Concentración el sábado 21 de junio a las 12h en Plaza de España (Torrejón)
Cuando creíamos que ya lo habíamos visto todo, la violencia policial y racista vuelve a estremecernos.
El martes 17 de junio, un policía municipal, borracho y fuera de servicio, asesinó a un inmigrante de origen magrebí. Mientras varios vecinos recriminaban al policía por la extrema violencia con la que reducía a la víctima indefensa, este fascista con placa le asfixiaba hasta a la muerte.
Los medios de comunicación no han tardado en utilizar los términos “ladrón”, “delincuente habitual” o incluso hablar del asesinato de Abderrahim como una muerte al margen de la intervención policial. Es decir: un agente, con el compadreo de otro que le acompañaba, redujo y ahogó durante quince minutos a la víctima, y la prensa lo justifica para atizar la xenofobia más repugnante. Una estrategia clara de los medios del sistema para tratar de normalizar la violencia xenófoba, demonizar al inmigrante y golpearnos con su clasismo. La cobertura de la noticia hubiera sido radicalmente opuesta si la víctima hubiera sido un chico blanco y rico.
El policía fue detenido pocas horas después. Es evidente que fue puesto a disposición judicial porque el vídeo del asesinato ha circulado por las redes sociales y ha despertado la indignación popular. Pero el segundo escándalo no ha tardado en llegar: la jueza le ha dejado en libertad y le acusa de homicidio imprudente.
Para quien necesitara una prueba más, de las tantas que existen, pues aquí lo tenemos. La connivencia de la extrema derecha, la policía llena de fascistas que se creen impunes para apalizar, amordazar e incluso matar, y la judicatura. Sí, seguramente los dos policías implicados y la magistrada militen en el mismo partido. Al final y al cabo son los escuadristas del PP y Vox, y quienes aplican a golpe de porra su programa reaccionario.
Pensémoslo bien. Dos municipales que acaban con la vida de una persona y que dan positivo en la prueba de alcoholemia que les realizan, están en libertad. La amenaza no es la inmigración, la amenaza son ellos, que no buscan defender la legalidad ni hacer justicia. Solo quieren militarizar nuestros barrios, criminalizar y hostigar a la población migrante, a los activistas de la izquierda y a los sindicalistas combativos.
Frente a la impunidad de los cuerpos policiales, organización y lucha en la calle
Las fuerzas policiales y el aparato del Estado están llenas de elementos fascistas y racistas que se jactan públicamente de serlo. Los acuerdos entre el SUP con la banda de neonazis Desokupa para la formación de los agentes o la permisividad de la policía con los desfiles fascistas, actuando como su servicio de orden para garantizar que pueden esparcir su violencia e ideario totalitario, son pruebas claras de ello.
Lo vemos todos los días en Lavapiés, con redadas racistas totalmente arbitrarias que en tantas ocasiones terminan con palizas físicas. A principios del mes de junio, un joven africano, tras yacer en el suelo inconsciente durante minutos, fue llevado a comisaría detenido en ambulancia. Minutos antes, tres agentes le retuvieron y, mientras uno de ellos ponía todo su peso sobre su espalda, otro le confiscaba el teléfono, obligándole a poner las claves para borrar los posibles vídeos y fotos y así eliminar el rastro de sus actuaciones. Pasa en Madrid y pasa en todo el Estado. Cómo olvidar la paliza a Layli Colorado, una mujer de Guinea, delante de su hijo de tres años en València hace un par de semanas.
El mismo comportamiento salvaje que vemos cotidianamente en EEUU, y que tras el asesinato de George Floyd, provocó un levantamiento social contra las políticas racistas de Trump.
Todo esto no cae de un cielo azul. Esto es lo que pasa cuando se pone una alfombra roja al avance de la extrema derecha.
El Gobierno del PSOE-Sumar y su ministro Grande-Marlaska son responsables. Siguen sin derogar la ley Mordaza y la ley de Extranjería, miles de migrantes viven en auténticas cárceles como son los CIE, se aplica una política institucional racista de la UE, una legislación represiva que tiene en la islamofobia un ariete fundamental. Y mientras, siguen diciéndonos que es imposible depurar de fascistas los cuerpos policiales, la judicatura y el aparato del Estado. Pues así nos va.
Exigimos juicio y castigo ejemplar a los asesinos. Pero sabemos que este sistema no se basa en la democracia, y que todo dependerá de nuestra capacidad de movilización para que se haga justicia.
Llamamos a toda la clase obrera y la juventud a redoblar la lucha contra el racismo institucional y la brutalidad policial. El avance del fascismo es una grave amenaza para todos y todas los oprimidos del Estado español y del mundo.
Por eso no podemos tener ninguna confianza en las instituciones capitalistas que ponen una alfombra roja a la extrema derecha. Es la hora de la lucha organizada y consciente.
Desde el Sindicato de Estudiantes e Izquierda Revolucionaria os animamos a todas y todos a participar en la concentración del próximo sábado 21 de junio a las 12h en la Plaza de España de Torrejón de Ardoz.
¡No son muertes, son asesinatos!
¡Nativa o extranjera la misma clase obrera!
¡Siempre antifascistas!