¡Sólo con la lucha conquistaremos la República socialista catalana!

El pasado jueves por la noche la policía italiana, de paisano y con numerosos efectivos, detuvo el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont tras bajar del avión en el aeropuerto de Alguer (Cerdeña) y lo llevó a la cárcel donde permaneció más de 20 horas. El viernes por la tarde fue liberado siendo citado a declarar el 4 de octubre para decidir sobre su extradición a España.

La detención se produjo cuando SIRENE, organismo de coordinación entre las policías que operan en el espacio Schengen, alertó a la policía nacional española de que Puigdemont se estaba desplazando hacia la capital sarda. Inmediatamente, el Tribunal Supremo español exigió que la policía italiana detuviera a Puigdemont.

Otra vez más, y no será la última, el aparato judicial franquista del régimen del 78 da su particular respuesta a la movilización de más de medio millón en la Diada del pasado 11 de septiembre y a la constitución de la “mesa de dialogo” entre el Gobierno central y el de la Generalitat.

Tal y como hemos explicado, el movimiento de liberación nacional de Catalunya está recorrido por una fuerte contestación a los sectores de la dirección que quieren volver a la senda del autonomismo, dando la espalda al mandato del 1 de Octubre de 2017 y carpetazo definitivo a la lucha por la república.

Y esta es la razón por la que sector decisivo de la clase dominante y la oligarquía española y catalana, de la mano del gobierno de Sánchez, optó por la vía de indultar los presos políticos y recuperara la "mesa de diálogo". El objetivo era muy claro: intentar desactivar la lucha de masas en Catalunya, implantar la paz social y tener vía libre para llenar sus bolsillos con los fondos europeos en la tan cacareada recuperación post Covid. Una jugada con la que Pedro Sánchez pretendía también conseguir estabilidad para su gobierno, y en la que se ha involucrado a fondo el Govern ERC-Junts presidido por Pere Aragonés.

Sin embargo, el aparato del Estado español y la casta judicial, plagada de franquistas y reaccionarios, se revuelve contra esta situación. En esta reacción es donde se enmarca este nuevo intento de extradición de Puigdemont. Este sector se reafirma en su convicción de que sólo con la represión más despiadada de los derechos democrático-nacionales del pueblo de Cataluña se podrá vencer la amenaza que supone la lucha de masas por la república catalana y su aspiración de cambio social profundo.

En los últimos días hemos asistido a una verdadera orgía judicial de la reacción: pretenden encarcelar a Tamara Carrasco, tras haber sido absuelta, por el delito de "peligro abstracto" para la sociedad por sus posiciones “antisistema”; acusan 13 miembros de CDRs de terrorismo y por el mismo motivo han clausurado la revista Kaler Info y la web Kaler Kaler de la izquierda abertzale. Y, ahora, dan un paso adelante para conseguir la extradición de Puigdemont e imponerle un castigo ejemplar con el que golpear el movimiento de liberación nacional.

La UE no es un aliado en la lucha contra la represión

Aunque no faltan dirigentes independentistas que señalan que los tribunales de la UE y de España tienen visiones confrontadas -ahora en el caso de Puigdemont sobre la vigencia o no de la euroorden emitida por el TS español- y que la UE es una aliada en la defensa de los derechos democráticos, la realidad no ha dejado de desmentirlo

Fue el TGUE quien retiró el pasado julio la inmunidad a Puigdemont a petición del Parlamento Europeo, que al mismo tiempo atendió el suplicatorio del TS español. Ha sido uno de los organismos fronterizos de la UE quien ha activado la detención de Puigdemont. El Vicepresidente de la Comisión Europea y Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad es nada menos que el ex ministro Josep Borrell, encarnizado españolista y defensor de la represión más salvaje contra el pueblo de Cataluña. La UE nunca ha condenado ni la violencia policial ni ninguno de los ataques a los derechos democráticos más básicos perpetrados por el Estado español. De hecho, se ha manifestado en todo momento respetuosa con las decisiones judiciales de los tribunales españoles, incluyendo la nefasta sentencia del “proces”.

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La UE no es una aliada en la lucha contra la represión. Y, por supuesto, se ha opuesto y se opondrá encarnizadamente contra la consecución de la república catalana por la que luchamos en las calles.

Aunque las particularidades de la lucha de clases de cada país pueden llevar a diferencias puntuales, estas son meramente tácticas. No es cierto que en la UE, o en varios de sus países, de verdad haya "justicia". La UE no es una aliada en la lucha contra la represión. Y, por supuesto, se ha opuesto y se opondrá encarnizadamente contra la consecución de la república catalana por la que luchamos en las calles, que no es otra que una república contra la austeridad y los recortes que defiende la propia UE.

La detención de Puigdemont pone en evidencia el fraude de la “mesa de dialogo”

En este contexto, Pedro Sánchez compareció para señalar que Puigdemont debe ser juzgado, y al mismo tiempo manifestó que su detención demuestra que es más necesario que nunca mantener el "diálogo". Un completo contrasentido que pone en evidencia el fraude de la “mesa de dialogo”. Otros dirigentes del PSOE como Paje o Lamban fueron más lejos, manifestando su entusiasmo con la detención en la línea del PP o de Vox.

Por otro lado, la postura de UP no sorprende a nadie y profundiza su deriva derechista. Ione Belarra ha señalado, tras criticar la judicialización del conflicto, su “respeto a las decisiones judiciales”, uniéndose al coro de todo aquellos que hablan de una “justicia independiente”. Al mismo tiempo insisten, como Pedro Sánchez, que la detención de Puigdemont no debería interferir en la mesa de diálogo. Los dirigentes de UP vuelven a hacer seguidismo de la socialdemocracia del PSOE, de la que prácticamente no se distinguen y contra quien no levantan la más mínima crítica, mirando para otro lado frente a la deriva represiva desatada por el aparato judicial.

La realidad es que la “mesa de diálogo” que ya nació tocada, recibe un nuevo golpe. El propio Govern de Aragonés, tras denunciar la represión del Estado español, emitió una declaración institucional reafirmando su apuesta por la misma. Es más, tanto ERC como JxC o la ANC han desconvocado las movilizaciones previstas para este domingo, dando un balón de oxígeno al Gobierno central y demostrando que temen mucho a la movilización.

Si que hay alternativa, ¡la lucha en la calles para conquistar la República!

La aparente oposición de Junts a la mesa de diálogo no esta acompañada de ninguna estrategia y alternativa, ya que coinciden en la práctica en la necesidad de calmar las cosas en las calles y que todo se dilucide en un supuesto dialogo por arriba. El propio Oriol Junqueras lo ponían en evidencia cuando era entrevistado al respecto, emplazando a los dirigentes de Junts a señalar "cuál es la alternativa" frente a la “mesa de dialogo”.

Pero para los marxistas sí que hay alternativa. En primer lugar recuperar la movilización de masas, volviendo a mostrar el musculo que permitió imponer la votación del 1-O en el año 2017.

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Hay que recuperar la movilización de masas, volviendo a mostrar el musculo que permitió imponer la votación del 1-O en el año 2017.

La CUP tiene una nueva oportunidad para desmarcarse de la estrategia del Govern ERC-Junts. Pero para ello es necesario que los dirigentes cupaires rechacen frontalmente ser compañeros de viaje de una política que ampara recortes y austeridad, para poner encima de la mesa una alternativa revolucionaria que permita conquistar una República catalana socialista que acabe con los desahucios, con la destrucción y privatización de la sanidad y la educación, que nacionalice las eléctricas y la banca, y que coloque la riqueza de Catalunya al servicio de la mayoría trabajadora.

¡Por la república catalana socialista! ¡Amnistía total y fin de la represión! ¡Construir una fuerte izquierda revolucionaria!

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