Alí comenzó agradeciendo a los organizadores, la Fundación Federico Engels, El Sindicato de Estudiantes, la Campaña Manos Fuera de Venezuela y la Corriente Marxista Revolucionaria El Militante su esfuerzo incansable y constante en defensa de la revolución venezolana ante la campaña de calumnias y mentiras vertidas constantemente por la prensa burguesa para evitar la simpatía del movimiento obrero internacional y también en Euskal Herria.
Alí Quero dirigiéndose a la sala Ali hizo un repaso minucioso del proceso que se dio en Venezuela desde 1989, cuando gobernaba la derecha y el pueblo venezolano pasaba hambre en la llamada Venezuela "saudita". Carlos Andrez Perez se doblegó al Fondo Monotario Internacional y al Banco Mundial para llevar a cabo unos severos planes de ajuste que provocaron una explosión social, la insurrección popular que se conoció como El Caracazo que fue aplastado con la represión pero que dejó una profunda huella en las masas.
Durante la década de los 90 se produjeron crisis permanentes como consecuencia de una reducción del gasto social del 300% en cuatro años.
Alí explicó cómo la crisis del capitalismo venezolano afectó al ejército y provocó la rebelión de un sector con Chávez al frente. Aunque dicho movimiento fue igualmente derrotado dejó igualmente una huella en las masas que se sintieron identificadas con la rebelión y que más tarde tuvo efectos electorales al vencer Chávez en las elecciones a la presidencia a la República.
Dicha victoria paralizó la privatización ya acordada de PDVSA y posibilitó que parte de los ingresos petroleros revertiesen en avances sociales reduciendo la pobreza, el analfabetismo, mejorando drásticamente los gastos en educación, sanidad pública con las misiones como Barrio Adentro, etc. Mejoraron igualmente las misiones alimentarias y la situación de los pensionistas y de los indígenas tanto en lo que respecta al derecho a utilizar sus propias lenguas como a la propiedad de la tierra, pero la conquista más importante que destacó Ali fue que despertó a la vida política consciente a millones de trabajadores y campesinos.
En todo América Latina y en todo el mundo se ve el tremendo contraste entre la dictadura del capital financiero que impone sus medidas en Grecia, Irlanda, Portugal, Estado español, etc. donde los recursos de las masas son utilizados para salvar a un puñado de banqueros y la situación en Venezuela donde recientemente Chávez aprobó un Decreto por el que el 5% de los beneficios de la banca Venezolana ha de ser dedicado al gasto social.
La burguesía internacional teme que el ejemplo de los procesos revolucionarios en América Latina se contagien al resto del mundo, por eso pintan a Chávez como un dictador, un bufón, etc. Cuando es un presidente que ha ganado 16 procesos electorales.
Ocultan conscientemente las conquistas de la revolución, presentan a la oposición como campeones de la democracia cuando protagonizaron un golpe de estado y un paro patronal hundiendo la economía del país para echar a Chávez. Disolvieron el parlamento, derogaron la Constitución aprobada por los venezolanos de un plumazo. Intentaron hacer lo mismo que habían hecho con Allende en Chile, desataron la represión en los barrios de Caracas pero se encontraron con la reacción de las masas a favor de la Revolución.
Ali desmintió la campaña de calumnias que jueces vinculados al PP como Eloy Velasco vierten sobre Venezuela ligándola a ETA o las FARC y destacó que la revolución en Venezuela corre serios peligros.
El imperialismo está con las manos atadas para intervenir militarmente porque están atrapados en Iraq y Afganistán y están utilizando la táctica de desgastar la revolución desde dentro con un sabotaje de las empresas, una carencia de inversiones, especulación para incrementar la inflación, etc. Quieren asfixiar la revolución creándole todo tipo de dificultades.
Al mismo tiempo la revolución se ha quedado a mitad de camino. Se mantiene el capitalismo con un nivel de regulaciones que obstaculiza su funcionamiento y no se acaba de implantar un auténtico socialismo mediante la expropiación y planificación de los principales medios de producción como la banca, grandes industrias y grandes propiedades agrícolas.
Los mayores peligros para la revolución como señaló Ali provienen de la quinta columna que representa la burocracia. Las empresas nacionalizadas siguen funcionando con los mismos criterios que bajo el capitalismo y la misma estructura vertical. Frente a esto la clase trabajadora venezolana está luchando por hacer realmente efectivo el control obrero en la Guayana etc. La revolución debe avanzar hacia el socialismo para sobrevivir, es necesario planificar democráticamente la economía en función de necesidades sociales, acabar con el estado burgués construyendo consejos de trabajadores, comunales, de campesinos.
Esta lucha tiene una expresión ideológica, es la lucha entre el reformismo y la revolución y se libra dentro del PSUV con cinco millones de afiliados. Los reformistas se niegan a profundizar la revolución aludiendo a la amenaza de invasión de los gringos o al bajo nivel de conciencia de las masas, pero ¿Quién si no las masas salvaron la revolución en los momentos decisivos?.
El turno de palabras fue muy amplio, se preguntó qué pasaría si Chávez perdiese las próximas elecciones presidenciales, qué papel juegan las milicias, un joven cubano opinó que es difícil alcanzar el socialismo en Venezuela y también se intervino en relación a como nos engañan aquí con la crisis y cómo al final los que de verdad mandan no son los que elegimos en las elecciones sino el gran capital. A lo que Alí respondió que una derrota electoral que hay que intentar evitar, no significaría el fin de la revolución, que habría un debate en el seno del PSUV y la burocracia podría ser desplazada y que para ello hay que formar una fuerte Corriente Marxista Revolucionaria que lleve la revolución hasta el final.
Ali enfatizó que el mayor problema para las masas en Venezuela y América latina es la falta de una dirección auténticamente revolucionaria que hay que construir sin dilación por lo que invitó a los participantes a entrar a formar parte de la Corriente Marxista Revolucionaria.