Dos días de vibrante debate, de fraternidad revolucionaria, de reafirmarnos en la defensa de la enseñanza pública y en la lucha contra este sistema criminal y en la resistencia antifascista. Los días 12 y 13 de noviembre más de 160 jóvenes celebramos en Madrid el XX Congreso estatal del Sindicato de Estudiantes preparando nuestras fuerzas para las grandes batallas del futuro.

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Estudiantes  de Vigo, Pontevedra, Santiago, Ferrol, Bilbo, Gasteiz, Gijón, Oviedo, Barcelona, València, Castelló, Guadalajara, Madrid, Sevilla, Málaga, Cádiz, Córdoba… invitados internacionales de Portugal, Alemania y México, del movimiento obrero y los movimientos sociales, protagonizamos tres grandes discusiones en la que tomaron la palabra más de 60 compañeras y compañeros, para seguir construyendo la organización de la juventud revolucionaria.

En un momento político trascendental -crisis económica y social, una inflación desbocada, la extrema derecha avanzando, una devastación climática sin precedentes, guerras imperialistas golpeando el mundo…- es fundamental situarnos para encarar los desafíos que tenemos por delante y el papel protagonista que la juventud tiene que ocupar en la lucha de clases.

Basta de atacar la enseñanza pública. ¡Basta de privatizaciones!

Comenzamos nuestro Congreso con la presentación del primer bloque de debate a cargo de la compañera Coral Latorre, Secretaria General del Sindicato de Estudiantes: En defensa de la educación pública y nuestra salud mental.

En este panel hicimos un repaso en detalle de las nefastas políticas educativas que el Gobierno de coalición está llevando a cabo. La pandemia desnudó las carencias materiales, económicas y humanas que sufre la educación pública en el Estado español, tras años de recortes salvajes a manos de la derecha que no se han revertido. Al contrario, el continuismo y el desprecio por las necesidades educativas de millones de estudiantes de familias trabajadoras ha sido la tónica general. Pero no sólo tuvimos que soportar un desprecio mayúsculo durante el confinamiento y los meses posteriores. La aprobación de leyes educativas como la LOMLOE, la Ley Castells o la reforma de la Formación Profesional, demuestran que este Gobierno prefiere seguir el guión que les dicta la CEOE, la patronal de la privada y la jerarquía de la Iglesia Católica, antes que poner en marcha el plan de rescate urgente que nuestra enseñanza necesita. ¡Esto no tiene nada que ver con políticas de izquierdas!

Denunciamos que la agenda educativa estatal está permitiendo que la derecha se envalentone y pise a fondo el acelerador de sus medidas reaccionarias en aquellas Comunidades donde gobierna. Compañeros y compañeras tomaron la palabra para explicar la situación de la escuela pública en Galiza tras años de Gobierno de Feijóo, en Euskal Herria donde ahora el PNV pretende aprobar una ley educativa que destinará un 40% del presupuesto educativo para la privada-concertada, o en la Comunidad de Madrid, donde Díaz Ayuso ha trazado un plan de guerra contra la pública. También hubo intervenciones para explicar el papel de control ideológico que sigue ejerciendo la Iglesia Católica en nuestras aulas, la importancia de luchar por una Universidad pública, gratuita y de calidad, sin selectividad ni notas de corte, y defender con uñas y dientes el derecho de los estudiantes catalanes, vascos, gallegos, valencianos y baleares de estudiar en sus lenguas.

Otro de los puntos al que más atención dedicamos fue a la epidemia de transtornos mentales que sufre la juventud, que es una consecuencia directa de la descomposición del sistema capitalista. Las depresiones, ansiedad, el incremento de los intentos de suicidios… está totalmente relacionado con una tasa de paro juvenil del 38%, con un 75% de los jóvenes asalariados por debajo del SMI, con un 32% de la población de entre 20 y 29 años en riesgo de pobreza, con la imposibilidad de poder emanciparnos del hogar familiar, con el fracaso escolar y la destrucción de nuestros barrios…

La huelga general estudiantil que impulsamos el 27 de Octubre, donde celebramos más de 30 manifestaciones a lo largo y ancho del Estado, fue tan importante porque pusimos el foco en la necesidad de luchar colectivamente contra esta lacra social. Explicamos que por supuesto que queremos más psicólogos y psiquiatras en la sanidad pública y en cada centro de estudio, que todo el mundo tenga acceso a una terapia gratuita, que se nacionalice la sanidad privada y las farmacéuticas para que la salud mental deje de ser un negocio, y que haya educación emocional y sexual en el sistema educativo. Pero lo que realmente deseamos es poner fin a las condiciones inhumanas y miserables a las que nos condena el capitalismo. ¡Esa es la única forma de proteger nuestra salud mental, nuestras vidas y futuro!

El Sindicato de Estudiantes ha participado de forma enérgica en todos los frentes de la lucha de clases. Impulsamos las manifestaciones contra el encarcelamiento de Pablo Hasél, participamos en el levantamiento que hubo en los barrios obreros madrileños contra el confinamiento clasista de Ayuso, dirigimos protestas antirracistas al calor del asesinato de George Floyd en EEUU, apoyamos concentraciones en defensa de la sanidad pública, convocamos paros contra el frío en las aulas y por unas condiciones de estudio dignas, organizamos huelgas climáticas para señalar que el capitalismo mata el planeta…

Pero sin duda, hay un movimiento que merece una mención especial: la lucha por los derechos de la mujer trabajadora.

Construyendo Libres y Combativas

La marea feminista volvió a dar una lección inolvidable este pasado 8 de marzo, demostrando que este movimiento está más vivo que nunca y con un profundo sello de clase y anticapitalista. Desde que el Sindicato de Estudiantes e Izquierda Revolucionaria lanzamos nuestra plataforma feminista Libres y Combativas en 2017, nuestra actividad en este terreno ha sido frenética y una prioridad.

Anahí López, compañera del Sindicato de Estudiantes y portavoz de Libres y Combativas en Asturias, introdujo este segundo bloque de discusión haciendo un balance de los últimos cinco años de lucha. Hemos convocado cinco huelgas generales feministas contra la violencia machista, por la educación sexual inclusiva en las aulas, contra sentencias patriarcales, participado en todas las movilizaciones tanto feministas como LGTBI, y levantado campañas impresionantes y victoriosas como la de Justicia Para Paz.

En este punto, decenas de delegadas e invitadas tomaron la palabra para explicar nuestra defensa del derecho al aborto en la sanidad pública y de los derechos trans, nuestra batalla contra la esclavitud sexual y por la abolición de la prostitución, la pornografía y los vientres de alquiler. Las feministas revolucionarias que hoy nos levantamos contra la opresión bebemos del legado de Stonewall o de las mujeres comunistas, como Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo, que construyeron el 8 de marzo como un día de lucha de la mujer trabajadora. También estuvo muy presente en el debate la lucha de las mujeres en EEUU contra la prohibición del derecho al aborto o el levantamiento popular que hoy sacude Irán, con las mujeres y la juventud a la cabeza.

Sin duda, nos sentimos muy contentas de haber podido contar con la participación de la Plataforma de Pensionistas de Móstoles, las trabajadoras del SAD, y la Plataforma Trans en este Congreso. Conocer de primera mano la lucha por unas pensiones dignas, la huelga que las trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio protagonizaron en Asturias por un convenio digno, o la resistencia del colectivo trans no sólo contra la extrema derecha sino contra el feminismo tránsfobo y los intentos del PSOE de bloquear la Ley Trans, es una inspiración para todas y todos nosotros.

35 años de historia, 35 años de lucha

Uno de los momentos más emocionantes de estos días fue el acto que celebramos el sábado por la tarde en conmemoración a los 35 años de historia del Sindicato de Estudiantes, donde participaron algunos de los anteriores secretarios generales de nuestra organización, todos ellos militantes de Izquierda Revolucionaria, la organización que fundó el SE.

De la mano de Juan Ignacio Ramos, Tohil Delgado y Ana García, recordamos las luchas estudiantiles del 86-87, año en que nació el Sindicato de Estudiantes, y cómo arrancamos al Gobierno de Felipe González reivindicaciones históricas como la construcción de centenares de institutos públicos, la gratuidad de la matrícula en la enseñanza superior para las familias trabajadoras o la política de becas. Reivindicamos la bandera internacionalista que nuestra organización ha levantado siempre contra las guerras imperialistas. Revivimos la victoria contra las reválidas franquistas y el masivo movimiento que encabezamos contra la LOMCE y el plan de privatizaciones del Partido Popular. Rememoramos el papel que jugamos en la rebelión del pueblo de Catalunya por el derecho a decidir y contra la represión del Estado, y las huelgas que convocamos en defensa de la república catalana socialista.

Toda nuestra historia, nuestras victorias, triunfos e hitos, ha sido posible gracias a las ideas y a los métodos del marxismo revolucionario.

Antifascismo y revolución. ¡No pasarán! 

El tercer bloque de discusión lo dedicamos a la lucha contra la extrema derecha. Marina Mata, Secretaria de Organización del Sindicato de Estudiantes, empezó su intervención recordando a Carlos Palomino, el joven vallecano asesinado hace 15 años a manos de un neonazi y militar profesional, y denunciando que el fascista que lo asesinó ha obtenido su primer permiso para salir de prisión.

La lucha contra el carácter reaccionario, clasista y franquista del Estado y una extrema derecha cada vez más envalentonada recorrió toda la sesión desde la primera intervención hasta la última. Vox, el PP y los distintos Bolsonaros y Melonis, son una grave amenaza para el conjunto de la juventud, las mujeres, el colectivo LGTBI y la clase trabajadora. Su discurso machista, racista y propatronal, de exaltación del nacionalismo españolista o contra la memoria histórica, deben preocuparnos. Pero tenemos que ser claros: si la extrema derecha y su demagogia puede avanzar es gracias a la política de la izquierda parlamentaria y su renuncia a romper con el régimen del 78.

El PSOE y Unidas Podemos han llegado a pactos con el PP para colocar al frente del Tribunal Constitucional a dos fascistas, han felicitado a la dictadura marroquí por la matanza en Melilla y siguen aplicando la misma política migratoria racista, defienden o mantienen un silencio cómplice con la parasitaria monarquía, han enviado a los antidisturbios a reprimir la protesta social y han enarbolado la bandera de la OTAN y el imperialismo norteamericano. ¡Esto es lo que está colocando una alfombra roja a la extrema derecha!

Sabemos que no derrotaremos al fascismo desde las mismas instituciones que les protegen y amparan. Como demostramos en la Feria de Málaga, cuando un grupo de neonazis atacó nuestra caseta, sólo hay un camino para frenarles los pies: la movilización más contundente, las herramientas y los métodos de la clase obrera y un programa revolucionario para defender nuestros derechos.

Por eso nos llena de orgullo haber contado con el testimonio de Antonio Muñoz, dirigente de la huelga del metal en Cádiz, el saludo de Aitor Bordagaray de Tubacex y de Madres contra la Represión de Madrid, así como con la experiencia de trabajadores jóvenes de la logística, el telemárketing o del metal. La clase trabajadora y la juventud obrera somos los únicos capaces de barrer la escoria fascista y transformar la sociedad en base a nuestra lucha.

Cerramos este bloque, como no podía ser de otra forma, emocionándonos con las imágenes de la manifestación en defensa de la sanidad pública que recorría las calles de Madrid en ese mismo instante. Una demostración de fuerza impresionante y un duro golpe a la agenda ultraderechista de Díaz Ayuso y su política de arrasar la sanidad pública, y a la estrategia de paz social que los sindicatos, el Gobierno y la patronal intentan imponer.

La juventud precaria, los hijos e hijas de la clase obrera tenemos muy claro que el capitalismo no tiene nada que ofrecernos. La necesidad de organizarnos políticamente contra este sistema enfermo y construir una izquierda revolucionaria es más urgente que nunca.

Fue un Congreso inolvidable. Lo que vivimos es precisamente la fuerza que tenemos cuando unimos nuestra lucha a la de los trabajadores y trabajadoras. Acabar con este sistema y construir una sociedad socialista no es ninguna utopía. Es la principal tarea que tenemos por delante para garantizar un presente y futuro dignos para el conjunto de la población. ¡Y no desistiremos hasta vencer!

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