El 26 de marzo más de medio millón de personas se manifestaron en Londres contra las medidas de austeridad del gobierno liberal-conservador en la que ha sido la protesta más grande desde la manifestación de la guerra de Iraq en 2003.
La manifestación fue convocada por la Confederación de Sindicatos Británicos (TUC) y la burocracia sindical había limitado la convocatoria al sector público, uno de los sectores más atacados por el gobierno de Cameron. Pero el resultado de la movilización superó todas las expectativas. Además de trabajadores del sector público, se pudo ver a muchos del sector privado y multitud de jóvenes. Entre ellos muchos de los estudiantes que participaron en las pasadas movilizaciones estudiantiles contra el aumento de las tasas universitarias. El apoyo a la movilización entre la población es mayoritario. Según una encuesta encargada por el TUC, el 52% de la población apoya los objetivos de manifestación y sólo un 31% se opone.
El gobierno Cameron el pasado mes de octubre anunció el mayor recorte del gasto público en ochenta años: 81.000 millones de libras en un período de cuatro años. El 25 de marzo el gobierno presentó el nuevo presupuesto que significará una nueva caída de los niveles de vida. La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR) prevé que la economía seguirá contrayéndose y ha reducido la perspectiva de crecimiento para este año del 2,1 al 1,7%. El nuevo presupuesto incluye una reducción de los impuestos empresariales, según el ministro de economía con esta medida las empresas podrán ahorrar 4.200 millones de libras en cinco años. Esta medida ha sido recibida de manera entusiasta por las grandes empresas.
Otra de las medidas es que las pensiones y otro tipo de contribuciones a cargo del Estado en lugar de estar vinculadas como hasta ahora al Índice de Precios al Detalle (RPI) lo estará al IPC. Normalmente el RPI es más alto que las otras dos medidas que existen de la inflación, porque incluye los gastos hipotecarios. En la actualidad el IPC está en el 4,4% y el RPI en el 5,5%. Eso significa una reducción del nivel de vida de los jubilados y de aquellas personas que cobran pensiones del Estado.
Desde octubre el gobierno Cameron ha anunciado y aplicado un recorte social tras otro, pero el TUC en lugar de convocar inmediatamente una movilización para intentar frenar todas estas medidas de austeridad convocó una movilización para el 26 de marzo, ¡casi seis meses después! Una de las consignas más coreadas en la manifestación era “huelga general”, hasta ahora los sindicatos sólo han convocado luchas parciales en distintos sectores pero sin hacer un intento serio de unificar el movimiento. El resultado de esta manifestación y las históricas movilizaciones estudiantiles del pasado mes de diciembre demuestran que existe potencial de lucha y disposición para combatir la política antisocial del gobierno.