), cada una de las jornadas de manifestaciones (15 y 23 de septiembre, 2, 12, 16 y 19 de octubre), han conseguido congregar a un mayor número de personas. Las dos últimas convocatorias han sacado a las calles a 3,5 millones de trabajadores y jóvenes. El movimiento lejos de mostrar signos de agotamiento ha sufrido una mayor radicalización y determinación. Han sido las mayores movilizaciones en décadas, desde aquel movimiento huelguístico de 1995 que duró un mes y que consiguió echar atrás el Plan Juppé, y que pretendía también, entre otras medidas, incrementar la edad de jubilación.
12 de octubre, un punto de inflexión en la lucha
La huelga general del 12 de octubre representó un punto de inflexión no sólo por la magnitud de la huelga y de las manifestaciones, sino por la incorporación de una manera masiva y decidida de los estudiantes, sobre todo de enseñanza secundaria. La imagen de miles de jóvenes estudiantes manifestándose junto con los trabajadores invocó de una manera brusca para la clase dominante el fantasma de 1968.
Esta huelga general, a diferencia de las anteriores, sí se dejó sentir de manera significativa en el sector privado, concretamente en los polígonos y ciudades industriales que quedaron paralizadas. El paro fue masivo en el sector metalúrgico, química, refinerías, puertos, correos, también muy significativo en educación incluso la Torre Eiffel quedó cerrada al público, algo que hasta ahora no había sucedido. El gobierno dio unos datos tan bajos de participación en las manifestaciones que incluso el sindicato policial de Marsella denunció públicamente ese intento de manipulación. También en las manifestaciones de París se pudieron ver cortejos del sindicato de policías.
Desde ese día varios sectores y empresas, por iniciativa de los propios trabajadores, decidieron ampliar las huelgas, bien convocando huelgas indefinidas o huelgas "renovables", es decir, cada mañana en asamblea los trabajadores votan la continuación o no de la huelga. Así ha sucedido en las 12 refinerías francesas, en las terminales petroleras de Marsella, en muchas oficinas de correos, en los ferrocarriles nacionales, el transporte urbano y la recogida de basuras de París.
En alguna región se ha generalizado la convocatoria de huelga general "renovable", como en el departamento de las Ardenas, donde el 17 de octubre en una asamblea general interprofesional, organizada por los principales sindicatos, se votó por unanimidad una huelga indefinida en todos los sectores a partir del 18 de octubre. Esta resolución fue aprobada mayoritariamente por los trabajadores de ferrocarriles y Peugeot. Un dirigente de la CGT regional explicaba en France3 que sus militantes "estaban hartos" de que "el gobierno no preste atención a las demandas y expectativas de la población". Lo mismo sucedió en el departamento de Haute-Loire, donde además se publicó un panfleto en el que se informaba de una decisión similar, refrendada en empresas como Michelin, Recticel, EDG (gas), GDF (electricidad), sanidad privada y pública, ferrocarriles, administración pública, etc.,
La huelga y bloqueo de las refinerías está teniendo un enorme impacto y amenaza con paralizar totalmente la economía. El 20 de octubre cerca de 4.000 de las 12.500 gasolineras están sin suministros y hay regiones donde están cerradas el 80% de las estaciones de servicio. Los antidisturbios han intentado en varias ocasiones romper estos bloqueos pero no lo han conseguido. El lunes 18, los camioneros anunciaron que se sumaban a la huelga y a los bloqueos, un sector que también jugó un papel determinante en las huelgas de 1995. Es importante su decisión si tenemos en cuenta que los camioneros disfrutan de una legislación especial que les permite jubilarse a los 55 años, pero han expresado su solidaridad con el resto de trabajadores de sus empresas, como el personal administrativo, mayoritariamente mujeres, que no están sujetas a esa legislación y que se verían afectadas por la nueva ley de pensiones. También se han sumado a los bloqueos los conductores de ambulancia y de vehículos blindados.
Huelga en el puerto de Marsella
Aunque la huelga y ocupación de refinerías y depósitos de combustible ha agravado la situación, el origen de la escasez de combustible está en la huelga de estibadores y trabajadores del Puerto de Marsella, esa es la razón por la que 60 barcos (incluidos 35 buques cisterna) llevan casi cuatro semanas en el Mediterráneo sin poder descargar.
La huelga de los 224 trabajadores de la terminal Fos-Lavera del puerto de Marsella tiene una importancia estratégica, por esta terminal entra el 40% del crudo importado por Francia y abastece a la mitad de las gasolineras del país. Además tiene paralizado el comercio con el norte de África. El motivo de la huelga es el intento de privatización y deslocalización de servicios. Marsella se ha convertido en la punta de lanza del movimiento. Las manifestaciones son proporcionalmente las más numerosas del país, también están en huelga indefinida los basureros y otros sectores. Desde el departamento de Bouches du Rhone, del que forma parte Marsella, han salido más de 200 convocatorias de huelgas "renovables".
Los estudiantes entran en acción
Desde el 12 de octubre los estudiantes han entrado de una manera decisiva en la lucha. Decenas de miles han participado tanto en las manifestaciones sindicales como en otras convocadas en solitario por las organizaciones estudiantiles. Se han puesto en huelga, han participado en asambleas y bloqueado institutos. Según las organizaciones estudiantiles 1.200 de los 4.302 institutos están en huelga, 850 están bloqueados. Se han celebrado asambleas generales en 10 universidades donde se ha acordado por mayoría bloquear las facultades. La consigna más coreada por los estudiantes en las manifestaciones era: "¡Parados a los 25, explotados a los 67, no, no, no!"
La universidad de Lyon está cerrada "indefinidamente" después de ser bloqueada por los estudiantes; también está cerrada la de Toulouse Le Miral, donde el 75% de los 2.000 estudiantes que participaron en la asamblea decidió el bloqueo, igual que la de Rennes-2. Se han convocado manifestaciones de estudiantes para el jueves 21 de octubre. El peso de la participación estudiantil lo han llevado los jóvenes de enseñanza secundaria, jóvenes estudiantes de 13 a 16 años de edad. El gobierno y la prensa burguesa ha hecho campaña diciendo que estaban manipulados, pero no hicieron lo mismo hace unos meses cuando el gobierno propuso rebajar la edad penal a los 12 años de edad.
Unificar la lucha, preparar la huelga general indefinida hasta echar abajo a Sarkozy y sus reformas
Aunque el punto central es la lucha contra la "reforma" de las pensiones, según se ha ido desarrollando el movimiento éste se ha ido profundizando y radicalizando. Se ha convertido en una oportunidad de demostrar la rabia contra la crisis del capitalismo y el gobierno reaccionario de Sarkozy.
El periódico Liberatión el 18 de octubre publicaba una encuesta de la empresa CSA en la que se decía que el 71% de la población simpatizaba con el movimiento, esa cifra superaba el 80% cuando se trataba de los menores de 24 años de edad. Un 54% de la población decía que era necesario que los sindicatos convocaran ya una huelga general como en 1995. El apoyo a que la huelga adquiera el carácter de indefinida es también muy importante en todas las encuestas que se han publicado. También citaba las palabras del director de BVA, una empresa de encuestas, a la agencia AFP sobre la situación actual: "Es seguro y evidente que si se produce una lucha abierta, la opinión pública la apoyaría durante un tiempo prolongado", incluso decía que muchos que no son "hostiles a los recortes", en cambio sí "simpatizarían con la lucha social".
Sarkozy ha dicho que no está dispuesto a dar marcha atrás, las implicaciones que tendría una retirada no sólo se dejarían sentir en Francia sino en el resto de Europa. La "reforma" de las pensiones en Francia es sólo el primero de toda una serie de ataques a la clase obrera que el gobierno Sarkozy, como el resto de gobiernos europeos, tiene previstos para el próximo período. Si da marcha atrás, eso no sólo daría confianza a los trabajadores franceses, también daría confianza al resto de trabajadores europeos que sufren la misma situación.
Lamentablemente, a diferencia de las anteriores convocatorias de huelga, los dirigentes sindicales después de la huelga del 19 de octubre no han fijado una nueva fecha de movilización. Quieren esperar a que se vote en el Senado, y aunque la ley se debía votar ese mismo día, la votación se ha retrasado. La izquierda (Partido Socialista, Partido Comunista, NPA) ha presentado multitud de enmiendas que han forzado este retraso. Pero como han demostrado los acontecimientos, cuando los jóvenes y trabajadores han demostrado esta disposición de lucha, la única alternativa es continuar, extender y generalizar la movilización. Como decíamos en la Declaración de la Corriente Marxista Revolucionaria: "El papel de las direcciones sindicales es fundamental de cara a que este movimiento triunfe sobre la derecha. Los dirigentes de la CGT, CFDT y el resto de centrales sindicales, así como las direcciones del PS y el PCF deben extender la huelga general hasta convertirla en indefinida. Vinculado a ello es necesario dotarse de un programa de gobierno auténticamente socialista que saque a Francia y al conjunto de Europa de la crisis capitalista. Un programa que plantee, entre sus demandas irrenunciables, la retirada de la reforma de las pensiones y de los planes de ajuste, el subsidio indefinido para todos los parados, la nacionalización de todas las empresas en crisis bajo control obrero, y la nacionalización de la banca y el sector financiero. La conciencia de los trabajadores, que refleja en la acción el grado de radicalización que ha experimentado el movimiento, conectará con estas demandas si se plantean de una manera seria por las organizaciones de la izquierda, y se debaten en las asambleas generales de trabajadores y estudiantes.
"Los activistas más a la izquierda dentro de los sindicatos y partidos deben presentar un plan de lucha y este programa político alternativo. Para organizar la huelga general indefinida hay que formar comités de huelga en todos los sectores, con métodos democráticos, con delegados elegibles y revocables, y coordinarlos a escala local, regional y estatal. Hay que vincular estos comités a las organizaciones de estudiantes, que también deben levantar en las escuelas y facultades sus comités de huelga, y al conjunto de la población, a través de asociaciones de vecinos, etc.,"
Los acontecimientos en Francia forman parte de la oposición cada vez más decidida de la clase obrera europea a las medidas de austeridad introducidas en todo el continente, lo hemos visto en las huelgas generales en Grecia y el Estado español, la masiva manifestación en Roma este fin de semana, y lo veremos en las huelgas generales en Portugal el 24 de noviembre y en Grecia el 15 de diciembre. Pero La crisis social y política de Francia y del conjunto de Europa no se puede resolver dentro de los límites del capitalismo. Es necesario que, frente a la política antiobrera de los gobiernos que aceptan la lógica del capitalismo, que entregan millones de euros a la gran banca ya los especuladores, los sindicatos de clase y las organizaciones de masas de la izquierda defiendan un política auténticamente socialista, exijan la nacionalización de la banca y la gran industria bajo control obrero para planificar democráticamente la economía. La lucha contra el capitalismo en Francia es parte de una lucha más amplia, por una Federación Socialista de Europa como paso hacia la transformación socialista de la sociedad en todo el mundo.
ÚLTIMA HORA: Los sindicatos acaban de anunciar la convocatoria de otra huelga general el próximo 28 de octubre y otra nueva jornada de manifestaciones el 6 de noviembre.