Al final se desveló el misterio y el gobierno presentó los Presupuestos Generales para 2012. Evidentemente, esperó a que pasaran las elecciones andaluzas y asturianas y la huelga general en un intento de no echar leña al fuego y evitar un mayor desgaste político, aunque no le sirvió de nada porque los trabajadores no somos tontos y ya sabíamos lo que nos esperaba. Aun así han dejado para más adelante medidas como la rebaja de sueldo de los funcionarios o la subida del IVA, las que en principio podrían afectar de una manera más inmediata y visible. El ajuste total supondrá más de 27.000 millones de euros, a los que hay que sumar los más de 8.000 millones del tijeretazo de enero y otros 15.000 que tendrán que aplicar las comunidades autónomas, que tienen ya transferidas las competencias en sanidad y educación.
Amnistía fiscal. Así lucha la derecha contra el fraude
Para los ingresos se prevé un aumento del 4,3% sobre lo recaudado en 2011. Una de las medidas estrella es una amnistía para el dinero negro, que se podrá “blanquear” durante un año pagando un 10% con garantías de que no se sancionará. Mientras al que paga impuestos se le aumentan, a los grandes defraudadores se les perdonan. El gobierno pretende recaudar 2.500 millones con esta medida, pero incluso es dudoso que lo consigan. La amenaza de que después se endurecerá la lucha contra el fraude no es creíble cuando prácticamente se congela la plantilla dedicada a la inspección (se cubrirá un 10% de las jubilaciones).
Además de la subida del IRPF decretada en enero, un impuesto que pagan fundamentalmente los asalariados, aumenta el impuesto sobre el tabaco, que también pagarán por igual los fumadores pobres y los ricos.
El gobierno nos ha querido convencer también de que las grandes empresas iban a pagar más por el Impuesto de Sociedades al eliminar algunas deducciones. La verdad es que la propia prensa burguesa estaba asustada por el hundimiento de un impuesto que se pagaba “a la carta” gracias a las sucesivas deducciones introducidas, pero para ponernos en perspectiva, podemos comparar la recaudación prevista, de 19.000 millones, con los 20.000 de 2009, ya en plena crisis, o los 44.000 en 2007. Aunque los beneficios empresariales globales ya están al mismo nivel de antes de la crisis, la recaudación por este impuesto está en menos de la mitad.
Se produce un aumento brutal de las tasas judiciales, especialmente para quien tenga la “osadía” de recurrir la decisión de un juez. La guinda del pastel de la reforma laboral es que las tasas por apelar una decisión de lo social pasan de 0 a 500 euros.
Gastos: la política social es un despilfarro para la derecha
El proyecto de presupuestos muestra cuál era el “depilfarro” que pretendía reducir Rajoy. Así, se reducen las ayudas al acceso a la vivienda (42%), a la dependencia (se elimina totalmente la parte estatal); el presupuesto de Educación y Cultura se reduce un 21,2% y el de Sanidad y Servicios Sociales un 13,7%.
Los supuestos programas de inversión que harían que los recortes no afectarán al crecimiento también aparecen en los Presupuestos de los ministerios inversores por excelencia: Fomento (34,6%), Industria (31,9%) o Agricultura (31,2%) son los que más recortes sufren.
Los extranjeros no cuentan para Rajoy (salvo si son banqueros): se reduce el presupuesto para cooperación a la mitad, lo cual supone un golpe mortal, y se elimina el programa de integración para extranjeros del ministerio de Empleo.
También demuestra Rajoy esa preocupación por los parados que supuestamente le llevó a decretar la reforma laboral. El gasto del Ministerio de Empleo baja un 7,4%, pero no porque los parados vayan a encontrar ese trabajo que les prometió (de hecho se prevé que se destruya entre medio y un millón de empleos en 2012) sino porque muchos van a agotar sus prestaciones y las políticas activas empleo disminuyen un 21,2%.
No todo se recorta
Si vemos los gastos por concepto hay dos partidas que crecen. En primer lugar personal, un 1%, pero esto se debe a las pensiones de funcionarios jubilados (bastaría que no les pagaran la pensión). Para el personal activo se reduce el gasto un 2,6% precisamente debido a que no se cubrirán las jubilaciones. La rebaja de sueldos se queda para más adelante.
Pero hay otra partida que crece, y es la destinada al pago de intereses de la deuda pública, que aumenta un 5,3% hasta casi 29.000 millones. Como vemos, sí hay dinero para los grandes banqueros y especuladores.
Además, aunque la reducción media por ministerio es del 17%, hay algunos para los que el recorte es menor... Efectivamente, el aparato represivo, los ministerios de Interior (4,3%), Justicia (6,3%) (aunque como hemos visto, se disminuye la aportación estatal y se aumentan las tasas) y Defensa (8,8%) son los que menos disminuyen su gasto, los que no son gastos inútiles para la derecha.
Anticipo de nuevos ataques
Los Presupuestos tienen premisas cuando menos discutibles, como una caída de la economía española del 1,7%, que puede ser mucho mayor obligando a nuevos recortes. Además, hay multitud de posibles acontecimientos (crisis inmobiliaria, recesión en América Latina, rescate de Portugal) que podrían obligar a la burguesía a rescatar la comatosa banca española, y todos sabemos del bolsillo de quién sacarían ese dinero.
Además del recorte en el gasto estatal, los planes de la derecha incluyen una nueva reducción del 1,5% del PIB en el gasto autonómico, donde aparecen servicios fundamentales como sanidad y educación, lo que augura nuevos ataques. Y no olvidemos que para 2013 queda un nuevo ajuste de más de 25.000 millones, que habrá que aumentar con partidas excepcionales de este año que no se repetirán, como los 2.500 millones de la amnistía fiscal.
El análisis de los Presupuestos siempre revela, más allá del discurso demagógico, cuáles son las prioridades reales de un gobierno, y en este caso está claro el escenario que prepara la derecha: menos gasto social, hundimiento de la inversión productiva y mantenimiento de las políticas represivas para enfrentar al “enemigo”: saben que no nos vamos a quedar parados.