p7040001.jpgEl sábado 4 de julio decenas de jóvenes y trabajadores hemos realizado una concentración a las puertas de la Embajada de Irán en Madrid en apoyo a los jóvenes, trabajadores y la población en general que estas semanas están protagonizando las movilizaciones más importantes, más masivas, desde la revolución de 1979. El detonante de estas manifestaciones, que están siendo duramente reprimidas por el régimen, ha sido el burdo fraude organizado en las elecciones celebradas el pasado 12 de junio, pero es evidente que la masividad y la fuerza y el heroísmo demostrado por los manifestantes revelan un descontento mucho más profundo. La farsa electoral ha sido la gota que ha colmado el vaso de un proceso que viene incubándose desde hace años. La gran mayoría de los iraníes lucha por conseguir derechos democráticos, por liberarse de la dictadura oscura y asfixiante que les fue impuesta después del aplastamiento de la revolución proletaria de 1979 por Jomeini y sus secuaces. Pero también luchan contra la carestía de la vida y contra las insoportables desigualdades sociales que imperan en el país al estar sus riquezas controladas por un puñado de parásitos que las utilizan para su propio beneficio.

Nos solidarizamos con su lucha. Apoyamos los derechos democráticos del pueblo iraní, la libertad de asociación, de reunión, el derecho a huelga, a sindicatos libres, a manifestación y por supuesto, los derechos de las mujeres hoy pisoteados por un régimen medieval.

También decimos que la única manera de conseguir que la democracia sea real, que con ella además puedan ser resueltos los problemas concretos de las masas en lo que se refiere a salarios con los que alcanzar unas condiciones de vida decentes, condiciones de trabajo dignas y en definitiva poder construir un futuro que valga la pena vivir, es a través del control por parte de la población, empezando por los trabajadores, de los recursos del país y de todas las principales fuerzas productivas para que sean puestas al servicio de la sociedad y dejen de servir para el provecho de unos pocos. De esta forma los iraníes tendrán el poder real y capacidad real de decidir sobre su futuro. Pensamos que la lucha por los derechos democráticos debe estar indisolublemente unida a la lucha por la transformación socialista de la sociedad, de esta forma realmente se conseguirá un cambio en las condiciones de vida de la mayoría de la población en Irán.

¡VIVA LA REVOLUCIÓN IRANÍ! ¡DERECHOS DEMOCRÁTICOS YA!

¡ABAJO LA DICTADURA DE LOS MULAS!

¡POR UN IRÁN SOCIALISTA EN UN ORIENTE MEDIO SOCIALISTA, DENTRO DE UN MUNDO SOCIALISTA! 

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