¡No es abuso, es violación! ¡Basta de justicia patriarcal!
La huelga general estudiantil del 10 de mayo convocada contra la vergonzosa sentencia de La Manada fue un éxito sin paliativos. Más de un millón de estudiantes vaciamos las aulas y más de 100.000 llenamos las calles en las más de 60 manifestaciones y concentraciones organizadas por el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas. El centro de Madrid, la Puerta de Sol y la Gran vía, fue ocupado por más de 20.000 estudiantes en un ambiente excepcionalmente combativo.
Lo mismo ocurrió en Barcelona, con más de 40.000 estudiantes abarrotando el centro de la capital catalana y la Plaça de Sant Jaume, donde no cabía un alfiler. En Euskal Herria miles de estudiantes llenaron Bilbo, Gasteiz, Donosti e Iruña, igual que en todas las provincias de Andalucía, donde decenas de miles de compañeras y compañeros se manifestaron. También en el País Valencià, Galiza, Asturias, Castilla y León, Castilla La Mancha, Baleares, Canarias, Murcia, Aragón, Extremadura…, decenas de miles de estudiantes gritamos con furia: ¡No es abuso, es violación! ¡Hermana, esta es tu manada! ¡Yo sí te creo! ¡Basta de justicia patriarcal!
Fue un día de lucha extraordinario, en el que la juventud estudiantil trasladó a nuestra compañera víctima de La Manada todo su apoyo y solidaridad, y todo nuestro repudio a la actuación de un grupo de salvajes que no se van a librar de nuestra ira por mucho que los jueces del sistema les protejan.
Desde Libres y Combativas y el Sindicato de Estudiantes queremos agradecer el apoyo de decenas de colectivos feministas que han participado con nosotras en las manifestaciones: a las Kellys, a las Espartanas de Coca-Cola en lucha, a las víctimas de la represión franquista representadas por La Comuna, a la Coordinadora Estatal por la Defensa de las Pensiones Públicas… Hemos demostrado que el movimiento feminista que defiende un programa de lucha y anticapitalista amplía su influencia. Un feminismo que no teme llamar a las cosas por su nombre, que no vacila en denunciar la justicia machista y patriarcal que ampara y protege a los violadores y a los maltratadores; que denuncia y combate las políticas reaccionarias del PP y de Ciudadanos y de todos aquellos que, aunque se quieran disfrazar de feministas, sustentan el sistema capitalista que nos oprime y nos mata.
El sistema, responsable
Sí, porque la sentencia machista del juicio a La Manada forma parte de la pesadilla que el sistema capitalista y los gobierno a su servicio nos obligan a vivir a millones de mujeres, jóvenes y trabajadores a diario.
Esta situación tiene responsables con nombres y apellidos: los ministros y ministras del PP, y los que les han sostenido contra los intereses de la mayoría de la población. Son sus políticas las que acaban con las ayudas a las víctimas de la violencia machista, las que dan por bueno que casi el 40% de las denuncias por agresiones machistas sean directamente archivadas, las que hacen de la precariedad una realidad insalvable para nosotras, las que permiten los desahucios de mujeres con hijos, las que extienden y perpetúan el machismo en todas las esferas de nuestra vida. A los que nos hablan constantemente de “democracia” y de “Estado de derecho”, les preguntamos: ¿a qué derechos se refieren cuando las mujeres ni siquiera tenemos garantizada nuestra integridad física al ir solas por la calle?
Lo ocurrido no es casualidad. Ésta y otras decisiones judiciales semejantes son el resultado del viaje al pasado del Partido Popular y sus aliados para resucitar la atmósfera represiva del franquismo, que anima a todos los elementos reaccionarios de la judicatura a golpear a los oprimidos, empezando por las mujeres. Así es la “justicia” de la derecha. Artistas, sindicalistas, tuiteros, feministas…, acosados con juicios, multas y cárcel, mientras los ladrones con carné del PP se pasean por las calles, o los banqueros que nos desahucian y los empresarios que nos explotan siguen dirigiendo la sociedad. Lo llaman democracia pero, efectivamente, no lo es.
La justicia machista y patriarcal nos tiene acostumbrado a esta forma de terrorismo judicial: los casos de Susana Guerrero o de Juana Rivas, por citar algunos ejemplos, lo demuestran. Y todo ello, además, como parte de una estrategia consciente que pretende transmitirnos un mensaje muy claro: persecución implacable contra los más débiles y los que luchan, impunidad para los machistas, los agresores y los corruptos.
El pasado 8 de Marzo hicimos historia y este 10-M lo repetimos, dejando claro que la lucha nos hace libres. Pero no podemos bajar la guardia. Desde Libres y Combativas y el Sindicato de Estudiantes llamamos a la juventud a participar masivamente en todas las movilizaciones que se organicen para denunciar la opresión que sufrimos, la violencia que nos mata y las sentencias que nos sitúan como dianas de los maltratadores. Y, por supuesto, os invitamos a uniros a nosotras en Libres y Combativas y construir un feminismo de lucha, anticapitalista y revolucionario.