El pasado 29 de septiembre se celebraron en Portugal las elecciones municipales, en las que se eligen los representantes de freguesia (equivalente a barriadas españolas) y de los Ayuntamientos, que se enclavan en cada distrito (los distritos podrían compararse a las provincias españolas). Las elecciones se han caracterizado por un giro a la izquierda, con una amplia mayoría para el PS (Partido Socialista), pero además (algo menos comentado en los medios), por la radicalización del electorado de izquierda, que ha dado un importante apoyo al PCP (Partido Comunista Portugués) y ha arrebatado algunas mayorías importantes al PS. Giro que se observa tanto en las elecciones como en la participación masiva en las movilizaciones del 18 de octubre, en respuesta los nuevos planes de recortes por parte del gobierno de derechas de Coelho, PSD.
La otra gran protagonista de estas elecciones ha sido la abstención, que ronda la mitad del electorado, y en algunas regiones lo supera bastante; además el voto nulo y el blanco, se han duplicado y hasta triplicado, según cada caso. Por otro lado el BE (Bloco de Esquerda), a la izquierda del PS pero con muchas menos raíces en la clase obrera que el PCP, ha visto reducido su apoyo también, mientras que el Grupo Cidadãos (la suma de las listas independientes) ha aumentado, fruto del descrédito que están sufriendo muchos de los partidos tradicionales.
Otro hecho muy explotado mediáticamente ha sido la victoria en Oporto de la candidatura de Rui Moreira, sobre la cual también hablaremos un poco más adelante.
Caída del PSD, reflujo del PS, auge del PCP
De los resultados electorales podemos extraer varias cosas. De una parte se refleja el alto desgaste que está sufriendo el PSD (Partido Social Demócrata, el principal de la derecha), el cual llegó al gobierno en gran parte debido a la pérdida de credibilidad que sufrió el PS aplicando la política de recortes y traicionando así a su electorado. A pesar de eso, el PS ha sido la fuerza más votada, tal vez porque el PSD ha superado con creces su política de recortes. No obstante, ha descendido con respecto a las anteriores elecciones municipales de 2009.
Mientras, el PCP ha recogido parte de este descontento, ganando votos en prácticamente la totalidad de las circunscripciones (a nivel general ha aumentado en 13.000 votos) y arrebatando la mayoría al PS en el distrito de Évora (arrebata o fortalece la mayoría en casi la totalidad de sus concelhos), y en otros municipios puntuales, lo que refuerza la tónica general de giro a la izquierda y radicalización de parte de la misma en la mayor parte del país.
Lisboa
La capital es con diferencia, la ciudad más grande de Portugal, y cuenta con un importante cinturón industrial, el cual concentra los votos de la izquierda a diferencia de las zonas urbanas más céntricas donde la derecha tiene un importante peso. Lisboa es un bastión histórico del PS, que si bien mantiene la mayoría ha descendido con respecto a 2009, este descenso ha sido recogido prácticamente en su totalidad por el PCP, que ahora es la segunda fuerza. De la misma forma, la derecha ha perdido una media de 13 puntos en los concelhos (incluidos sus bastiones), quedando relegada a la tercera fuerza con la mitad de apoyo que el PCP. Concretamente, la izquierda ha sumado un 58.4% de los votos frente a un 22.2% de la derecha, un auténtico varapalo. Siguiendo la tónica general, la participación ha descendido nueve puntos, y nulos y blancos son más del doble que en 2009.
Setúbal
Setúbal se sitúa a sólo 30 kilómetros al sur de Lisboa, se trata de un enclave industrial y comercial que concentra una población fundamentalmente obrera. Es el bastión histórico del PCP, y no en vano en el distrito de Setúbal se encuadra el concelho de la mítica Grândola. El PCP ha obtenido en Setúbal un 41,49%, siendo la segunda y tercera fuerzas el PS (26,07% ) y el PSD (8,43%). Sin embargo, Setúbal ha tenido el índice más bajo de participación, con sólo un 41,67% y casi ha triplicado el porcentaje de votos nulos y en blanco con respecto a 2009, rondando ahora el 9%. Por otra parte Setúbal es uno de los pocos (sino el único) distritos en los que el PCP no ha aumentado votos, de hecho pierde 21.500, éste es un hecho que el PCP debería valorar.
La sorpresa ‘independiente’ de Rui Moreria
Los medios se han afanado en presentar la victoria de Rui Moreira como la gran derrota de la izquierda en Oporto,[2] aunque lo cierto es que en el conjunto del distrito de Oporto la izquierda fue la que más apoyo recibió.
Rui Moreira es un pez gordo de la cúpula empresarial portuense, sus intereses empresariales están centrados en los transportes (sobre todo marítimo, no en vano Oporto es “el puerto”) y en el sector inmobiliario. Ha sido desde 2001 el presidente de la Asociación Comercial de Oporto, y también es miembro del Consejo Consultivo de la Facultad de Economía de la Universidad Católica, además se dio a conocer masivamente en un programa de televisión futbolístico, en el que representaba al Porto FC. El movimiento de Rui Moreira se ha fundamentado en explotar el sentimiento portuense, en alimentar demagógicamente el localismo. Se apoya en hechos como que, por ejemplo, Oporto fue relegada en la inversión para el desarrollo del metro frente a Lisboa, y de hecho, las líneas son un tanto escasas y mal planificadas.
Moreira ha aprovechado esta situación para presentar su candidatura independiente como la única que podía defender los intereses de Oporto, sus eslóganes eran O nosso partido é o Porto y As contas á moda do Porto (nuestro partido es Oporto y presupuestos al estilo de Oporto) son un buen ejemplo de esta estrategia, que en gran parte quería echar tierra a los ojos de la gente para tratar de ocultar el carácter derechista de su candidatura. Por otra parte Rui Moreira contaba con el apoyo del CDS (Centro Democrático Social, neoliberal, democristiano y el más a la derecha), que cuenta con cierto apoyo en el norte del país, y que le daba la capacidad de recoger votos del electorado de derecha descontento con el actual gobierno del PSD.
La mayoría es para la abstención
En cualquier caso, un hecho muy significativo y que salta a la vista ha sido la tremenda abstención registrada, de un 47’7% (más un 6’7% entre nulos y blancos). Unas elecciones en las que prácticamente la mitad del electorado no vota, demuestran un enorme descrédito del sistema vigente y del panorama político actual. Un descontento que puede y debe ser canalizado por la izquierda, una izquierda que ha de estar a la altura de las circunstancias para lanzar propuestas decididas en pro de los trabajadores portugueses, que no ha de titubear en poner nombres y apellidos a los culpables de las penurias del pueblo, que no tenga miedo en decir que el capitalismo debe ser superado y derrocado, en definitiva, a defender una revolución socialista.