¡Impulsar desde las asambleas de trabajadores y trabajadoras una huelga general de la sanidad madrileña!

El  sábado 22 de octubre una manifestación de más de 35000 personas recorrió las calles de Madrid en defensa de la sanidad pública. Pocos días después los principales sindicatos sanitarios (SATSE, CCOO y UGT) firmaron un acuerdo con el Gobierno de la Comunidad de Madrid y desconvocaron la huelga en las urgencias de la Atención Primaria  prevista para el 25 de octubre. 

A cambio de unas migajas en materia de jornada laboral y de compromisos huecos de seguir negociando, estos sindicatos dan un balón de oxígeno a Ayuso, vuelven a renunciar a luchar contra la política sanitaria de la CAM y validan en los hechos las líneas maestras de la gestión sanitaria de Ayuso.

Una muestra clara de esto es que uno de los detonantes de la huelga ahora desconvocada,  la pretensión de  Ayuso de reabrir en octubre 78 centros de urgencias extrahospitalarias con personal para 40 y plantear cubrir esta carencia con trabajadores voluntarios provenientes de Atención Primaria, sigue adelante.

En este sentido estos sindicatos han pasado de denunciar la falta de personal para este servicio y, por tanto, la imposibilidad de que este se ponga en funcionamiento en esas condiciones, a aceptar su implantación a cambio de negociar en la mesa sectorial “el modelo definitivo de adscripción de trabajadores” y a “agilizar el análisis de los datos de la actividad asistencial en cada centro para determinar la cobertura necesaria de horarios, profesionales y plantilla”. Como si esas necesidades, carencias y deficiencias, como ellos mismos han venido insistiendo, no estuvieran claras desde hace mucho.

Doctora explicando las condiciones en las que ha sido trasladada al nuevo servicio.

Mientras, la apertura de estos centros, a la que estos sindicatos han dado luz verde, se ha producido en el caos más absoluto.

De los 78 centros, más de la mitad abrieron sus puertas con la dotación de trabajadores incompleta, apenas 228 médicos tendrán que cubrir estos centros porque el Gobierno de la Comunidad de Madrid no tiene la más mínima intención de incrementar la plantilla de sanitarios, los cambios de destino y horario se han llevado a cabo sin anuncio previo y sin previsión, y muchos de ellos se han comunicado a través de SMS recibidos por los trabajadores de madrugada, y un largo etc. de despropósitos.

El Gobierno de la CAM muestra un absoluto desprecio hacia la sanidad pública, sus profesionales y los usuarios. Por su parte, SATSE, CCOO y UGT, con la firma de este acuerdo y la desconvocatoria de la huelga, facilitan, en la práctica, que Ayuso siga adelante con sus planes para desmontar la sanidad pública profundizando en la precarización de las condiciones laborales de los profesionales y empeorando el servicio y de esta forma seguir incrementando y fortaleciendo el papel de la sanidad privada.

La lucha es el único camino

Los sindicatos y la izquierda parlamentaria se resisten a levantar ningún tipo de oposición en la calle y se emplean a fondo para frenar las movilizaciones y garantizar la paz social.

Frente a esta estéril política, la única respuesta que puede poner freno a Ayuso y la reacción a la que ella representa, es la movilización. 

Tenemos la fuerza suficiente para tumbar los planes del PP.  En mayo de 2022, los médicos especialistas protagonizaron una huelga ejemplar. Además, este verano, decenas de miles de personas, convocadas por diversas plataformas en defensa de la sanidad pública, llenaron las calles de Parla, Leganés, Getafe y otras ciudades obreras denunciando los recortes, los cierres de los SUAP y de los SAR (Servicios de Atención Rural) y el pasado 22 de octubre miles nos manifestamos en Madrid contra Ayuso, el PP y su política sanitaria.

Los sindicatos que han firmado este acuerdo con la Consejería de Sanidad participaron en la convocatoria de la manifestación del 22 de octubre, no para aglutinar fuerzas y dar confianza a los trabajadores de cara a golpear con más contundencia contra la gestión del Gobierno de la CAM, sino que lo hicieron para liberar la presión generada por el profundo descontento existente entre los profesionales sanitarios y los usuarios e inmediatamente capitular ante Ayuso. Ya basta.

Además es importante señalar que las demostraciones masivas en la calle expresan claramente el potencial del movimiento, pero son insuficientes para revertir el destrozo que el PP viene haciendo con la sanidad pública. 

Es muy positivo mantener la nueva manifestación en Madrid convocada para el 13 de noviembre. También los sindicatos sanitarios MATS, AFEM, SUMMAT, Plataforma SAR, AME y CESIF, han convocado huelga para el 4, 5 y 6 de noviembre en las Urgencias Extrahospitalarias. Ese es el camino. 

Pero hay que ir más allá. En primer lugar es necesario denunciar los servicios mínimos que la CAM impone a los trabajadores sanitarios ante las convocatorias de huelga. De hecho en la inmensa mayoría de los casos estos son del 100%, por lo que en realidad estos trabajadores no tiene derecho a huelga. Hay que exigir que los servicios mínimos de los profesionales de la sanidad sean decididos, regulados y supervisados por los propios trabajadores.

Además, es imprescindible un plan de lucha que ponga en pie de guerra a toda la sanidad madrileña en el que la huelga general en el sector sea un punto central y que plantee la unión en la lucha de todos los servicios públicos, arrasados por la reaccionaria política del PP. Solo de esta forma lograremos echar a Ayuso y al PP y enterrar su nefasta y reaccionaria política. 

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