¡No al pacto social, Sí a la huelga general!

pancarta_em_12_d.jpgLa manifestación del 12-D fue un acontecimiento muy importante para el movimiento obrero. Decenas de miles de trabajadores de todo el Estado, 200.000 según los sindicatos, desde primera hora de la mañana, llenaron el recorrido que iba desde el Paseo del Prado hasta la Puerta de Alcalá. Desde el inicio de la crisis, ha sido una de las pocas ocasionas en que los dirigentes sindicales han impulsado una movilización unificada de los trabajadores.

A pesar de la numerosa asistencia es evidente que los sindicatos no movieron todas las fuerzas que podían haber movilizado. Parecía que los dirigentes sindicales queríam una muestra de fuerza deliberadamente limitada. De hecho, no hicieron una campaña sistemática de propaganda, con asambleas en las fábricas, y menos aún propaganda en las calles, con pegadas de carteles y repartos en los mercados, medios de transporte y principales puntos de las ciudades.

Otro punto que podía haber dado un impulso mucho mayor a la movilización fue el propio contenido de la misma. A medida que se acercaba el 12 de diciembre, el contenido más combativo y más movilizador de la convocatoria (la lucha contra los empresarios, la advertencia al gobierno de que no podía haber retrocesos en derechos,...) fue perdiendo fuerza a favor de la consigna defendida por los dirigentes de CCOO y UGT del "diálogo social" y, por tanto, de la necesidad fundamental de llegar a un gran acuerdo con los empresarios para hacer frente a la crisis.

Si en vez de este mensaje contradictorio, se hubiese apelado a la movilización en torno a consignas claras como la defensa de un subsidio de desempleo indefinido, la oposición frontal a los EREs, a una nueva reforma laboral y a recortes en las pensiones, así como que todo el dinero que se ha puesto a disposición de la Banca se destinase a sanidad y educación públicas, entre otras cosas, la asistencia a la manifestación hubiese sido aún mayor, y hubiese movilizado a más capas. Sobre todo si el 12-D se hubiese planteado como un primer paso en un proceso ascendente de organización y movilización. Sintomático de que no ha sido éste el mensaje fue la entrevista publicada el mismo día de la manifestación a Fernández Toxo y a Cándido Méndez en El País en la que destacan lo siguiente: "No podemos arriesgarnos a otro fracaso del diálogo social".

El ambiente entre los asistentes, fundamentalmente delegados sindicales, comités de empresa, trabajadores de empresas afectados por EREs o despidos (Air Comet, Roca, Electrolux, Bimbo, etc...) era de que había ganas de que se diera un paso mayor en la movilización y unificación de todas las luchas por parte de los dirigentes sindicales.

La experiencia de nuestra intervención como Corriente Marxista El Militante es que nuestros planteamientos conectaban con el ambiente general, favorable a la necesidad de un sindicalismo de lucha y combativo. Estuvimos presentes con una hoja y nuestro periódico, cuya consigna de portada era: "Para frenar a la patronal y obligar al gobierno a girar a la izquierda: no al pacto social, sí a la huelga general". De forma resumida, estas fueron las ideas que defendimos respecto al día 12-D:

- Que esta convocatoria no podía ser un fin en sí mismo, para soltar presión, sino que tenía que implicar un cambio en la estrategia sindical hacia la izquierda. La única negociación que están dispuestos a aceptar los capitalistas es aquella que implica retrocesos para los trabajadores.

- Que frente a los ataques y presiones de la patronal y las implicaciones que esto puede tener y está teniendo en la política del gobierno del PSOE, la única salida es una escalada de la movilización, para unificar todas las luchas, aprovechar toda la fuerza potencial que tiene la clase obrera y que se tenía que concretar en la huelga general.

- Que la movilización de la clase obrera, incluida la huelga general, en absoluto es un factor que ayude a la derecha a recuperar el gobierno. Es todo lo contrario, lo que más ayuda a la derecha es la política del PSOE, incapaz de defender los intereses de su base social frente a la crisis capitalista. Por lo tanto, movilizándonos para obligar al PSOE a hacer una política más a la izquierda, al mismo tiempo que demostramos que existe un alternativa a la izquierda del PSOE, sería la mejor garantía para una nueva derrota electoral del PP en las próximas elecciones.

La venta de 500 ejemplares de El Militante, así como la buena acogida de miles de hojas repartidas, muestran la simpatía hacia estas ideas a lo lago de la manifestación. También se repartieron miles de hojas explicando la agresión patronal en el hotel Puente Romano (Marbella), que pretende la revocación del comité de empresa, que se ha destacado por la defensa intransigente de los trabajadores, consiguiéndose decenas de firma de apoyo a estos compañeros.

Los jóvenes del Sindicato de Estudiantes también estuvieron presentes, reclamando la defensa de una educación pública de calidad y la necesidad de vincular esta la lucha de los estudiantes a la de los trabajadores. Debemos señalar la gran difusión de libros y documentos de las dos mesas que puso la Fundación Federico Engels, que reflejan el creciente interés por de los trabajadores por encontrar una alternativa a la situación de crisis económica, social y política en la que se encuentra el sistema capitalista en todo el mundo.

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