Después de tratar en las dos jornadas anteriores las primeras experiencias y luchas revolucionarias del proletariado, el pasado 5 de mayo el debate se centró en la revolución en Venezuela y América Latina. Bárbara Areal, de la Fundación Federico Engels desgranó la función reaccionaria y saboteadora de los medios de comunicación de la burguesía y los nexos que unen a los conglomerados empresariales con el fallido golpe de estado en Venezuela en 2002. A su vez, se habló de lo que había significado la revolución para las masas: alfabetización de la población, acceso a la sanidad, su intervención en la economía del país a través del control obrero en algunas fábricas etc. No obstante, Venezuela todavía no ha roto definitivamente con el capitalismo y es necesario que se den pasos al frente con la nacionalización de los medios de producción y la banca. Es necesario además, luchar desde las filas de la revolución contra la burocracia reformista y la resistencia de los capitalistas, que sabotea todos y cada uno de los avances de la clase obrera para poder completar la revolución.
En la última jornada, el 6 de mayo, el compañero Pepe Martín coordinador de IS-PSOE de Málaga, introdujo el debate sobre las crisis económicas. Explicó que la dinámica de la crisis es inherente al sistema capitalista, un sistema podrido que sólo busca el beneficio económico explotando a los trabajadores y enriqueciéndose con la plusvalía. Grecia ocupó un lugar destacado debido a las movilizaciones de masas que se están dando en estos momentos. El verdadero rostro de la democracia burguesa se puede observar en este caso, ya que a pesar de que ha ganado el PASOK, votado por los trabajadores, la dirección de este partido esta llevando a cabo una política antiobrera siguiendo los designios del Banco Central Europeo. Ante este sistema que favorece a una minoría explotadora, Pepe Martín explicó el programa que defienden los marxistas de El Militante en IS-PSOE, en IU, CCOO, UGT, CGT y en el Sindicato de Estudiantes: Es necesario que se nacionalice la banca en vez de darle millones de euros, que se expropien las empresas que quieran despedir a los trabajadores y cerrar poniéndolas bajo control obrero, que se defienda una política de clase y a favor de los trabajadores, que se reduzca la jornada laboral a 35 horas sin reducción salarial, así como la jubilación a los 60 años y una mayor inversión pública, concretamente en educación un 7% del PIB.
Tras cuatro días de debate, las jornadas marxistas han supuesto que más de un centenar de jóvenes hayan entrado en contacto con las ideas del marxismo, comprendiendo sus verdaderas bases frente a las mentiras de la prensa y las deformaciones del estalinismo y el reformismo. Jóvenes, que han dado un paso más hacia la participación en política y que esperamos, pronto se conviertan en militantes revolucionarios.