En la edición gallega de El País del viernes 27 de abril podemos leer la noticia de que Manuel Fraga, en el 2000, garantizó por escrito a la empresa Reganosa, además de subvenciones, la rentabilidad de la planta de gas que ha montado en la ría de Ferrol. Es decir, que la Xunta de Galicia, con recursos públicos, o sea, de todos, garantizaría los beneficios de dicha empresa "si se redujese sustancialmente la rentabilidad estándar del proyecto", garantizaría que Reganosa haga un buen negocio sí o sí. Así entiende la derecha, los mismos que claman todos los días contra la intervención pública en la economía, el "libre" mercado: privatizar los beneficios y socializar las pérdidas.
También en El País del 12 de mayo podemos leer la noticia de que Delphi reconoció haber manipulado su contabilidad. Fue en junio del año pasado, cuando, para conseguir la prórroga de unas subvenciones de la Junta de Andalucía, Delphi tenía que acreditar unos recursos propios de cerca de 50 millones de euros. En su escrito a la Junta, Delphi viene a decir que no se le haga caso a sus balances contables porque están falsificados. Por ejemplo, Delphi reconoce que sus terrenos, cuyo valor había cifrado en 1'2 millones de euros, en realidad valen... ¡25 millones! Toda una muestra de "contabilidad creativa", esa contabilidad con que las empresas justifican legalmente cierres de plantas y miles de despidos.
Y esto no es más que una pequeñísima parte de lo que está sucediendo. Sólo muy de vez en cuando se filtran este tipo de noticias, de las que podemos concluir que vivimos bajo un sistema tremendamente injusto, en el que la legislación está hecha a la medida de los poderosos. De tal forma que ser delincuente es función de si eres trabajador o empresario, y no del daño que le hayas causado a la sociedad. Sólo desde esta óptica se puede entender que los responsables del cierre de Delphi o de tantas otras empresas, que Manuel Fraga, que tanto constructor de éxito, etc., no se encuentren en prisión. Y es que como dijo el famoso legislador ateniense Solón: "Las leyes son como las telarañas; atrapan a los débiles, pero los poderosos las atraviesan".