Los trabajadores, estudiantes y pacientes del Hospital de Bellvitge (Barcelona) están en pie de lucha contra el desmantelamiento de la sanidad pública que pretende llevar a cabo el gobierno de CiU. Después de que el miércoles 6 de abril se produjera en el hospital la primera concentración y corte de la Gran Vía, ayer jueves la movilización ha vuelto a repetirse y con más contundencia. Los trabajadores querían continuar luchando y así lo han expresado en la asamblea realizada durante la mañana. En esta el ambiente estaba si cabe más caldeado aún, ya que durante la noche los residentes se enteraron de que el hospital no pretendía pagarle las guardias realizadas durante el mes de marzo. Con lo que tomaron la decisión de dejar de trabajar e irse a casa.
Sin que aún tengamos noticias del porqué, pocos minutos antes de las 13h (hora en que empezaba la movilización) UGT, CCOO y demás sindicatos del comité de empresa se han desmarcado de la misma. Solamente CGT y USOC, correctamente, han mantenido la convocatoria, y el plantón de los dirigentes sindicales no ha impedido que la movilización se llevase a cabo y que la asistencia fuese más que masiva.
Pocos minutos después de las 13h ha empezado la concentración a las puertas del hospital bajo consignas como “Está sanidad, la vamos a salvar” o “Si que hay dinero, lo tienen los banqueros”. Viendo la gran asistencia rápidamente se ha tomado la decisión de ir a cortar la Gran Vía. Durante el camino el ambiente de lucha y fortaleza se ha ido incrementando con consignas tales como “Del puesto de Bellvitge no nos moverán, del puesto del Bellvitge no nos moverán,…”, “Bellvitge, unido, jamás será vencido” o “Todos somos, usuarios” uniendo las reivindicaciones laborales con la lucha por la defensa de una sanidad pública de calidad. Ante este sentir es de remarcar la importante afluencia de pacientes en la movilización, algunos de los cuales iban en silla de ruedas.
Una vez en la Gran Vía los manifestantes rápidamente cortaron todos sus carriles haciendo caso omiso de lo que los mossos de esquadra les decían. A la vez que se seguían oyendo las consignas ya coreadas aparecieron nuevas. Con la intención de confraternizar con los conductores estacionados se gritó “No nos mires, únete” y “Todos somos, usuarios”. Algunos llegaron a bajarse de sus vehículos y unirse a los manifestantes. Pasadas las 13:30 la presión de los mossos llevó a los manifestantes a retirarse hacia una de las entradas en la autopista a la vez que les decían “A los mossos, también os recortan”. Cuando el tráfico empezó a circular, durante un buen rato los conductores pasaban haciendo sonar el claxon y algunos con la ventana abierta levantando el puño en señal de solidaridad. La sensación que transmitían los conductores era muy clara: ya es hora de que todos los trabajadores respondamos juntos ante los ataques.
Otra vez ante la puerta del hospital se empezó a gritar “Luego diréis, que somos cinco o seis” y “manos arriba, esto es un atraco”. Entrando en el edificio, ante el enfado por el desplante de la mayoría de sindicatos, la consigna más repetida fue “Donde están, los sindicatos”. Entre los ahí presentes se produjo el debate de si ir a las secciones sindicales a protestar. Un delegado sindical de CGT planteó, correctamente, que los trabajadores tenían el problema con la gerencia y no con los sindicatos. A lo que los manifestantes respondieron que entonces había que ir a las secciones de estos para que en vez de estar en sus despachos viniesen con ellos a gerencia. Tras unos breves instantes delante de las secciones de CCOO y UGT, en los cuales se pudieron oír cosas como “los sindicatos, son para luchar, ni mucho menos, para pastelear” la marea de batas blancas y pacientes se dirigió hacia los despachos de la dirección del hospital.
Una vez allí se fue hasta el despacho del gerente y se pidió que saliera a dar explicaciones “Que salga el gerente”. Como no salió la respuesta fue “El gerente, es un cobarde”, “Que vergüenza, de gerente” y “El gerente, no cumple el horario”. Finalmente se dio por finalizada la movilización al grito de “La lucha sirve, la lucha continua”.
Esta movilización refleja el enorme potencial y disposición a la lucha contra los recortes, que debe coordinarse con el resto de hospitales y servicios públicos para lanzar un plan de movilizaciones contundente.

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