CLECE y el rector contra las trabajadoras y los estudiantes
Hace semanas que en la Universidad Pablo de Olavide en Sevilla vivimos una situación extraña. Estudiantes y trabajadoras en huelga ensucian con papeles todo el campus, la policía entra cada semana para echar a unas y presionar a otros, la empresa de seguridad privada, VINSA, vigila en todo momento a huelguistas y a cualquier estudiante sospechoso de apoyarlas, los estudiantes celebran asambleas sobre el tema en la plaza, ya que se les niegan aulas para reunirse, etc.
El 19 de marzo la mitad de la plantilla de limpiadoras de CLECE-UPO se puso en huelga. Se vieron obligadas a ello por las condiciones en las que estaban trabajando y por la imposibilidad de lograr ninguna mejora a través de la negociación.
CLECE, la subcontrata de limpieza de la Olavide, nos tiene ya muy acostumbrados a las peores condiciones de trabajo, a llevar al extremo la lógica empresarial de lograr el máximo beneficio sin importar cuanta miseria conlleve esto a los trabajadores y sus familias. Y en la Olavide no se hacía una excepción; sueldos de 600 euros, fraudes de todo tipo para recortar aún más este salario, una plantilla de 50 a la que se le pedía que hiciera el trabajo para el que se suponía debía haber contratadas 80, impago de pluses como nocturnidad, desplazamientos, etc., y la gota que colmó el vaso, cuando tres limpiadoras, tras consultar a abogados, pidieron explicaciones por el dinero que le faltaba a sus salarios, fueron despedidas al día siguiente. En esta situación las limpiadoras se ponen en huelga, abandonadas por su representante de CCOO pero apoyadas y asesoradas por el sindicato CNT.
CLECE ha encontrado un poderoso aliado en el rector de la universidad, Agustín Madrid Parra, que desde el primer día ha hecho lo que estaba en su mano para fortalecer la posición de la empresa y boicotear la huelga de las trabajadoras. Permite a CLECE incumplir con el derecho a huelga, poniendo a jardineros a limpiar, descuidando cuartos de baño para limpiar el patio central y evitar imagen de huelga, etc. Eso no es todo, ha puesto a la seguridad a vigilar y a amedrentar a las limpiadoras, y cuando éstas respondieron al boicot a su derecho a huelga ensuciando con papeles, el rector ha reaccionado de una manera escalofriante; cuatro entradas ha hecho ya la policía en la universidad, en una de ellas llevándose a las limpiadoras fuera de la Olavide por tirar papeles, y en la última para identificar a todos los estudiantes que estaban participando en una asamblea en la que las trabajadoras explicaban su situación y los estudiantes les expresaban su apoyo.
Los estudiantes actúan
Con lo que no contaban ni el rector ni CLECE es con que las limpiadoras iban a contar con un aliado aún más poderoso; los estudiantes. Desde que el Sindicato de Estudiantes repartió el primer panfleto, explicando la situación y motivos de las huelguistas, lo que el rectorado estaba haciendo, y la posición que creemos que los estudiantes deben mantener, empezó a cundir el nerviosismo en el rectorado. Hasta entonces el apoyo de los estudiantes había sido muy reducido, ahora las trabajadoras cuentan con el apoyo de otros colectivos y muchos estudiantes se han solidarizado y han participado en asambleas de apoyo a las limpiadoras y protesta contra el rectorado. El rectorado nos ha enviado a la policía, la seguridad privada nos vigila y quita nuestros carteles, se nos niega cualquier espacio para reunirnos, pero esto no evita que su vergonzosa actuación esté siendo sacada a la luz.
CLECE y el rector se encuentran en la duda de siempre; si ceden, habrán perdido y dado fuerza a las trabajadoras y estudiantes para la siguiente lucha. Pero tal como están las cosas, si no ceden, perderán igualmente y más dura será su derrota. La primera victoria se ha tenido ya: por primera vez en todo este tiempo, CLECE, presionada por el rector, se ha sentado a negociar y ha empezado a hacer concesiones. Este es el camino.