Ayer, 20 de noviembre, día Internacional de la Memoria Transexual, volvimos a recorrer las calles de Madrid, desde la plaza Pedro Zerolo hasta la Puerta del Sol, para reivindicar los derechos de las personas trans ante el auge de las agresiones fascistas al colectivo LGTBI.

La violencia, acoso y agresiones que sufren las personas trans es brutal. Pero esta oleada de agresiones tiene responsables. El discurso y la política del PP y de Vox diseminando su discurso machista, homófobo y tránsfobo, y su odio contra quienes salimos a defender nuestros derechos ante su ofensiva, es lo que está detrás del envalentonamiento de los fascistas para golpearnos, acosarnos e, incluso, como en el caso de Samuel, asesinarnos brutalmente.

Pero todos los ataque que hemos recibido, lejos de volver a meternos en el armario y obligarnos a escondernos, tal como pretenden todos los Abascal, Casado o Ayuso, solo nos ha reafirmado aún más en la necesidad de salir a defendernos con uñas y dientes. Han hecho que en la conciencia de miles de personas se instaure una consigna: ¡los derechos de las personas del colectivo LGTBI y Trans se conquistan luchando!

Precisamente por eso, este 20N, una fecha que además está marcada en rojo en el calendario de los franquistas y la extrema derecha, reivindicamos con fuerza una ley trans integral y la necesidad de seguir la lucha. Con esta manifestación teñimos de  orgullo, combatividad, diversidad y de lucha antifascista las calles de Madrid contra VOX, contra Díaz Ayuso, contra los ataques homófobos y tránsfobos y en solidaridad con todos y todas aquellas que sufren cada día la discriminación por ser lo que quieren ser.

Otra reivindicación que estuvo muy presente fue que la lucha por los derechos del colectivo Trans y LGTBI está completamente ligada a la lucha feminista. Por ello durante todo el recorrido alzamos la voz al grito de “feminismo no es transfobia” o “con Carmen Calvo no estamos a salvo”, haciendo referencia al PSOE y a todas aquellas representantes del feminismo institucional y de moqueta y salón, que se han opuesto a la Ley Trans bajo el pretexto de que es “un peligro porque borra nuestra identidad”.  ¡Eso no es feminismo! ¡Estas representantes del feminismo institucionalizado y pequeño burgués no nos representan!

Las feministas revolucionarias lo tenemos muy claro: nuestra lucha va de la mano de la lucha del colectivo LGTBI y de la de las personas trans, de quienes lucharon durante el franquismo, en la clandestinidad, enfrentándose a torturas, violaciones y detenciones, pero que, a pesar de la dificultad de las circunstancias, siguieron y siguen luchando hoy en defensa de sus derechos enfrentándose a la rabia y la furia de la derecha y la extrema derecha.

Las y los oprimidos, aquellas y aquellos que provenimos de familias humildes, de clase trabajadora, sabemos muy bien quienes son nuestras aliadas y aliados en esta lucha por nuestros derechos, por nuestra liberación y contra la opresión que ejerce este sistema sobre nosotras y nosotros. Nuestra lucha y solidaridad de clase está por encima de cualquier género, sexo o identidad sexual, algo que se trasladó también al apoyo masivo a las y los trabajadores del metal en Cádiz, que están en huelga indefinida por un convenio digno, al grito de “el movimiento trans, con la huelga del metal.”

Tal como explicamos al final de la manifestación en la Puerta del Sol, desde Libres y Combativas insistimos en una idea: la única forma de conquistar plenos derechos para la comunidad LGTBI, la clase trabajadora y la juventud, es confrontar con la derecha y la extrema derecha, con la jerarquía de la Iglesia y una judicatura y unas instituciones franquistas que ven peligrar sus privilegios con nuestra lucha.

Es necesaria una Ley Trans que recoja todas las demandas de nuestro movimiento, pero esta ley debe ser una ley real y efectiva, no un mero recuerdo en un papel. ¡Debe garantizarse! Y la única manera de hacerlo es con los recursos materiales y económicos necesarios. Por ello también insistimos a Unidas Podemos en que la lucha por los derechos de las personas trans no ha terminado, ¡todo lo contrario! Esta ley es fruto de la lucha, la valentía, el coraje y la determinación de las personas trans y de todas las que hemos luchado codo con codo en las calles por este reconocimiento. Por ello sabemos muy bien que la forma de garantizar que se cumple y que nuestros derechos no son pisoteados día sí, día también, es seguir con la movilización para ser quienes realmente somos.

¡Vamos a protagonizar nuestra propia lucha y nadie nos lo va a impedir!

 

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